tag:blogger.com,1999:blog-42793631658441183592024-03-13T02:21:23.166-07:00Juan Brian DoyleHe aquí mi blog. He abierto otros antes que este, pero esta es la primera vez que me institucionalizo con una de estas herramientas. Desde aquí pretendo dar noticias al mundo sobre mí, sea o no que el mundo esté interesado en leerlas. Supongo que alguien lo hará. Bienvenidos blogonautas y a comunicarse!Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.comBlogger87125tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-75642879243769093872016-07-20T06:22:00.001-07:002016-07-20T06:22:26.584-07:00<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhz1W5nnMevbOawmjs-buiLSALMfjWyGQhcpGoC_6XrQpUrKUuTXYsPt2rd15iAK-EFIgWSxWvQdRr2mMg2LiOY1WrmC4ziiNv4fTdlGLZiuR3YgxJPTlKcD7cKDJmhj8c5OGf956CJ64o/s1600/carta16.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhz1W5nnMevbOawmjs-buiLSALMfjWyGQhcpGoC_6XrQpUrKUuTXYsPt2rd15iAK-EFIgWSxWvQdRr2mMg2LiOY1WrmC4ziiNv4fTdlGLZiuR3YgxJPTlKcD7cKDJmhj8c5OGf956CJ64o/s320/carta16.jpg" width="320" /></a></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 0cm;">
<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; mso-outline-level: 1; tab-stops: 222.6pt; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<b><span style="color: #5f497a; font-family: "Bookman Old Style","serif"; font-size: 28.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: accent4; mso-themeshade: 191;">CARTAS
DE UN AMOR <o:p></o:p></span></b></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; mso-outline-level: 1; tab-stops: 222.6pt; text-align: center; text-indent: 0cm;">
<b><span style="color: #5f497a; font-family: "Bookman Old Style","serif"; font-size: 28.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: accent4; mso-themeshade: 191;">QUE
NO FUE<o:p></o:p></span></b></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="mso-outline-level: 1; tab-stops: 222.6pt; text-align: right; text-indent: 0cm;">
<b><i><span style="color: #5f497a; font-family: "Garamond","serif"; font-size: 20.0pt; line-height: 200%; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: accent4; mso-themeshade: 191;">Por Juan Brian Doyle</span></i></b><b><span style="color: #5f497a; font-size: 22.0pt; line-height: 200%; mso-ansi-language: ES; mso-themecolor: accent4; mso-themeshade: 191;">.<o:p></o:p></span></b></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="mso-outline-level: 1; tab-stops: 222.6pt; text-align: right; text-indent: 0cm;">
PRIMERA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 222.6pt; text-indent: 0cm;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 222.6pt; text-indent: 0cm;">
Querida Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Quizá te haya visto antes, quizá nos hayamos cruzado sin vernos muchas
veces antes de aquél día. Lo cierto es que en todas esas ocasiones en realidad
no te había visto. Hasta esa tarde en la que, por primera vez, te vi.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Recuerdo tu vestido. Largo hasta los tobillos, con su estampado alegre,
marcaba tu figura a la perfección. Recuerdo el vuelo de tu falda cuando te
dabas vuelta o girabas, y el brillo de tus ojos coronando esa sonrisa tuya que
siempre me cautivó. Recuerdo haberme quedado inmóvil en la salida de la
escalera observando cada detalle tuyo. Recuerdo que alguien que venía detrás de
mí por la escalera me puteó por no moverme.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No te conocía. Llegaste de otro turno con un grupo de amigas. Así que nunca
estabas sola. El tiempo pasó y nos fuimos acercando. Cultivamos una pequeña
amistad que fue perfume y espina para mi corazón. Si tenía que dolerme estar a
tu lado, que duela nomás. Peor hubiera sido no poder conocerte. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hasta que ese día en la que la suerte quiso dejarnos varados en una zona
inhóspita tras un accidente tonto. Una desgracia con suerte que, aparte de un
bollo en la cabeza, me regaló un abrazo tuyo que aún atesoro en mi memoria. No
fue nada. Vos llorabas y pedías refugio. Yo te mostré mis brazos y te lo di.
Vos encontraste calma y consuelo. Yo te encontré. En ese momento supe que aunque
nunca me amarías, siempre tendría un lugar en tu corazón.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Preguntarás por qué esta carta. Por qué decir todo esto que te digo. Porque
todo silencio tiene su precio y ya no puedo pagarlo más. Porque cada vez que el
azar decide mostrarme una foto tuya siento las espinas que me lastiman pero no
el perfume que me reconforta. Así, dejo mi secreto libre, aunque es probable
que nunca sepas que estas letras son para ti. Como nunca supiste que eras la de
aquél cuento. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En fin, se ha dicho aquello que había condenado al silencio. Siempre he
sido ordenado para el amor, aunque el desorden reine en el resto de mi vida.
Por eso, jamás te hablé de lo que sentía. De lo que siento. Es posible que esta
carta sea una forma de no hacerlo. Así que me despido de ti con el afecto que
siempre te tuve, siempre te tengo y siempre te tendré. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Yo.<o:p></o:p></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="mso-outline-level: 1; tab-stops: 222.6pt; text-align: right;">
SEGUNDA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 222.6pt; text-indent: 0cm;">
Querido Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No puedo salir de mi sorpresa. No sé si fue el azar o el destino lo que
hizo que me cruzara con tus palabras, pero cuando las leí supe al instante que
esa a la que llamas Tú soy Yo. El detalle no era mucho, pero fue suficiente como
para que mi corazón me transportara a aquellos días que tanto compartimos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo también guardé mis secretos. Tú no estabas solo en aquellos días, y cada
vez que hablabas de ella me quedaba claro lo mucho que la amabas. ¿Qué
esperanza podía tener yo? Es cierto que el corazón puede partirse para amar a
más de una persona, pero no todos estamos preparados para hacerlo. Yo no lo
estaba. Como, seguro, tampoco lo estabas tú. Sin embargo, no podemos negar
nuestros impulsos. Esas espinas y ese perfume de los que me hablaste, yo
también las sentía. No fueron pocas las veces en las que, cuando nos
despedíamos, me imaginaba que te atreverías a robarme un beso. Pero siempre
fuiste demasiado correcto. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No creo que haya sido miedo. Sé que no sos un cobarde. En todo caso fue esa
prolijidad que decís tener para el amor. En todo caso fue saber que cultivar en
mí expectativas de que hubiéramos podido tener un futuro juntos hubiera sido
algo cruel.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Aquí estamos. Cada cual hizo su camino y cada cual encontró la felicidad.
Sin embargo, la nostalgia de lo que no fue nos hace viajar a ese tiempo en que
éramos más jóvenes y no supimos ser irresponsables. ¿Por qué tanta corrección?
¿Por qué no más transgresión? No es un reproche. No te lo reprocho ni me lo
reprocho. Quizá ese misterio sin resolver es lo mejor que pudimos tener.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Recuerdo esa noche. Recuerdo mi desesperación. Pero, por sobre todo,
recuerdo ese calor irreal que me envolvió ni bien me tomaste en tus brazos. En
tus ojos supe ver que todo iba a estar bien. Y el llanto se extinguió. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No sé si quiero saber a qué cuento
te refieres. Te he leído muchas veces y no llego a vislumbrar a cual de tus
historias te refieres. Saber que te he inspirado me ha llenado de satisfacción.
Quizá hubiera preferido ser el alma de alguno de tus poemas, pero,
conociéndote, no le fuiste infiel con un beso, ¿por qué lo harías con un poema?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No quiero despedidas. Quiero saber que siempre seguiremos unidos por ese
afecto tan nuestro que nadie más que nosotros podrá jamás comprender. Por eso,
te pido que nunca me digas adiós.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Con todo mi cariño. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="mso-outline-level: 1; tab-stops: 222.6pt; text-align: right;">
TERCERA.<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 222.6pt; text-indent: 0cm;">
Querida Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Cuánta felicidad me produce recibir una respuesta tuya. Te he leído y
releído mil veces y cada vez que lo hago encuentro un nuevo sentido a las
cosas. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Fui cobarde. Lo admito. Disfrazar mi miedo de prudencia es, al menos, un
acto de hipocresía al que en realidad debería calificar de canallada. Parece
que nuestras mentes estaban conectadas más allá de lo que queríamos admitirlo.
Más de una vez pensé en burlar las defensas endebles que me ponías y asaltar tu
boca con mis labios. Pero tenía miedo. Como tuve miedo de hablarte de lo que
sentía. Aún hoy tengo miedo. Quién sabe la avalancha que podría caer sobre
nosotros si nos encontráramos en ese beso. Porque, admitámoslo, jamás hubiera
quedado la cosa en un beso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Soy cobarde. No tengo miedo de negarlo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
De todos modos, ya es tarde. Sé que sos madre, sabés que soy padre. Siempre
quise ser padre. Algo raro en un hombre. Yo quería tres cosas, ser un oficial
de caballería en el siglo XIX, volar al espacio profundo y tener hijos. Sabía
que la primera era imposible y que la segunda era improbable, por lo que me
aferré a la tercera con todas mis fuerzas. Y soy padre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Estoy convencido que un padre se debe a sus hijos. Debe vivir su vida con
la convicción de que tiene una misión. Y esa misión se cumple si sus hijos son
felices. Nunca he podido poner a otra mujer en la foto familiar que a ella.
Incluso antes de conocernos, ella ya estaba en esa foto. Por ello mi cobardía.
La cadena de eventos que ese beso robado del que hablaste hubiera iniciado es
probable que sólo nos condujera al desastre. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No creo que un poema me convierta en un infiel. Pero sería deshonesto. El
cuento fue algo sutil e inocente. Ni siquiera en él pude hacer que tuviéramos
una aventura. Fue una metáfora de lo que tuvimos y de lo que nunca tendremos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No sé que más decir sin perderme en mi propio discurso. No puedo terminar
una carta sin despedirme. Sería como no decirte hasta mañana cuando me bajaba
de tu auto cada noche que me acercabas a casa después de la facultad. Pero si
no quieres despedidas, no se me ocurre como cerrar estas palabras. Quizá sirva
un beso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="mso-outline-level: 1; tab-stops: 222.6pt; text-align: right;">
CUARTA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 222.6pt; text-indent: 0cm;">
Querido Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Un beso sirve. Un beso siempre sirve. Sirve para evocar emociones viejas y
para cultivar nuevas. Sirve para sellar pactos o para traicionar a los que
amas. Sirve para dar un consuelo o para marcar a fuego un amor<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Un beso me hubiera servido en aquél momento. Pero tenés razón, no me
hubiera alcanzado. Ni uno ni mil. Porque yo quería mucho más que un beso en aquél
momento. Vos estabas con ella, yo estaba sola. Vos estabas en medio de fuego
cruzado, yo no tenía nada. Y quería tener algo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No estabas preparado para semejante batalla. Yo tampoco. Por eso no hice la
primera jugada. Podría haberte besado yo, seguramente todo tu mundo habría
temblado, seguramente muchas de tus estructuras se habrían venido abajo. No
creo que el resultado hubiera sido positivo. Pensando en abrir una puerta a la
felicidad, nos habría llevado a la antesala del infierno.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tuve muchas malas experiencias. Amores no correspondidos, amores
traicioneros, amores enfermos. Otras cosas disfrazadas de amores. Y tuve amor.
No sé que tuve contigo. Porque me correspondías. Me lo has dicho y me lo has
vuelto a decir. Un amor que no fue. Un amor que dejamos en coma y que, por más
que lo desconectamos del respirador, se niega a morir.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Querido Tú, mirar al pasado sólo sirve para entender las heridas que
trajimos a nuestro presente. No debemos lamentarnos más. No debemos emitir
juicios ni imponer condenas. Acusarte de cobarde es absurdo. Lo tuyo fue un
acto de coraje. Coraje para decirle no a lo que tu piel te pedía. Es más fácil
dejarse llevar por un arrebato de concupiscencia que tomar una decisión
racional. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Lo que pasó, pasó. No podemos volver el tiempo atrás. Y si pudiera, no
querría hacerlo. Estoy feliz con mis decisiones. Y espero seguir siendo feliz
con las que he de tomar en el futuro. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No me rindo al pasado. Me entrego al presente y espero por el futuro. Quién
sabe las vueltas que tendrán nuestras historias. Quizá vuelvan a cruzarse en
algún punto. Quizá nunca se acerquen. Como sea, no voy a quedarme en lamentos.
Ni en prudencias. Viviré lo que me toque bajo el mandato de mi corazón.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hasta ese entonces, te dejo un beso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="mso-outline-level: 1; tab-stops: 222.6pt; text-align: right;">
QUINTA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 222.6pt; text-indent: 0cm;">
Querida Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Mi espíritu siempre ha sufrido el estigma de la nostalgia. Vivo en una
época en la cual la gente no se toma el tiempo para escribir cartas. Usan esos
monigotes horribles para reemplazar las palabras en sus mensajes. Es alarmante
ver a todo el mundo desconectado de la realidad en la calle. Todos con
auriculares en los oídos, todos con la mirada vacía. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Mi espíritu se formó en otra atmósfera a la que hoy se respira. Pasábamos
tanto tiempo en el bar de la facultad como en las aulas. Una mesa, un capuchino
con el aditivo de gotas de lo que cargara mi petaca, una conversación. Podíamos
ser dos, tres o treinta en torno a esa mesa. Y las charlas se prolongaban hasta
el momento en que los que explotaban el bar nos decían que se querían ir a su
casa. Pobres, lo que nos han aguantado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hoy nadie tiene tiempo para sentarse a conversar. Te cruzás con alguien en
la calle y le sugerís sentarse en un café y, enseguida sale la excusa. Te mando
un mensaje y arreglamos. Y ese mensaje nunca se manda. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo mismo hago eso. No sé porqué.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Es muy cierto lo que decís. Lo que pasó, pasó. Creo que yo me he rendido al
pasado. Creo que me cuesta entregarme al presente. Y cada vez espero menos del
futuro. ¿Será el alcohol el que habla o yo? No lo sé. Tampoco he tomado tanto.
Apenas un whisky o dos. Será difícil reconocer en mi lamento a la persona que
yo fui. Lleno de sueños e ilusiones. Lleno de esperanzas y proyectos. Hoy soy
un acaparador de frustraciones. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En el pasado te dije que no fue mi vocación sino la inercia la que me llevó
a recibirme. Nunca tuve la pasión que veo en muchos de nuestros colegas para la
profesión. Nunca tuve tu pasión para hacer esto que hacemos. Me resultó fácil
estudiar, no tuve muchas complicaciones en recibirme y tampoco me generó
demasiados problemas el ejercicio de la profesión. Pero la ausencia de amor a
lo que uno hace lo vuelve un acto vacío. Y el desencanto de ideales no
cumplidos comienza a pesar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No sé por qué no estudié otra cosa. Siempre quise escribir. ¿Por qué no lo
hice? Si en clase, muchas veces, cuando algún profesor me aburría, me dedicaba
a escribir cuentos. Ellos pensaban que tomaba apuntes. Cuántos apuntes. Si
hubieran visto mi cuaderno… <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Nunca vi mi afición por los cuentos como una posibilidad real de carrera.
Sólo como un hobby peligroso que me hacía, por momentos, perder la dimensión de
lo real. Pero, ¿qué es lo real? ¿Cumplir con un horario? ¿Cumplir con las metas
que otros fijan para ti? Lo real es el cheque que llega a fin de mes. Al menos
eso pensaba. Ahora creo que es una ilusión que nos han incrustado en el
inconsciente para que nos sometamos a los cánones que otros han fijado para que
seamos dignos miembros de la sociedad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¿Qué tiene que ver esto contigo? Nada. Sólo el desvarío de un hombre que se
da cuenta que ha dejado escapar demasiadas oportunidades. Ni siquiera eso. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Estoy cansado, ¿sabés? La vida puede hacerte eso. Te puede cansar. Te puede
vencer. Han sido semanas difíciles. Meses. No sé si lo sabes, pero mi padre
estuvo enfermo. Cuidarlo ha sido más pesado de lo que hubiera querido. No que
no haya amado a mi padre, pero el dolor de verlo deteriorarse semana a semana
ha sido insoportable. Cuando era chico, él era un gigante que me protegía. Al
final, ni la sombra de aquél gigante permanecía. Lo más duro es darse cuenta
que, de repente, estás solo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¿Mis hijos habrán visto ese gigante en mí? Yo nunca se lo dije. Tanto que
nunca dije. ¿Por qué? ¿Por qué nos cuesta hablar con el corazón?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Discúlpame por este lamento de madrugada, por la incomodidad que estas
líneas te puedan ocasionar. Pero este también soy yo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me estoy acostumbrando al sabor de estos besos que recíprocamente nos
enviamos. Sale uno, esperando ansioso lo que venga.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="mso-outline-level: 1; tab-stops: 222.6pt; text-align: right;">
SEXTA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 222.6pt; text-indent: 0cm;">
Querido Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Es fácil acostumbrarse al dulce. Cómo no. Recibir tus cartas ha sido algo
inesperado y aunque el peso de la melancolía tiña el color de tus letras,
disfruto mucho leerte.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No sé. No tengo tu capacidad para poner en negro sobre blanco mis ideas.
Mucho menos mis sensaciones. Sólo sé que desde que recibí la primera algo en mí
cambió.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Cómo explicarlo. Mi vida se había encarrilado en un sentido. Encontré un
lugar en mi profesión, encontré mi lugar como esposa y como madre. Mi vida transcurría
cumpliendo con los vencimientos que periódicamente tus obligaciones te
presentan. Inicio escolar, acto de 25 de mayo, ayudar con exámenes, vacaciones
de invierno, visitas al médico, exámenes finales, vacaciones. Trabajar de lunes
a viernes, atender cuestiones familiares, planear fines de semana, encontrar un
momento para estar con mis amigas y darnos un espacio –él y yo –para vivir
nuestra intimidad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Mi vida está agendada. De día a día y de año a año. Es difícil que tenga un
sobresalto –, aunque los tengo –, tan difícil como que tenga una sorpresa. Vos
me sorprendiste. Y tus cartas abrieron un espacio en mi vida en el que nadie
más que yo tiene un lugar. Porque no soy ni madre, ni hija, ni esposa ni
hermana. Soy yo. Y por eso tus cartas se han vuelto tan importantes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Lamento lo de tu padre. Nunca lo conocí. Es muy raro, nunca conocí nada de
ti. Pese a ello, creo que te conocía mucho. Ahora que lo pienso, nunca
conociste a nadie de mi familia. Ni a mis padres ni a mis hermanas. Da la
sensación de que, en lo inconsciente, siempre quisimos que esto que tenemos
fuera algo clandestino. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hablar desde el corazón es muy difícil. Te deja muy expuesto. Hay quienes
pueden escupir te quieros a los cuatro vientos. Hay quienes creemos que no son
palabras que puedan decirse sin el respaldo adecuado en tus sentimientos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No quiero dejarte esperando eso para lo cual estas palabras son sólo una
excusa. Aunque, confieso, este juego previo que hemos entablado me seduce
mucho. Un beso es el sello perfecto para estas palabras que te dedico. Recibí
el tuyo y envío uno en respuesta. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hasta tus próximas letras.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo<o:p></o:p></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="mso-outline-level: 1; tab-stops: 222.6pt; text-align: right;">
SEPTIMA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 222.6pt; text-indent: 0cm;">
Querida Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Leerte me cambia el humor. Me estoy volviendo adicto a ti. Si no encuentro
en este lugar anónimo tus palabras, mi mente empieza a deambular por pasillos
oscuros. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pienso en ti a cada momento. Cuando viajo hacia la oficina, cuando estoy en
una reunión con mis socios, cuando reviso mi correo electrónico. Si el teléfono
suena, puteo porque ese timbre horrible ha hecho que tu imagen se desdibuje. Al
bajar a almorzar pienso que vos podés estar en un lugar cercano comprándote
algo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Elegimos caminos diferentes para nuestra profesión. Vos elegiste trabajar
en lo público, yo del otro lado del mostrador. Sin embargo, nunca nos ha tocado
cruzarnos. No sé dónde trabajas. Lo supe alguna vez, pero sé que tu cargo es
itinerante. Seis meses aquí, seis meses allá. Así es difícil seguirte el rastro.
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pienso en ti en este momento. Es tarde. Aquí todos duermen. ¿Dormirás tú? O
estarás despierta, mirando la pantalla de tu portátil, esperando ver mi carta
llegar. Pienso en ti a cada segundo. ¿Te lo dije? Pues lo diré de vuelta,
pienso en ti.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Ayer la nostalgia me abrumaba, hoy me siento con una fuerza que hace
décadas que no sentía. Siento que soy capaz de vencer cualquier obstáculo, que
puedo atravesar las barreras invisibles que nos separan.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Esa efervescencia que me ha invadido me da la fuerza para escribir sin
miedo. No me importa nada. El tiempo es nuestro para hacer con él lo que
queramos y lo que quiero es no alejarme más de ti. Aunque sea sólo a través de
estas cartas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Con el deseo de saber más de ti, te envío ese beso que nunca te robé.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo. <o:p></o:p></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="mso-outline-level: 1; tab-stops: 222.6pt; text-align: right;">
OCTAVA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 222.6pt; text-indent: 0cm;">
Querido Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Afuera llueve y el sonido de las gotas que rebotan contra la persiana me
mantiene vigilante. Siempre me gustó la lluvia. ¿Te acordás de aquella noche en
la que salimos de la facultad para tomar el colectivo y la lluvia nos
sorprendió en el medio de la nada? Fue poco después del accidente del que
hablabas en tu primera carta. No teníamos paraguas ni lugar dónde buscar
refugio. Sin embargo, no hacía frío, el verano estaba del otro lado de la calle
y las noches, aún con las tormentas, eran tibias y agradables.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Recuerdo cómo me miraste cuando llegamos a la parada. Estábamos empapados y
algo me dice que mi blusa se había puesto transparente. Te sonrojaste, bajaste
la mirada y no volviste a mirarme a los ojos en toda la noche. Sí, sé que te
excitó ver la forma de mis pechos casi como si estuvieran al descubierto. Pues
sí, casi lo estaban, no había otra cosa que esa tela mojada sobre ellos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Recuerdo ahora como me miraste mil veces. Cuando llevé ese catsuit gris a
la facultad, cubierta sólo por una campera de cuero. Sí, ese día me lo puse
para ti. Hay muchas cosas que hice para llamar tu atención. Y ahora sé que no
fue suficiente. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Llueve afuera. La tele pasa una película vieja. No puedo dormir. Saber que
estás pensando en mí me hace feliz. Y pienso en ti. Quizá nos hemos encontrado
en alguna otra dimensión, dónde nuestros pensamientos cobran vida y se unen en
un beso eterno.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sí, pienso en ese beso que nunca nos dimos. En este momento lo hago. En
algunas películas de dudosa calidad dirían que soy una chica mala. De hecho, en
la que estoy viendo lo acaban de decir. Y qué identificada me he sentido. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¿Dejará de llover antes de que amanezca? Me gustaría salir a caminar este
mediodía. Estoy más cerca de ti de lo que piensas. Quizá, en mi pequeño paseo,
encuentre un sendero que terminará donde sea que te encuentres.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Llueve y tengo los labios secos. Quizá un beso tuyo me los humedezca.
Espero por él.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="mso-outline-level: 1; tab-stops: 222.6pt; text-align: right;">
NOVENA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 222.6pt; text-indent: 0cm;">
Querida Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Desde aquella noche, la lluvia tuvo un sabor especial para mí. Más de una
vez salí a deambular por las calles de Buenos Aires desprovisto de toda
protección climática cuando mi olfato –o el Servicio Meteorológico Nacional –me
decía que era probable que la lluvia viniera de visita a la ciudad. No me
importaba que fuera invierno o verano. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Ahora, más que nunca, amo la lluvia. Dicen que es un cliché del cine que
los protagonistas de una película de amor se besen bajo la lluvia. Eso es
porque no entienden lo que ello significa. La lluvia te despoja de todo, tus
prejuicios, tus miedos, tus inhibiciones. Te desnuda ante el mundo. Recuerdo
bien cómo se veían tus senos bajo esa remera empapada. Pero, más aún, recuerdo
cómo el cabello se pegaba a tu rostro, cómo tus ojos brillaban en la oscuridad
y cómo tu sonrisa me abrigaba el corazón. Recuerdo todo como si en este momento
estuviéramos allí. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Nunca me sentí más débil ante ti como esa noche. Cuando faltaba poco para
que bajara del colectivo pensé en decir que te acompañaba hasta tu casa, que
quería estar seguro de que llegaras bien. Lo cierto es que no quería que
llegaras. Quería tomar un desvío hacia un nuevo infinito. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La lluvia no es un cliché. La lluvia es mucho más. Da vida, renueva el
mundo. Y a la vez es capaz de destruir todo a su paso, de derrumbar montañas,
de ahogar ciudades enteras, de enterrarlas en el barro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La lluvia es la fuerza vital de la naturaleza. Una fuerza que nos ha
querido acercar desde siempre. Así que te digo, si este mediodía llueve, saldré
a la calle a buscarte. Con mis labios dispuestos a todo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hasta mañana entonces.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo.<o:p></o:p></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="mso-outline-level: 1; tab-stops: 222.6pt; text-align: right;">
DECIMA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 222.6pt; text-indent: 0cm;">
Querido Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¿Es una promesa tu última frase? ¿O tan solo un deseo? Pienso en mañana y
el corazón salta dentro de mi pecho. ¿Qué he de ponerme? Pregunta tan femenina como
irrelevante. Pero te juro que es lo primero que pensé cuando terminé de leer tu
carta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El tiempo ha pasado, no soy la misma que fui. Como el que tú eras no es el
mismo que eres hoy. No somos los mismos que nos abrazamos aquella noche, no soy
la del cabello mojado y los ojos ardientes. No tengo la misma figura, mis
pechos no son los que se insinuaban bajo la lluvia. Mi culo no está tan firme. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No sé por qué te digo esto, si nunca me he sentido acomplejada por mi
cuerpo. Sí, engordé unos kilos con los partos y nunca los perdí. Pero no por
ello me he sentido gorda. Las mujeres a veces perdemos la perspectiva de la
realidad cuando nos mira la balanza. ¿Cómo se puede pretender tener el mismo
cuerpo a los 45 que a los 25? Imposible. ¡Parí dos veces!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Creo que lo que me ocurrió fue un volver a tener veinte años. Lo raro es
que cuando tenía veinte años, que fue más o menos cuando nos conocimos, nunca
viví en carne propia el drama del qué me pongo. Siempre tenía bien en claro
cuál iba a ser mi look para el día que empezaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Qué me pongo, ¿cómo pudo ser mi primer pensamiento? Ya sé, ya sé, no hay
por qué castigarse por un segundo de pánico. Pero no soy yo. No me pregunté qué
me pongo cuando fui a casarme, ¿voy a preocuparme por un posible encuentro
fortuito con vos? No, como diría mi hija, estoy quemada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Lo único que sé es que me puse a temblar con tu carta. Y mañana, sea lo que
sea lo que me ponga, tendré un pañuelo rojo cubriéndome el cuello. Del mismo
color que estarán mis labios. ¿Te acordás lo que me dijiste?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hasta mañana, te espero siempre.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo.<o:p></o:p></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="mso-outline-level: 1; tab-stops: 222.6pt; text-align: right;">
UNDÉCIMA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 222.6pt; text-indent: 0cm;">
Querida Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Qué importa lo que te pongas, si, al final, mi plan es despojarte de toda
tu ropa. Para mí, no es algo que te embellece, es un obstáculo para llegar a lo
que quiero. ¿Qué es lo que quiero? Te quiero a ti.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Esta tormenta es implacable. Los truenos hacen que coros de alarmas entonen
sus breves melodías en las calles, los relámpagos ciegan a la noche con su
resplandor. El agua golpea contra la persiana con tanta fuerza que me hace
pensar que está granizando. Y yo deambulo insomne por la casa, con tu carta
pegada a la pantalla de mi celular. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Entonces decidí entrar a tu perfil de facebook para espiarte un poco. Vi
tus fotos, vi a tus hijos, vi a tus padres, a tus hermanas y lo vi a él. Vi las
fotos de unas vacaciones en Pinamar, de otras en Miami y de una excusión a la
montaña en San Martín de los Andes. Pero había muchas fotos que no vi. Fotos
que seguramente están en algún álbum privado. Privadas de su libertad para
decirle al mundo lo bella que sos. Habría que armar un piquete para exigir que
las mismas sean liberadas. Quizá me presente yo a pedir que me designen
defensor de las fotos, para poder entrevistarme con ellas y discutir su
defensa. Entrevistarme con ellas. ¡Qué tarado! <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¿Por qué no llega el alba? ¿Se habrá ahogado el tiempo con tanta lluvia? No
sé. Tengo fiebre de vos. Tengo sed de tus labios. Tengo hambre de tu carne.
¿Qué demonio se ha apoderado de mí? Es demasiado fuego hasta para el infierno. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Otro trueno, otro coro histérico desatado. El techo nuboso enmascara el
amanecer a tal punto que es imposible saber si el sol ya ha salido. La ciencia
dice que sí, mis ojos no pueden dar fe. Hora de ir a darme una ducha. Espero
que el cansancio no me gane. Necesito energía para caminar a tu encuentro.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Dejando el corazón en tus manos,<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo. <o:p></o:p></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="left" class="MsoTitle">
DUODECIMA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 222.6pt; text-indent: 0cm;">
Querido Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No llovió. El marco que queríamos para tener nuestro propio cliché
romántico no se dio. Las nubes estuvieron ahí, rondando, dejando al día
huérfano de sol, pero la lluvia se tomó el día para darnos un descanso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La mañana transcurrió lente. Entre expedientes y llamados telefónicos, pasé
el día con una falta de concentración que no es habitual en mí. No soy de mirar
el reloj mientras trabajo. No atiendo al público, salvo aquellos que vienen
especialmente a hacerme algún planteo o consulta específico sobre algún
expediente específico. A veces es un bálsamo dejar de leer las historias
interminables que se arman en estas carpetas para poder mirar a los ojos a
alguien y tener un breve intercambio de palabras. A veces. En general son
tipos, o sus equivalentes femeninos, que vienen con una falsa buena onda a
exigir algo que no estamos dispuestos a dar. A veces es gente genuina que viene
con una sonrisa a despejar una duda o a pedir ayuda con algo. Hace unas semanas
vino un recién recibido que tenía una cara de pánico que me inspiró una
ternura… Pobre, estaba más perdido que… ¡No se me ocurre remate para el chiste!
Al menos no ninguno que me parezca inteligente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Bueno, la cuestión que el chico –tenía una cara de nene que pedía
inscripción al jardín de infantes –tenía un problema que pude solucionarle en
menos de quince segundos. Parece que hacía tres días que venía dándole vueltas
a la cosa y no le encontraba solución. Casi se pone a llorar cuando le dije cómo
arreglarlo. No es mi tarea decirle a los profesionales cómo arreglar sus
problemas, pero hay veces que no podes evitarlo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hoy no vino nadie a verme. Así que dejé que el día transcurra de dictamen a
dictamen. Entonces alguien vino a preguntarme si quería algo para comer. Miré
la hora en la compu y vi que ya eran más de las 13.30. Le dije que no, que
quería salir. Agarré la cartera, el abrigo y salí. Bajé por el ascensor más
cercano a mi oficina y salí por la puerta de Talcahuano. Bajé las escalinatas, caminé
hacia Lavalle y me di cuenta que no sabía dónde podías estar. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Casi me pongo a llorar. Busqué otra carta, a ver si mencionabas algún lugar
de encuentro. Nada. Entonces pensé que no había otro lugar por el que
caminarías que la plaza que estaba del otro lado de la calle. Levanté los ojos
y te vi. Ahí estabas, tan alto como siempre, tan lindo como siempre. Un poco
más viejo, un poco más gordo, pero el mismo. Estabas caminando por Tucumán
hacia la esquina de Talcahuano, más o menos a mitad de cuadra. Entonces te vi
atender el celular. Algo pasó. Cortaste rápido y miraste hacia la calle. Viste
un taxi que venía vacío y le hiciste una seña. Te subiste rápido y el auto
salió rápido, dobló en la esquina y pasó delante de mí. Te vi en el taxi,
escribiendo en tu teléfono. No sé por qué pensé que algo grave había ocurrido.
No sé qué. Algo más importante que esta fantasía nuestra. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No importa. Sólo espero que estés bien. No quiero darme manija con nada. No
quiero pensar que fue una señal, que quizá lo nuestro no debe ser. No quiero
pensar pero lo estoy pensando. Mierda, que difícil es mantenerse bien cuando el
espejo de tus ilusiones se cae a pedazos frente a tus ojos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No importa. No importa. No importa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¿Qué te alejó de mí esta vez? <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Espero puedas escribir pronto. Yo espero. Yo te espero. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="left" class="MsoTitle">
<span lang="ES-AR">DECIMOTERCERA</span><o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 222.6pt; text-indent: 0cm;">
Querida Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Qué destino cruel este que se ha interpuesto entre nosotros. Llegué a las
doce y media a la plaza y comencé a dar vueltas. No me senté en ningún banco
porque estaban mojados y una cosa es mojarse con la lluvia y otra muy distinta
sentarse sobre un charco.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Estoy sin dormir. Y, aunque parezca mentira, no estoy cansado. Estuve con
una energía muy especial toda la mañana. Activo, imaginativo, voraz. Resolví
todo lo que se cruzó por mi camino. Para bien o para mal, lo hice. Alguno ha
dicho que lo importante de un líder es marcar el camino. Hacia el centro o
hacia el flanco, no importa, lo que importa es que tome una decisión. Esta
mañana he tomado cientos. No exagero.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Siempre alguien dice que no exagera, es porque lo hace.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Como te dije, a las doce y media llegué a la plaza. A las doce y cuarto
decidí que mi euforia necesitaba aire y me puse el piloto para salir a la
calle. Se ve que la tormenta de la noche anterior dejó al cielo sin lágrimas.
Pese al domo gris que envolvía a Buenos Aires, el suelo se mantenía seco. Salí
a caminar por Diagonal Norte, dejando la Casa Rosada a mis espaldas. Esquivé
obras de mantenimiento de calles, vendedores ambulantes, contingentes de
turistas brasileños, un tipo de pantalones ajustados rojos, remera rosa y
auriculares cantando con un falsete espantoso, el tráfico enloquecido y la china
que quería sacarle una foto al obelisco. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Llegué a la plaza y la recorrí por sus diagonales, por su círculo central y
por sus bordes exteriores. Me paré a la una donde manifiestas los jubilados los
miércoles y me quedé observando a cada mujer que entraba o salía del edificio.
Un colega me vio y me dio charla cinco minutos. Solía llamarlo mi amigo hasta
ese momento, pero su inoportuna interrupción lo ha pasado al bando de mis
enemigos, en el cual tiene el privilegio de ejercer el cargo de manera
unipersonal.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me despedí a las 13.25 y comencé a dar una vuelta a la plaza. Talcahuano,
Lavalle, Libertad, Tucumán. Lo hice en cámara lenta, con la atención puesta en
todo lo que me rodeaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¿Por qué sonó el celular en el preciso momento en que tú salías por la
puerta de Talcahuano? No lo sé. Mi socio había recibido el llamado inesperado
de uno de nuestros clientes más importantes que necesitaba reunirse con
nosotros. Atendelo vos, le dije. No, boludo, dijo él, pidió específicamente por
vos. Puteé, paré un taxi y me subí. Y mientras el taxi buscaba su camino hacia
Corrientes, comencé a escribir un borrador de esta carta. ¿Por qué no mantuve
mi atención en la escalinata? Mis ojos se hubieran llenado de ti. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Roma no se construyó en un día. No desesperes, por favor. Mañana será otro
día. Mañana no me esperes, porque ya estoy allí, esperándote.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Todo tuyo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="tab-stops: 222.6pt; text-align: right;">
DECIMOCUARTA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 222.6pt; text-indent: 0cm;">
Querido Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Debo confesar que, después de verte partir en ese taxi, pensé muchas cosas
que no puse en papel. Pensé que alguien de tu familia te había llamado. Ella. O
alguno de tus hijos. Pensé, incluso, que te habías acobardado, que me habías
visto a la distancia y que el pánico se apoderó de ti. Pensé que ese llamado
telefónico no era real, que lo hiciste para disimular. Que el taxi fue el
primer refugio que encontraste.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero no, te fuiste porque tu socio te llamó. Porque un cliente pedía por
vos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Perdoname que te diga esto, pero qué clase de prostíbulo tenés en el cual
los clientes piden por algún abogado especialmente y el abogado sale corriendo.
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sí, estoy furiosa. Si me hubieras dicho que tu hijo tuvo un accidente o
cualquier otra mentira, no hubiera tenido esta reacción. Pero que postergues el
encuentro con la mujer de tus sueños porque un cliente necesitaba reunirse con
vos, me parece algo, no sé, patético.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No quiero que me perdones por lo que dije. No necesito disculparme. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No sé por qué me hice tantas ilusiones con este encuentro. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Quedé herida. Mi herida primero me hizo sentir dolor, ahora me hace sentir
furia y no veo otra salida que culparte de todo esto que me revuelve las
entrañas. Tú hablaste de espinas y perfume. Yo ahora sólo siento esta esquirla
que se ha alojado junto a mi corazón y que, con cada latido, amenaza con
partirlo a la mitad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Te odio tanto como te amo. Quiero gritar y patear y destruir todo lo que
tengo a mi alcance. Pero no puedo, porque tengo que ser la de siempre, la
esposa, la madre, la profesional. ¿Dónde queda lugar para la mujer? En mi
desierto. Un desierto que ayer convertiste en tierra arrasada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Te odio. Te odio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Te amo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Mierda. Quiero decirte que no me escribas más, que no quiero volver a saber
de ti, que no quiero recordar más ese pasado que no tuvimos. Pero no puedo,
porque lo que verdaderamente quiero es hundirme entre tus brazos y perderme con
tus besos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Mierda, te amo. No puedo pensar en otra cosa. Como te odio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No sé cuándo aplacará este huracán que me ha encarcelado en su centro. No
sé cuándo podré salir de este infierno cruel en el que metiste. No sé nada. No
sé si quiero volver a saber de ti. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Te amo, te odio, que batalla más intensa se libra en mi interior. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No puedo seguir. No sé cómo despedirme. No lo haré. Ni dejaré mi firma esta
vez. O sí, la dejo. Quiero que sepas bien a quién lastimaste.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
A mí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo. <o:p></o:p></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="text-align: right;">
DECIMOQUINTA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 222.6pt; text-indent: 0cm;">
Querida Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Estoy sin palabras. No puedo salir del shock que tu carta me ha provocado.
La he leído una y otra vez y no encuentro una respuesta a tus reclamos. Ni
siquiera llego a entender bien lo que ocurrió.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No sé cómo empezar. Creo que no sirve justificarse. Creo que no sirve
inventar excusas. Creo que nada sirve ya. O quizá lo único que puede servir es
no decir nada y esperar que ese debate entre el amor y el odio que sientes se
incline a favor del primero.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No sé qué es lo mejor, por lo que haré lo que deba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Anoche llegué muy tarde a casa. Después de escribir mi anterior carta tuve
una reunión de última hora que se prolongó, un after office para celebrar la
conclusión exitosa de una larga negociación y bebidas alcohólicas acompañadas
de aire. Para cuando llegué sólo quería dormir.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No recuerdo cómo hice para cambiarme. Lo hice, porque a la mañana no tenía
puesta la ropa del día anterior. Me tiré sobre la cama y dormí hasta la mañana
de hoy. Me levanté a las 8, tomé un café y me metí en la ducha. Cuando salí,
fui a chequear el celular y me di cuenta de que estaba muerto. No lo había
puesto a cargar la noche anterior y se había agotado la batería. Me vestí a las
apuradas, puse un cargador en mi attaché y salí a la calle. Tenía que estar a
las 9.30 en el edificio Otto Wulff, el que está en la esquina de Perú y
Belgrano, que seguro identificarás rápidamente por los ocho atlantes que luce
su fachada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Apenas llegué, pedí permiso para poner a cargar mi teléfono. Entré a la
reunión, en la que me sirvieron un café que no hubieran servido a un preso en
la peor mazmorra de Saddam Hussein, y estuve metido en ella hasta las doce del
mediodía. Cuando salí a la calle, encendí el teléfono y vi que tenía una docena
de mensajes de voz, una chorrera de mensajes de texto y tu carta. Tenía la
opción de ir al café de la planta baja del edificio, pero sabés que pienso de
la franquicia de la sirena. Nada bueno. Así que me fui al Bar El Colonial, que
está en la esquina opuesta de Perú, una de las viejas leyendas del café de
nuestra ciudad. Pedí un café con leche con medialunas y comencé a revisar el
aparato. Revisé los mensajes de texto, contesté los relevantes e ignoré los
demás. Luego escuché y borré los doce mensajes de voz. Al final, entré a leer
tu carta.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me doy cuenta de que si hubiera estado sentado delante de ti cuando
escribiste tu descargo tendría un par de piezas dentales flojas. Quizá así todo
hubiera sido más fácil. Pero las cosas son como son.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Durante muchos años he llenado mi vida de vacío. Eso me ha hecho perder el
rumbo. Ya te dije, nunca quise ser lo que soy. Quise otra cosa, pero no tuve el
coraje para hacerlo. Privilegié el dinero por encima de mi felicidad.
Privilegié una vida cómoda a una vida plena. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Mi trabajo es mi condena. No es un instrumento para llegar a mi realización
personal, es el amo que me hace marchar de sol a sol por este mundo sin pensar
en lo que realmente quiero.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Trabajo mucho. Salgo de casa a las ocho y media sin desayunar más que un
café hecho a las apuradas con una de esas cápsulas que Clooney tanto disfruta
en los comerciales. A veces salgo más temprano. Nunca llego antes de las nueve
de la noche. A veces llego más tarde.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No me extraña que me haya convertido en un extraño dentro de mi casa. Ese
extraño que firma cheques, reparte billetes y cubre los saldos de las tarjetas.
Un extraño al que, a veces, sus hijos se acuerdan de saludar. Si nunca estoy,
¿cómo podrían saber quién soy?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No quiero seguir así. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Lo que ocurrió ayer fue un acto reflejo. Me llamaron del trabajo, salí
corriendo. Soy esa clase de prostituta. La que está lista para poner el culo
para lo que el cliente quiera. Es probable que no hubiera salido corriendo así
si me hubieran avisado de la muerte de uno de mis hijos. Hubiera esperado cinco
minutos más para que me dieras un abrazo y desmoronarme en tus brazos. Pero soy
un perro de Pavlov. Suena el teléfono del trabajo y babeo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No sé qué más decirte. No quiero volver a herirte jamás. Quiero enmendar el
mal que te he hecho. No quiero que vuelvas a sufrir por mi culpa. Quiero darte
lo mejor de mí. No quiero seguir siendo un esclavo de mi vacío. Citando al
gitano, quiero llenarme de ti.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Espero que me perdones. O, al menos, que me des otra oportunidad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Siempre tuyo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="text-align: right;">
DECIMOSEXTA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
Querido
Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Al principio no quise
leer tu carta. Mi enojo me lo impedía. Por otro lado, mi ansiedad me pedía que
dejara pagando a mi enojo y me avocara a la lectura.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Te leí. Y lloré. No me
preguntes porqué. No había nada en ella que justificara mi emoción. O quizá es
la nada que también siento en mi interior la que me llevó a identificarme tanto
con vos en la descripción de tu vida cotidiana y largarme a llorar por darme
cuenta que los sueños que alguna vez tuve quedaron relegados por la necesidad
de asegurar el curso de mi vida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tener seguridad no es
malo. No quisiera saber lo que es tener un hijo enfermo y no poder pagar los
remedios. No quiero saber cómo es el llanto de tu hijo cuando no podés
satisfacer tu hambre. Trabajé para llegar a un nivel de seguridad aceptable, un
nivel que muchos llaman cómodo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sabemos que la seguridad
es algo relativo. Una amiga se casó con un joven profesional que empezó su
propio negocio y se convirtió en millonario en un par de años. Compraron una
pequeña mansión y vacacionaban tres veces al año, una vez en Europa, otra vez
en Punta del Este y la tercera dónde se les antojara viajar. Cambiaban los
autos cada año y nunca se preocupaban por el dinero. Hasta que una tarde a su
marido le dispararon tres tiros en el pecho para robarle el maletín.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En poco tiempo perdió
todo. Tuvo que vender mucho de lo que tenían para pagar deudas. Tuvo que sacar
a sus hijos del colegio caro al que los mandaba. Tuvo que mudarse de la mansión
a un departamento de dos ambientes. Tuvo que encontrar un trabajo para pagar la
olla.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La seguridad no existe. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Entiendo que mi error fue
querer que vos me dieras seguridad. Que vos me realizaras esos sueños que yo
abandoné hace mucho. Que me llevaras a Andalasia, a Nunca Jamás, o a Muy Muy
Lejano, algún lugar donde sólo existen finales felices. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Entiendo, ahora, que a
cualquier lugar que quiera ir, no tendrá que ser porque alguien me lleve.
Tendré que encontrar el espejo y cruzar al otro lado. Y antes de hacerlo,
tendré que enfrentarme a mi propio reflejo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me enojé con vos por irte
a trabajar. Me enojé conmigo por no saltar delante de ese taxi y detenerte. Fui
pasiva, como siempre lo fui. Dejé que la vida me pase por delante sin atreverme
a ir a buscarla. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Te creo que no quisiste
herirme. Como yo no quise odiarte. Ni siquiera sé si esa herida que te endilgo
me la causaste tú. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Estoy cansada. No sé si
quiero seguir escribiendo. No hoy. Quizá mañana. Cuando vea tu próxima
respuesta, en la cual espero que contestes a la pregunta que da vuelta en mi
cabeza hace varios días.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¿Me amas?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo. <o:p></o:p></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="text-align: right;">
DECIMOSÉPTIMA.<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
Querida
Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Es la única respuesta que
tengo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Parece una locura que
estas cartas me hayan devuelto el alma, pero así es. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Parecemos dos personajes
sacados de una novela de otro siglo, viviendo un amor por correspondencia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sí, te amo. No me importa
nada. Esto que me aprieta el corazón, este yunque que me deja sin respiración
es el amor que tengo por ti y ya no soporto más mantenerlo oculto. Cuando te
escribí la primera carta pensé en desahogarme, pensé que lo más probable es que
nunca la leyeras. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sí, sí, sí. Te amo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Mierda. Me siento un
pelotudo escribiendo lo que escribo. Pero por no escribirlo me sentiría peor.
Nunca fui expresivo. Nunca dejé a mi corazón hablar con libertad. Siempre
anduve con cuidado con mis emociones. No más. No más. No.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Espero haber contestado
tu pregunta. Espero que quieras preguntarme otras. Espero que pueda responder
desde lo que siento, y no desde lo que mi yo pacato mi dicte. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No puedo más. Confesar ha
sido liberador, y agotador. Espero por ti.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo.<o:p></o:p></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="text-align: right;">
DECIMAOCTAVA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
Querido
Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me fui a dormir esperando
tu respuesta y apenas me levanté esperé verla. No sé por qué, si tus respuestas
suelen llegar al amparo de las sombras. ¿Qué habría cambiado para que te
atrevieras a dejarte ver a plena luz del día?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Al salir del trabajo a
eso de las 15 decidí que no estaba apurada para llegar a casa. Salí del Palacio
de Tribunales por Talcahuano y tomé esta calle hacia Avenida Santa Fe. Hacía
sol, así que fui sin apuro. Ya había chequeado el teléfono antes de salir para
ver si me habías escrito. Y no, no lo habías hecho. No es un reproche, es un
hecho.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Dios, qué difícil es
escribir de manera coherente con lo que me pasa por dentro. No me aguanto a mí
misma, es oficial, voy a explotar. Tomo aire, respiro profundo y trato de
calmarme. De algo tienen que servir todos esos años haciendo yoga.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Vuelvo al relato. Al
llegar a Avenida Santa Fe me pregunté por qué había ido hacia ese lugar. Miré a
mí alrededor y decidí que iría a Retiro a tomar el tren para ir a casa.
Entonces tomé por Arenales y bajé sin apuro. Crucé la Avenida 9 de Julio y poco
antes de llegar a la esquina de Esmeralda vi un local de lencería de reojo.
Estaba en la vereda opuesta a la que yo recorría. Me detuve un instante y me di
cuenta de que allí había un camisolín negro muy sensual que me estaba mirando.
Aproveché el cambio de semáforo para cruzar y entré al local. No había nadie
más que la vendedora. Que bien podría haber sido un vendedor, porque sus rasgos
eran llamativamente masculinos. Apenas la saludé me di cuenta de que no estaba
tan equivocada en mis apreciaciones.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Le pedí el camisolín, me
lo mostró, y en su voz ronca me dijo que tenía algo mejor para mí. Y debo
reconocer que sabe su negocio. Me hizo pasar al probador con ambas prendas e
intercambió sus pareceres conmigo. Fue tan raro. No me gusta cambiarme enfrente
de otras mujeres cuando entro a un vestuario, siento un millón de ojos que me
observan y me siento intimidada. Pero en ese negocito tan bien puesto, no me
preguntes por qué, no me molestó que Lulú –sí, así se hace llamar la vendedora
–me mirara mientras me cambiaba. Será porque en realidad no lo hacía. Yo me
desnudé frente a ella probándome prenda tras prenda mientras ella me daba
charla pero ella no me observaba, me veía sin observarme, hasta el momento en
que yo decía listo. Entonces me observaba con atención y me señalaba las
virtudes y defectos de cada prenda. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Al cabo de seis cambios
de vestuario, Lulú me dijo que había encontrado lo mío. Cerró la cortina, me
dejó vestirme y me preparó lo que me iba a llevar dentro de una caja de tapa
rosa con motivos negros que fue a parar a una bolsa de cartón negra con motivos
rosa, como si la bolsa fuera el negativo de la caja.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pagué de contado y sin
culpa. No iba a dejar que quedara un rastro en la tarjeta de crédito. Saludé a
Lulú con dos besos y seguí camino hacia la estación. Tomé el tren Mitre, Ramal
a Tigre, y me bajé en la estación Olivos para llegar a casa. Caminé por Ricardo
Gutiérrez hacia Maipú, compré unas cajas de ravioles en la fábrica de pastas
que está antes de llegar a la esquina de Estrada y de ahí caminé las cinco
cuadras que tengo hasta casa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Llegué, dejé las pastas
en la heladera, puse la bolsa junto a mi cama, de mi lado, oculto a la vista de
quién entrara a mi dormitorio, y me fui a dar una ducha. Fue una ducha larga,
de esas que relajan. Cuando salí del baño, envuelta en mi bata, me lo encontré
a él dentro del dormitorio examinando la bolsa de Lulú. ¿Y esto? Una sorpresa,
le dije. Que linda sorpresa. Me dijo que quería ver cómo me quedaba. Le dije
que no era momento, que había que esperar un momento en que estuviéramos
tranquilos. Esta noche, me dijo, y dejó la bolsa donde estaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No sé porqué llegó tan
temprano. No le pregunté. Llegaron los chicos de sus actividades de la tarde,
preparé la cena y para cuando me fui a la cama él ya me estaba esperando con la
caja en la mano. Por dentro hervía de furia. No compré esto para vos, idiota,
quería gritarle, pero qué remedio, no estoy lista para hacerlo. Así que sonreí,
agarré la caja y me fui a cambiar al baño. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Salí envuelta en mi bata.
Cuando entré al dormitorio, cerré la puerta y a su pedido, me la quité. Él me
miró embobado y me pidió que fuera hacia él. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No te voy a contar
detalles. Ahora él duerme a mi lado, satisfecho por haber tenido sexo. Habrás
notado que dije que tuvimos sexo, no que hicimos el amor. Eso es porque hace
mucho que no hacemos el amor con él. Nuestros encuentros son masturbaciones
compartidas en las cuales no existe ninguna conexión entre nosotros. Es lo que
hay. A veces satisfacen. Hoy, no.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Él se quedó dormido
enseguida, yo no. Yo encendí la tele y esperé sus ronquidos para bucear en mi
teléfono por alguna perla perfecta dentro del seno de una ostra. Y la encontré.
Lágrimas silenciosas rodaron por mis mejillas. Lágrimas que brotaron gracias al
orgasmo que tus palabras hicieron nacer en mi alma. Leer que me amas fue algo
mágico que borró de mí el deseo de lamentarme por haber malgastado aquello que
Lulú me ayudó a elegir para ti. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Qué ganas de tenerte conmigo
ahora. Que ganas de huir hacia tus brazos. No esperemos más para nuestro
encuentro. Mañana. Ya mismo. Que no puedo más de esta ansiedad. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Te amo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo.<o:p></o:p></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="text-align: right;">
DECIMONOVENA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
Querida
Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Ese regalo qué tú quieres
darme, él jamás podrá robármelo. No es algo que puedas comprarle a Lulú o a
nadie más. No es algo que pueda empacarse para regalo. Es algo más.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Somos esclavos de
nuestras vidas. Vidas que construimos atados por cadenas invisibles que nos
cuesta mucho romper. Si pudiera, saldría ya mismo a buscarte. Sabes que no hay
nada que mi alma y mi cuerpo desee más. Si pudiera, usaría una topadora para
demoler mi vida y comenzaría a construirla nuevamente a tu lado. No me importa
él, no me importa ella. Pero están ellos. Los tuyos, los míos. Y no podemos ser
tan irresponsables. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pero eso no quiere decir
que me resignaré a vivir la vida que he llevado hasta hoy. Me rehúso a hacerlo.
Quiero ser feliz. Si para ello tengo que pasar por el trauma de un divorcio,
pasaré. Trataré de que no sea una hecatombe, pero si he de sangrar, sangraré.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No quiero algo
clandestino contigo. No creo que nuestro amor lo resista. No puede moverse al
amparo de las sombras, necesita la luz del sol para poder crecer. Y yo quiero
que crezca. Yo quiero que las lágrimas que nuestras rupturas nos provoquen
abonen la semilla que estas cartas vieron germinar. Quiero que sea fuerte para
resistir las tormentas que nos toque pasar. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Dios. Qué difícil es
escribir esta carta. Quizá haya sido la decisión más difícil que haya tenido
que tomar en mi vida. Reservar mis pasiones para otro momento, uno en el que
los conflictos no nos atormenten más.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo creo que ella quiere
el divorcio tanto como yo. Ofreceré términos que le garanticen un buen pasar y
seguridad suficiente como para no tentarse a iniciar una guerra total. Ella no
me ama. Como yo no la amo. Creo que, incluso, hace tiempo que me engaña con
otro hombre. No me interesó mucho indagar en ello. Si ella estaba tranquila con
su amante, no se sentía impulsada a buscar pelea conmigo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Nunca quise tener
conflictos. No soy un peleador. Soy un conciliador nato y sé que hay que
reasignar algunas cosas para tener lo que más se quiere. No me importa la casa,
no me importa el auto. Ni siquiera me gusta manejar. No me importa nada de lo
que adquirí con ella. Que se lo quede todo. Sólo quiero mi libertad para irme
contigo y un espacio para poder seguir siendo padre de mis hijos.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Si aceptas mis términos,
estoy dispuesto a darte lo que necesitas para que puedas encarar tu lucha con
él. Espero que sigas mi ejemplo y uses el diálogo como arma principal en tus
batallas. Espero que no te ciegues por las cosas materiales. Sólo quiero que te
centres en el amor. Y todo lo demás se acomodará solo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Si no aceptas mis
términos, no sé, quiero que propongas los tuyos. Creo que una vez que nos
encontremos nos será muy difícil pensar. Y para tomar estas decisiones
necesitamos tener las ideas claras.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Si aceptas mis términos,
encontrémonos en lo de Lulú el próximo lunes a las tres de la tarde y que él te
surta con las prendas necesarias para que sea testigo del desfile más
impresionante que jamás veré. No prometo contenerme, quizá Lulú tenga que
colgar el cartel de cerrado. Por lo que me has dicho, no creo que plantee
objeciones a nuestro pedido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Estas palabras que te
escribo me queman los dedos. Su fuego sube por mis venas y me consume el
corazón. Qué dolor tener que decirte pronto, que dolor dulce será esperar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Porque pronto seremos
uno.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Con desesperado amor,<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="text-align: right;">
VIGÉSIMA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
Querido
Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Esas palabras que te
quemaban los dedos me han quitado la venda que me hacía correr ciegamente hacia
el abismo. Inmolarse por amor no es amar, es cometer un acto de estupidez.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Es cierto lo que dices.
Este juego que empezamos no tiene sólo dos piezas sobre el tablero. No hemos de
bailar un tango suicida, hemos de armar una coreografía que ponga a cada uno en
su lugar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Parir sin dolor no es
posible. Por más epidural que te pongan, siempre hay dolor. Pero ese dolor lo
aceptamos porque sabemos que no habrá nada que nos dará más felicidad que lo
que viene de ese dolor. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Nuestro amor tendrá que
afrontar el dolor que nos cueste hacerlo realidad. Por eso, acepto tus
términos. Tú habla por tu lado, que yo hablaré por el mío. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Mis lágrimas ya han
sellado esta carta con la sinceridad de mi corazón. Te espero el lunes en lo de
Lulú para darnos ese abrazo que una vez nos dimos. Para darnos el beso que
nunca nos dimos. Para encontrar juntos el camino hacia la felicidad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No puedo creer la
serenidad con la que lloro. Será porque detrás del llanto se esconde mi
felicidad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tuya.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo.<o:p></o:p></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="text-align: right;">
VIGESIMOPRIMERA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
Querida
Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Qué día largo ha sido el
día de hoy. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Con tu respuesta en mi
retina, decidí que tenía que ocuparme de mí. Fui hasta la oficina, le di
instrucciones a mi secretaria para que cancele todas las reuniones que tenía
pautadas para el día de hoy y hasta el final de la semana. Luego me reuní con
dos de mis colaboradores para entregarles el manejo de todo aquello que no
podía esperar a la próxima semana. Finalmente, saludé a todos hasta el lunes
siguiente y me fui a comprar un par de valijas medianas y otra especial para
trajes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Regresé a casa. Estaba
vacía. Fui a mi dormitorio a empacar. Puse mis camisas de vestir, mi ropa
sport, mi ropa interior, medias en una y el calzado en la otra. Los trajes y la
campera fueron a la dedicada a ello. Pensé en llevarme algunas cosas de higiene
personal. Sólo puse con los zapatos dos frascos de perfume y un desodorante.
Luego llevé las valijas al living y fui a la cocina a prepararme un café de
cápsula. Sentado en la mesa de la cocina, con el café humeando bajo mi nariz,
me comuniqué con un amigo que tiene inmobiliaria para preguntarle si tenía un
dos ambientes por la zona de tribunales para alquilar. Me preguntó si
necesitaba un bulo, le dije que no, que era algo más permanente. Y que estaba
apurado. Me dijo espera media hora que te aviso. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me tomé el café. Llamé a
mi mujer. Quizá no quieras leer esta parte, si es así, saltéate los párrafos
que siguen hasta que veas que te diga que retomes la lectura.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Retoma la lectura aquí.
No quiero que te saltees nada.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Como dije, llamé a mi
mujer. ¿Dónde estás? En el gimnasio. ¿Tenés para mucho? Una hora, ¿por? Estoy
en casa, ¿podrías venir? ¿Ahora? Sí, ahora. Bueno ahora me ducho y salgo para
allá. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Estoy seguro de que ella
no estaba en el gimnasio. Está a tres cuadras de casa, no me hubiera costado
nada ir hasta la puerta para esperar a que saliera. Nunca iba a salir.
Seguramente estaba en algún hotel con su amante.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Llegó la señora que
trabaja en casa cargada con cuatro bolsas del supermercado. Se sorprendió al verme.
Vio las valijas y me preguntó si salía de viaje. Sí, en un rato, le dije. Me
preguntó si necesitaba algo y le dije que siguiera haciendo sus cosas. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tardó media hora en
llegar. Apenas entró, con el cabello aún mojado, vio las valijas. ¿Qué pasa?
Tenemos que hablar. Le dije que no podíamos seguir así. Ella se puso a la
defensiva. ¿Así cómo? Así, con esta vida falsa. Vos con tu amante, yo con el
mío, que es mi trabajo. Vos no me amas, yo no te amo y estoy cansado de fingir
que sí. Así que te vas de casa, me dejás. Sí, te dejo. No te la voy a hacer
fácil. ¿Por qué no? Si yo quiero que sea fácil para los dos. Ella se puso a
llorar. No le creí las lágrimas. Si querés pagarle a un abogado, le dije, es tu
problema, yo sólo quiero irme de casa. No me importa seguir manteniéndote como
hasta ahora. Y no quiero que los chicos sufran de más.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me fui. Lloré. Nunca
pensé que lo haría, pero lo hice, mientras viajaba en la parte de atrás de un
remise hacia un hotel. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Dos horas más tarde fui a
ver el departamento que mi amigo me había conseguido sobre la avenida Santa Fé
entre Libertad y Talcahuano. Arreglé el precio del alquiler y me puse en
campaña para conseguir las garantías que me pedían. No fue difícil. Un seguro
de caución emitido por una aseguradora que asesoro fue suficiente. Mañana
firmamos el contrato. Me fui al hotel, comí algo en la habitación y salí a
buscar a los chicos al colegio.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Los llevé a un café a
tomar la merienda y les conté todo. No todo, les conté que me fui de casa. Lo
tomaron a mal. Ellos tienen una mirada simple de las cosas. Yo me voy, soy el
villano del cuento. Los llevé a casa. Mi mujer me dijo que haría las cosas por
las buenas. Estoy seguro que habló con alguien.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Volví al hotel. Me di una
ducha y me tiré desnudo sobre la cama. Y entonces decidí escribirte. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Esta carta parece una
crónica. Me cuesta pensar en lo que siento. Estoy roto. No hay duda de ello. No
era posible que fuera de otra manera. Creo que la imagen de la topadora no se
aplicaba a mi familia, se aplicaba a mí.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Cómo te necesito. Y cuán
lejos está el lunes.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Perdona si no escribo
nada más, pero necesito irme a dormir.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tuyo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo.<o:p></o:p></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="text-align: right;">
VIGESIMOSEGUNDA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
Querido
Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Qué difícil es todo esto.
Celebro que hayas tenido el coraje que yo no tengo para enfrentar esta
situación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Ayer llegué a casa y
encontré a mis hijos en el living mirando televisión. Los saludé y, como
típicos adolescentes, apenas me prestaron atención. Me preguntaron qué comíamos
y siguieron con la suya una vez que les confesé que haría milanesas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Mis hijos son muy simples
para algunas cosas, para ellos, cualquier cosa puede arreglarse si hay
milanesas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Pelé papas, las corté en
bastones y las puse a remojar para sacarles el almidón. Saqué la carne, los
huevos, la leche y un paquete de perejil de la heladera. Batí tres huevos, le
agregué leche y sal y piqué finito el perejil para echarlo en la mezcla junto
con dos cucharadas de pimentón. Batí nuevamente y llevé la preparación a la
heladera. Luego me ocupé de la carne. Nalga cortada no muy finita. Saqué el
martillo del cajón y machaqué uno por uno los cortes para hacerlos más tiernos.
Dos kilos y medio de carne. Después saqué el paquete de pan rallado y preparé
una asadera con un fondo de pan. Abrí la heladera y comencé a empanar las
milanesas con doble pasada por el huevo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Durante todo ese tiempo
pensaba en el momento en el que tenía que hablar con él. Cuando lo haría. Qué
le diría. Cómo argumentaría. Cómo me justificaría. Y me di cuenta que no tenía
el valor para hacerlo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Dios. Vos la miraste a
los ojos y le dijiste no va más, y dejaste que la ruleta decidiera tu número.
Yo no me atrevo a acercarme a la mesa. Ni siquiera me atrevo a acercarme a la
puerta del casino. Mierda, cuánto miedo puede acumularse en tu interior. Nadie
te prepara para ello. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sonó el teléfono. Era él.
No vendría a cenar. Algo del trabajo. Nunca sospeché de él. Es época de
vencimiento de impuestos. Él es contador. No es de extrañar que llegue tarde.
Siempre ocurre alguna vez en estas épocas. Sin embargo, lo que debería haberme
causado alivio, ya que el miedo a tener la charla que tenía que tener me estaba
asfixiando, me causó ira. Justo hoy, que necesito hablar con vos, vas a venir
tarde, le dije. Y sí, se lo dije de bronca, sin pensar, porque si lo hubiera
pensado, quizá no lo hacía. De qué querés hablar, me preguntó. De mí, de
nosotros. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La conversación se
desmadró. Le dije que necesitaba un tiempo. ¿Qué es un tiempo, querés
separarte? No, no, respondí, asustada, sólo necesito un tiempo para pensar en
mi vida. ¿Querés hacer un retiro espiritual? Algo parecido, pero sola, quiero
irme una semana sola a pensar. ¿A dónde querés ir? No sé, a un lugar tranquilo.
¿Al campo? Puede ser. Andá, me dijo, voy a tratar de escaparme lo antes posible
así llego antes de que te duermas y hablamos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Cortó.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hice las papas fritas,
las milanesas y llamé a mis hijos a comer. Hablamos de cosas triviales. Al
final, levanté la mesa y lavé los platos. Mandé a mis hijos a la cama y me fui
a dar una ducha. Cuando terminé, me sentía muy cansada. Pero no me gusta
acostarme con el cabello mojado, así que encendí la tele y puse una película.
Al rato él llegó. Lo escuché en la cocina. Lo escuché sacar algo de la
heladera. Probablemente se hizo un sándwich de milanesa. Probablemente se
preparó algo para tomar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Al rato subió. En ese
momento me di cuenta que este tipo de charlas no deben tenerse de noche. Yo
estaba sentada en la cama, en camisón, con el cabello envuelto en una toalla.
Él había tomado. Se puso a llorar apenas me vio. No sé qué le pasó. No sé qué
pensaba. Quizá tenía más claro que yo lo que estaba sucediendo. ¿Me vas a
dejar? No supe qué responder. Quise decirle que sí. Pero ese miedo que sentía
mientras preparaba la cena no se había marchado. Seguía ahí, vigilándome. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No, no te voy a dejar, le
dije, como si fuera una promesa, pero necesito este tiempo para mí. Bueno,
anda, haz lo que tengas que hacer, yo me ocupo de los chico, pero vuelve.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Lloré toda la noche.
Lloré en silencio. Lloré con la amargura que me provoca la situación. Lloré
pensando en la traición que había cometido hacia nuestro amor. Ese amor al que
no le dimos una oportunidad. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No me esperes el lunes.
Me voy a ir mañana por una semana. No me esperes la próxima semana. No me
esperes. No quiero prometer nada. No quiero decidir nada. No quiero que nuestra
vida esté signada por esta maldición que es amarnos. Quiero ser libre. No lo
soy. Pero no es sólo él el que me ata. Mi prisión fue construida por una sola
persona. Yo. Y yo soy mi carcelero, mi celador, mi torturador. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¿Me odias? Espero que sí.
Quizá saber que me odias ahogue la culpa que siento. ¿Me amas? Espero que sí.
Saber que me amas hace que todo esto tenga sentido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
¿Podrás perdonarme? No lo
sé. Tampoco importa. Lo importante es que yo pueda perdonarme de una vez.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Perdóname. Ámame. Pero no
me esperes. No puedo prometer nada. Sólo que te tengo en mi corazón.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="text-align: right;">
VIGESIMOTERCERA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
Querida
Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No puedo odiarte. Nunca
podré hacerlo. Aunque tu carta me ha causado un dolor que no puedo aún llegar a
medir. Creo que nunca lo haré. Llevar las unidades de pesos y medidas al plano
de las emociones es algo que no debe hacerse. El dolor es algo tan subjetivo e
incomparable como el amor. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No puedo odiarte. No
puedo dejar de amarte. Me duele tu decisión, pero no podría amarte si no fueras
libre de tomarla. Y si así lo has querido, no hay nada que pueda hacer para
oponerme a tu voluntad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Espero que puedas salir
del laberinto en el que llevas encerrada desde hace tanto. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Debo ser justo. No me fui
de casa por ti. Lo hice por mí. Y no voy a dar marcha atrás. Ella tampoco
quiere volver atrás. Resulta que está mejor ahora que me fui. Pero no me
importa. Lo que me importa es lo que vendrá.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Hoy compré lo básico para
amueblar mi departamento. Una cama, una mesa, unas sillas, heladera y un
televisor. No necesito más por el momento. Supongo que con el tiempo compraré
más, pero no es mi intención quedarme aquí durante mucho tiempo. Quiero algo
que sea mío. Ya que, de pronto, siento que no tengo nada. No tengo a mi familia,
no te tengo a ti. Vuelvo a ser yo y mi trabajo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No puedo prometer que no
te esperaré. Llevo haciéndolo por más de dos décadas. Desde la noche de aquél
abrazo. Quizá te espere hasta el fin de los tiempos. No quizá. Lo haré. Te
esperaré por siempre. Y visitaré solo el local de Lulú. No nos encontraremos en
su local, lo haremos en mi casa. La que, espero, alguna vez será nuestra. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Así que, cuando vuelvas
de tu retiro, escríbeme. Estoy listo para escuchar lo que quieras. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Confieso que esta carta
es la que más me ha costado escribir. No ha sido el dolor de tu anterior
misiva. Ni siquiera la perspectiva de que aquella haya sido la última que
reciba. Lo cierto es que no quiero condicionarte. No quiero que pienses, pobre,
él hizo todo esto por mí y yo no hago más que decepcionarlo. La decepción de no
verte el lunes está, pero peor sería que fueras a encontrarte conmigo por
lástima u obligada por una promesa que no te sientes en condiciones de cumplir.
Ni siquiera has prometido nada. Te hice una propuesta, la aceptaste para luego
retractarte. Son cosas que pasan. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Lo importante es que he
podido reinventar mi vida en un sentido que me resulta mejor para mí. Lo
importante es que vos puedas pensar en tu vida y decidir con total honestidad
qué rumbo querés que tenga tu viaje por este mundo de ahora en más. Lo
importante es que seamos felices. No es relevante si ello ocurrirá estando
juntos o cada cual por su lado, lo importante es que ocurra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Desde el fondo de mi
corazón, te deseo una semana fructífera. Y espero que respondas esta carta, ya
sea para decirme que quieres darle una oportunidad a esa historia que aún no
hemos empezado a escribir o para despedirte de mí con el mismo afecto con el
que me abrazaste aquella noche. Tengo una botella de vino que espera ser destapada
en el momento que esa carta llegue.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Recuerda. No te odio. De
eso puedes estar segura. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Siempre tuyo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo.<o:p></o:p></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="text-align: right;">
VIGESIMOCUARTA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
Querido
Tú:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Estar sola estos días fue
más difícil de lo que creí. El silencio de la soledad puede ser abrumador. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me siento tentada a
escribir con términos difíciles, utilizando para ello recursos como el
oxímoron, la metáfora y el símil. Pero quiero escribirte desde el corazón, así
que voy a intentar que la simpleza sea la que rija mis palabras.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Huí al campo, a una finca
que mis padres compraron poco después de que mi papá se jubilara y que, a la
larga, se convirtió en lugar para escapadas de marzo a diciembre. Allí no había
nadie. Los caseros, un peón que se ocupa de las pocas vacas que tenemos y la
hija de los caseros, que como estaba de vacaciones en la escuela no tenía mucho
que hacer y entonces me rondaba para ver si quería su compañía.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Desde que llegué hasta
que me fui, el frío estuvo presente. Hacía rato que no recordaba noches tan
gélidas en esa casa. El hogar ardía toda la noche con varios leños gordos
destinados a dar calor durante toda la noche, aún así, necesitaba dos frazadas
entre la sábana y el acolchado para sentir algo de calor en mi cuerpo cuando
iba a acostarme. Cuando despuntaba el alba, el parque, verde durante el día,
tenía un aspecto blanco azulado fantasmal por las heladas que se hacían fuertes
poco antes de la primera luz. Durante el día, el viento soplaba suave pero
constante, impidiéndole al sol entregar su calor a la tierra.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En ese freezer natural me
dediqué a pensar en mi vida. Mi infancia, mi juventud, las decisiones que
marcaron mi pasado. Primero me pregunté por qué estudié derecho. Por qué no
hice otra cosa. No habría podido ser médica. Me enfermo cuando veo sangre.
Quizá podría haber sido una cantante, una reina del rock, una estrella pop.
Quizá, pero creo que mi vida hubiera sido muy vacía. Recorrer escenarios del
mundo sin llegar a ver el mundo es algo triste. Y después está el aislamiento.
No se puede ser una estrella de nada y salir a la calle. Así que no estuvo mal
decidir ser abogada. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Trabajar en la justicia
es algo que se dio solo. Conseguí un trabajo en un juzgado, me recibí y seguí
trabajando allí. Y pasaron todos estos años en los que hice carrera. Fui de
puesto en puesto hasta llegar a dónde estoy. ¿Estoy conforme? No lo sé. A veces
pienso que me hubiera gustado probar en el sector privado para ver qué pasaba.
Después pienso que por ahí terminaba siendo uno de esos abogados mediáticos que
viven más en los estudios de televisión que en tribunales.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me casé con él. Nacieron
mis hijos. Vivimos una vida que se fue gastando de a poco. ¿He sido feliz? Sí,
no puedo negar que lo he sido. ¿Sigo siéndolo? No, ahora no lo soy. La pregunta
más importante es la que viene. ¿Es él el culpable de mi infelicidad? No puedo
mentir en esta, así que la respuesta no puede ser ni un sí ni un no.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Dos árboles pueden ser
plantados al mismo tiempo y uno de ellos puede crecer más rápido que el otro.
Quizá uno se conforme con cierto nivel de crecimiento mientras el otro quiera
llegar a ver qué hay más allá del firmamento. La cuestión es que no hemos
marchado al mismo paso en nuestra relación. A él le gusta su paso, a mi me
parece demasiado lento. ¿Es su culpa? No, claro que no. ¿Es mí culpa? No, por
supuesto que no. ¿Quién es culpable entonces? A veces no hay culpables. Sólo
cosas que pasan.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La siguiente pregunta es
la que quizá más me costó contestar. ¿Lo amo? Pienso, pienso y pienso. Y no
llego a un sí ni a un no. Lo amé, eso no me genera dudas. No sé si lo amo como
lo amé, pero algo hay. Entonces, volvemos al principio de los principios. El
amor puede sea algo eterno, pero es tan cambiante como eterno. El amor es algo
vivo que debemos alimentar a diario. Hay que darle los nutrientes que hagan que
se mantenga fuerte y no hay que dejarlo morir.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sí, lo amo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Una pregunta más, tan
difícil como la anterior. ¿Es esto que siento por vos real? Que doloroso es
pensar en ello. ¿Qué es esto que hay entre nosotros? Un recuerdo, un abrazo que
quedó allá en el tiempo, una ilusión que estas cartas que nos hemos escrito, una
pasión que nuestra imaginación ha alimentado. No, no creo que sea eso. Creo que
en nosotros siempre quedó un ascua que apenas tenía fuerza para arder y al
reencontrarnos recibió aire y combustible. Y esa ascua solitaria prendió una
pequeña hoguera que nos abrigó en un momento en el que el frío de nuestra vida
se hacía insoportable.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Prometí no irme en
palabras poéticas. Qué remedio, ya lo hice.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Lo dicho hasta ahora no
responde la pregunta. No sé si lo que tenemos, esto que tejimos con nuestras
cartas, es real. Tenemos un deseo. Pero un deseo puede ser algo posible o algo
imposible. Deseo comer cuando tengo hambre. Deseo beber cuando tengo sed. Deseo
vivir por siempre feliz.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No sé si el deseo que
tengo de ti es posible o imposible. No sé si entregarme a tus brazos me va a
llevar a vivir feliz por siempre o si va a saciar un apetito tan inconstante
como el hambre y la sed. Primordiales, sí, pero después de beber la sed se
extingue y de aquél deseo ya no queda nada. Hasta que la sed vuelva a emerger. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No sé qué es lo que
tenemos. Nada. Todo. Algo. Debemos ponerlo a prueba. Y estoy dispuesta a
hacerlo. Así que mañana, después del trabajo, iré a tu departamento. Ven a
buscarme a las tres de la tarde por la puerta de Talcahuano y llévame a ese
lugar que tanto miedo me genera. Llévame al lugar al que no quisiste llevarme
entonces. Yo me dejaré llevar. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tengo el corazón
dispuesto. Que los hechos nos digan qué es lo que hemos de ser.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Encendida de deseo, te
espero,<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Yo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div align="right" class="MsoTitle" style="text-align: right;">
ÚLTIMA<o:p></o:p></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-indent: 0cm;">
Queridos
todos:<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Ayer a las tres de la
tarde yo estuve al pie de las escalinatas del Palacio de Tribunales.
Lloviznaba. Yo había salido sin piloto. De hecho, no lo tenía porque había
quedado en la que había sido hasta hace poco mi casa. Pero no me importaba. En
la esquina, un vendedor ambulante ofrecía paraguas. Compré uno y me dispuse a
esperar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Ayer a las tres de la
tarde miré el reloj de la computadora y comencé a guardar todo. Había estado
muy ocupada todo el día. Después de mi pequeño retiro espiritual, tenía mucho
trabajo acumulado y no había tenido tiempo para pensar en él. Cerré todos los
programas, le di el comando de apagar y agarré mis cosas para salir.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tardó cinco minutos más
en salir. La llovizna comenzaba a espesarse. Cuando la vi cruzar el umbral de
la puerta sentí una patada en el pecho. Allí estaba, con su cabello recogido en
un rodete, cubierta por un tapado de paño rojo que le llegaba hasta las
rodillas. Debajo de este, un sweater negro y pantalones del mismo color. De su
hombro derecho colgaba una cartera negra. Me sonrió.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me apuré a bajar. Saludé
a la gente de seguridad y crucé el umbral. Llovía poco, pero llovía. Yo no
había llevado paraguas. Tenía uno en mi escritorio, pero no iba a subir a
buscarlo. Bajé la mirada hacia la vereda y lo vi, enfundado en un traje azul
marino, camisa blanca, corbata a rayas rojas y amarillas y zapatos negros de
lustre perfecto. Su cabello peinado hacia atrás, su sonrisa haciendo guardia en
sus labios. Nuestros ojos se encontraron y bajé rápido las escaleras para
encontrar refugio debajo de su paraguas.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tantos años sin vernos y
no supe como saludarla. Quería devorarla a besos, pero sabía que no era
apropiado en ese momento, en ese lugar. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tenerlo tan cerca me
aceleró el corazón. Que largo que nos miramos bajo ese paraguas sin decir una
palabra. Creo que a los dos nos costaba respirar. Tanta emoción. Tanta
efervescencia.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
–Hola<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
–Hola<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Un beso en la mejilla fue
nuestro primer contacto. Mis labios en su mejilla, tan suave, tan lívida. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Su boca se posó en mi
piel y sentí que me marcaban a fuego. Mis mejillas se incendiaron, mis ojos se
cerraron, para disfrutar ese anticipo eternamente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
– ¿Querés que tomemos un
café?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
–Prefiero que tomemos un
taxi.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Qué idiota, querer
tantear el terreno después de lo que nos hemos dicho. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Que dulce, pero no me
interesa perder el tiempo en la mesa de un bar.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
– ¿A casa?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
– ¿A dónde más?<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tenemos casi cincuenta
años, no nos hace falta jugar a los novios. Ir al cine, comer en una casa de
comidas rápidas, juntar las monedas para el hotel alojamiento que coronará una
noche para recordar, es cosa de adolescentes. Ella tiene que volver a una
familia, yo tengo que terminar de pensar cómo voy a continuar con mi vida.
Ahora estamos para hacer una apuesta, una en la cual podemos ganarnos un futuro
o un olvido.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Subimos al taxi. Él le
dio la dirección al taxista y apagó su celular. Fue un viaje corto, casi no
tuvimos charla. Estábamos nerviosos los dos. Diez minutos más tarde subíamos en
el ascensor hasta el sexto piso. Nos mirábamos sin decir nada. Se notaba que se
estaba conteniendo. Qué ganas de dar el primer paso.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Entramos a mi
departamento. Casi me dio vergüenza que lo viera tan desnudo, tan sin nada. Me
justifiqué. Aunque no hacía falta. Ella no dijo nada, no le importaba. Le
pregunté si quería tomar algo. Un café estaría bien, respondió. Dejé el
paraguas mojado en un rincón de la cocina y fui directo a mi máquina de café. Le
pregunté qué cápsula prefería. Suave, intensa, con sabor a vainilla. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me gusta el café intenso.
Las cápsulas son un lujo que a mi casa no había llegado. Qué seductor un hombre
que no tiene muebles en su casa pero no le falta un surtido de cápsulas. Habla
de un hombre que sabe lo que le gusta. Me quité el abrigo. En el departamento
hacía calor. Quería quitarme el sweater. Abajo tenía una camisa de gasa negra
que permitía un acceso visual a mi lencería de encaje. No lo hice, tenía miedo
de que se le cayeran las tazas cuando me viera.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Bebimos café de parados
junto a la máquina. No sé de qué conversamos. Ella me dijo de su día, mucho
trabajo después de tantos días fuera del juzgado. Yo la oía, pero me costaba
escucharla. Sus ojos me tenían hechizado.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Con qué pasión me mira.
No creo que haya registrado ni una palabra de las que dije desde que llegué a
esa cocina. Yo hablo y hablo y hablo y no digo nada interesante. Son los
nervios. Hace tanto que no estoy con otro hombre que no sea mi marido. Hace
tanto que otras manos no me desvisten. Él también está nervioso. No se quitó el saco. Creo que
él también quiere ocultar algo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Dejamos las tazas en la
pileta de la cocina y cuando se ofreció a lavarlas me acerqué peligrosamente a
ella. La rodeé con mi brazo derecho por la espalda y mi mano la tomó por la
cintura. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Casi me desmayo. Parezco
una histérica freudiana. Pero es así. Sentirlo tan cerca, mi pecho apoyado
sobre el suyo, sus manos que me retenían sin que yo pudiera, o quisiera,
ejercer algún tipo de resistencia. Su boca, sus ojos, su boca. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
El beso llegó. Aplazado
por veinticinco años. Veinticinco años esperándolo. Dulce, embriagador. Me
olvidé de las bolsas con las prendas que había comprado en el negocio de Lulú.
Me olvidé de dónde estaba la cama. Me olvidé de los protocolos, de las reglas,
de todo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Que fuerte es que un
huracán sople en tus pulmones. Que fuerte que un rayo te atraviese de lado a
lado. Qué fuerte que sientas que esa boca que no es tuya no puede despegarse de
tu boca. Qué poder el de una pasión para desatar a la vez la furia de fuegos
infernales y el sosiego de vientos celestiales dentro de tu pecho.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No sé cómo llegamos a la
cama. Nuestra ropa quedó regada por el camino. Ella sobre mí, yo sobre ella. La
ley de la gravedad dejó de existir para nosotros. Nos besábamos, nos
acariciábamos y yo hacía lo posible por no explotar antes de tiempo. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Que rápido que se puede
acelerar de cero a cien. Que difícil mantener el control. Cada beso que se
posaba sobre mi piel, cada vez que su lengua recorría mi cuerpo, cada caricia,
cada vez que sus dedos me masajeaban. Cuanto placer, cuanta energía liberada.
Cuán difícil permanecer pasiva, recibiendo sus atenciones. Quería quitarle la
iniciativa, pero quería que él no se detuviera. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No puedo recordar el
orden. De pronto estaba boca arriba sobre la cama y ella se había sentado sobre
mi pelvis y su cadera bailaba rítmicamente. Sus pezones estaban duros. Quería
morderlos, besarlos, lamerlos. Quería escurrir sus pechos en mis manos. Pero a
la vez quería que ella terminara su danza conmigo en su interior. Qué delicia
de mujer. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Tenerlo dentro de mí fue
una droga. Sentía que me estimulaba al ritmo de un redoblante que aumentaba su
intensidad a cada golpe sobre el parche. Pum, pum, pum, pum, pum. Hace cuánto
que no sentía esto. No puedo decirlo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Se desplomó sobre mí,
roja, casi sin aire, después de acometer con una intensidad explosiva que
amenazó con destruirnos. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Recostada a su lado, vi
cómo aún seguía erecto. Pese a que había acabado dentro de mí. No pude
resistirme. Bajé, lo tomé con mi mano derecho y comencé a acariciarlo. Suave y
duro a la vez, bello, apetitoso, irresistible.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
En un momento, sentí que
mi corazón no iba a aguantar tanto placer junto. Su mano me acariciaba con
firme suavidad. Su boca me contenía con un cálido rumor que estremecía cada
conexión nerviosa en mi cuerpo. El sonido de sus labios que chasqueaban humedad
sobre mi glande era una música que me conmovía. Su cabello sobre mi vientre,
sus pechos sobre mi muslo. Qué veneno salía de esa lengua que me mantenía paralizado
mientras ella me devoraba vivo. Mis ojos permanecían cerrados mientras sentía
con mi cuerpo como todo en el universo cobraba sentido. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Cuanta tensión había en
su cuerpo. Cada fibra, cada centímetro de su piel, cada cabello se encontraban
cargados con un poder casi sobrenatural. Nunca fui fanática del sexo oral, no
me gusta el sabor de los jugos que humectan el glande. Pero con él no me
importaba el sabor. Es más, cuanto más lo sentía, más me excitaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No quise detenerla en su
obra maestra. Pero no podía seguir pasivo. La acosté boca arriba y fui derecho
a penetrarla. Sus gemidos alimentaban mi motor, cuanto más gemía, más fuerza
sentía en mi interior.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Cuando acabó, respiraba
tan fuerte que pensé que moría. Pero su sonrisa eliminó toda sospecha de crimen.
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No le dije que la amaba. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No le dije que lo amaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No le dije que lo nuestro
era real.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No le dije que dejaría
todo para estar con él.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No le pedí que dejara
todo para estar conmigo. De hecho, no quería que lo hiciera. El momento que
pospusimos veinticinco años había revelado la verdad.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No lo amaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No la amaba.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sólo tenía una cuenta
pendiente con él.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sólo tenía una cuenta
pendiente con la vida.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Le di un último beso
antes de levantarme de la cama. Recogí mi ropa y fui al baño. Cuando salí, él
ya estaba vestido. Había preparado otra cápsula de café. Decliné la invitación.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No sé qué será de
nosotros en adelante. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No sé qué decisiones
tomaré para mi vida. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Sólo sé que estas cartas
me enseñaron una cosa.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La ilusión de lo que no
tuvimos puede opacar la realidad de lo que podemos llegar a tener.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Me fui después de darle
un beso en la mejilla. El se quedó arriba tomando café.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Cuando cerró la puerta
supe que no habría más cartas. Supe que no habría más encuentros como este ni
de ningún otro tipo.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Esto que ocurrió fue un
recuerdo del pasado que pospusimos veinticinco años. Pero ya es pasado otra
vez.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No volví a saber de ella.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No supe más de él. Nos
eliminamos de facebook mutuamente.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
No volví a espiar sus
fotos. No volví a buscar noticias suyas. Seguí adelante con la mía. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y yo con la mía. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Y si nosotros no sabemos
el uno del otro, no vemos porqué ustedes lo deban saber. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
Por eso les decimos hasta
nunca,<o:p></o:p></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
Nosotros.<o:p></o:p></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-33509553700870924652014-06-07T12:02:00.004-07:002014-06-07T12:09:41.459-07:00Mi último cuento<span style="color: red; font-size: x-large;">Pueden visitarlo en mi página de face, acá les dejo el link.</span><br />
<br />
<a href="https://www.facebook.com/photo.php?fbid=643683989046092&set=a.346371342110693.79536.345813362166491&type=1&theater">https://www.facebook.com/photo.php?fbid=643683989046092&set=a.346371342110693.79536.345813362166491&type=1&theater</a>Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-8249898606838962322014-03-01T07:54:00.001-08:002014-03-01T07:54:53.328-08:00LAS VOCES DEL SILENCIO. Por Juan Brian Doyle <div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div class="MsoTitle">
<span style="font-size: large;">1.</span></div>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOq9x75Ej80xup04N3diEdqOW7ExywjB0tM-aRTG6pCxIiiOillGvhKjqzwUxN4U7EiDrTp7blAVneGxKAwJxwTXVTtuybJXk2-qysUem-GD9KvXwD4YE4C_Hi_zf1u15F-u2o_wHTAgY/s1600/edificio+fantasmal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOq9x75Ej80xup04N3diEdqOW7ExywjB0tM-aRTG6pCxIiiOillGvhKjqzwUxN4U7EiDrTp7blAVneGxKAwJxwTXVTtuybJXk2-qysUem-GD9KvXwD4YE4C_Hi_zf1u15F-u2o_wHTAgY/s1600/edificio+fantasmal.jpg" height="320" width="234" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">El silencio
llegó de manera inesperada. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Aquella noche
me encontraba caminando por el borde de Parque Saavedra para aprovechar un poco
de la fresca brisa que se dignó a visitar Buenos Aires después de tres días de
calor infernal. No había sido una decisión original. Sobre el césped, familias
enteras se tomaban un respiro mientras, sobre una lona o un mantel, desplegaban
termos, botellas con agua, jugo o bebidas carbonadas, sándwiches de milanesa,
de jamón y queso, salame y queso, mortadela y queso o de salchichón primavera y
fiambrín en pan francés, lacteado, figaza, de centeno, de salvado o con
semillas. Cada uno con su gusto y variedad. También estaban las parejitas que
tomaban helado comprado en la heladería nueva de Pinto y García del Río, o los que
sólo disfrutaban del aire fresco. Algunos lo hacían tirados sobre la hierba,
sin preocuparse por las hormigas, los mosquitos o los bichos colorados. Algunos
aprovechaban el regazo de su pareja para usarlo de almohada, otros se enredaban
en juegos amorosos, indiferentes de los que estaban tan indiferentes a ellos a
su alrededor.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Pese a que la
doceava campanada estaba pronta a tocar, podía escucharse entre las copas de
los árboles el trino de cientos de aves que, quizá, también festejaban la
llegada del aire fresco. Palomas, mirlos, zorzales, gorriones y verdes cotorras
chillonas se disputaban el aire. Por su parte los lapachos, jacarandás,
eucaliptos, tipas, pinos, palmeras, moreras, ceibos, aromos y sauces habían
organizado un concurso de danza de hojas en el que no parecía haber un seguro
ganador. En el cielo, las estrellas hacían de jurado con la conducción de una
luna que se había puesto sus galas de plenilunio. Las nubes parecían ser las
únicas que no habían sido invitadas a la reunión espontánea que se estaba
llevando a cabo en cada parque y espacio verde de Buenos Aires.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Ya había dado
dos vueltas por el sendero exterior cuando la sed me hizo acercarme a un hombre
que se paseaba con una heladerita de plástico colgada del hombro con una correa
dando aviso a voces de las ofertas del día.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Qué le
queda? –le pregunté.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Gaseosas queda
algo, tengo agua mineral y de las aguas saborizadas me quedan de pera y de
mandarina.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Mandarina?
No sabía que hacían de ese sabor. ¿Cuánto?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Diez pesitos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Saqué el billete
de a diez y se lo entregué. El hombre sacó una botella de plástico de 600 ml y
me la entregó. La abrí y me apuré un buen trago.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Rica –dije
después de tomar aire.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–La verdá –dijo
el hombre –no la probé. Odio las mandarinas. De chico teníamos un árbol y me
hacían comer mandarina para todo. “¿Qué hay de postre?” preguntaba yo y mi
vieja respondía “mandarina”. No las puedo ni ver.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–A mi me pasa
lo mismo con la manzana –le dije –, aunque nunca tuve un manzano en casa. Pero
mi viejo era de Río Negro y amaba las manzanas. Ni la sidra me banco.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Ahhh, si
hicieran un licor con las mandarinas…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Lo hacen. Es
parecido al lemoncello.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿En serio? No
sabía. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí, hay
lemoncello, narancello, uno de pomelo y otro de mandarina. Pero a esos les
dicen licor de pomelo y de mandarina, porque en mandarincello y el pomelcello
no son nombres muy marquetineros.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Qué lo parió
–dijo mientras se colgaba la heladera al hombro nuevamente. Sin despedirse,
retomó su marcha al grito de “gaseosa fresca, bebidas” y yo aproveché para
tomarme otro trago que dejó medio llena mi botella de agua saborizada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Me interné en
el parque y busqué un lugar tranquilo donde sentarme. Si hubiera sido de día,
hubiera tenido que esquivar a los grupos de futboleros que jugaban en sus
canchas imaginarias con arcos marcados por bolsos o remeras, hubiera tenido que
huir del rayo del sol y refugiarme bajo la sombra de alguno de los árboles
frondosos que allí moran, pero siendo la última hora del día, no había
energúmenos persiguiendo pelotas ni rayos de sol salvajes de los cuales huir,
así que me puse en un parche de hierba verde en el que abundaban los tréboles. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Con las nalgas
en el suelo y las rodillas levantadas, observé a la gente a mí alrededor. Había
dos mujeres con tres críos que hablaban a los gritos. No discutían ni peleaban,
pero gritaban. Una parecía ser la madre de la otra y las dos parecían haber
nacido con un megáfono en la garganta. Los tres críos, que tendrían entre ocho
y doce años, corrían de un lado al otro sin alejarse de ellas más de quince pasos.
Rodaban por el pasto y se reían, y las dos mujeres encontraban oportuno
reprenderlos a todo momento por divertirse.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Giré la cabeza
al otro lado y pude ver a una mujer con un perro. Era un bicho hermoso, con
pelaje oscuro y con unos ojos intensos. Su propietaria tenía cabello castaño
rojizo muy corto, casi afeitado a los costados. Tenía un piercing en la ceja y
fumaba mucho. Cuando ella me notó, bebí un sorbo de mi bebida. Ella volvió a su
cigarrillo y decidió ignorarme. Aproveché ese momento en que ella miraba hacia
el otro lado para concentrarme en su físico. Vientre plano, pechos pequeños,
piernas largas y bien marcadas por el gimnasio. Sus brazos eran delgados y
largos, pero no esqueléticos. Me llevé la botella a la boca y decidí enfocar la
vista hacia otro lado. Seguramente no tendría oportunidad con ella. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Un perro
labrador dorado pasó corriendo a mi lado y me sobresaltó. Volví la vista hacia
la mujer del perro y vi que se reía. Era ahora o nunca. Me levanté, sacudí el
pasto de mis nalgas y me acerqué a ella. Ella no corrió la cara esta vez. No
más de siete pasos nos separaban, un espacio demasiado corto para pensar en
algo inteligente que decir. Cuando llegué a su lado, me limité a señalar el
pasto a su lado y preguntar:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Puedo?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Si no te
asusta mi perro… –respondió ella.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–En general no
me asustan los perros, ese me tomó por sorpresa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–A tu riesgo,
entonces, no respondo por Goliat.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Goliat era un
Terranova hermoso, con su pelaje negro brillante y unas fauces capaces de
quebrar un fémur con un mordisco. Antes de sentarme, el can giró la cabeza para
registrarme y, de cierto modo, me sentí intimidado. Sin embargo, la actitud de
la dueña me decía que no corría peligro así que me senté.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Qué tomás?
–me preguntó al ver mi botella.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Agua
saborizada de mandarina.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿En serio? No
sabía que hacían de mandarina.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Yo tampoco, la
acabo de probar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Y qué tal
es?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Qué hacer,
responder la pregunta u ofrecerle la botella para que juzgue por sí misma. Un
dilema que podía significar mi continuidad en el partido que comenzaba a
jugarse. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–A mí me gustó,
¿querés probar?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Le tendí la
botella y esperé. Ella no titubeó. Extendió su mano, agarró la botella y se la
llevó a los labios. Uno, dos, tres segundos duró el sorbo, el que tomó con la
cabeza inclinada hacia atrás, dejando al desnudo un perfil magnífico de su
rostro. Sólo unas facciones como esas podían llevar bien una cabeza medio
afeitada. Rostro con forma de diamante, con pómulos altos y una nariz delgada y
recta. Sus ojos eran de un color amatista muy llamativo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Rica –dijo a
la vez que me regresaba la botella –, gracias.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–De nada. Soy
Darío.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Matilde y,
como ya dije, este es Goliat.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">El sabueso giró
la cabeza nuevamente y tras jadear un instante, volvió su atención al frente.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Un gusto. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Como seguir.
Hacer un comentario obvio sobre el clima, decir algo sobre su perro, tirarle un
piropo o comienzo un interrogatorio. O, alternativa nunca usada, no digo nada y
espero a que ella me dé un indicio respecto de cómo quiero seguir,
arriesgándome a quedar como un boludo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Es un
Terranova, ¿no?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Ella se
sorprendió. –Sí, muy bien. Se ve que sabés de perros.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Un poco. Soy
veterinario.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿En serio?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí, pero no
ejerzo, Al menos, no de la manera convencional. Si bien soy veterinario, me
especialicé en patología. Eso hago, soy patólogo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Y qué hace
un patólogo?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Básicamente
estudio las muestras de tejido que me envían otros veterinarios y las analizo
para ayudar a determinar que patología las afecta. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Wow. Así que
sos un bicho de laboratorio.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Más o menos.
Sí. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Y eso te
gusta?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí, prefiero
eso a ser el médico de los animales. Poco antes de terminar la carrera se me
murió mi perro y no pude soportarlo. Pensé que tratar con perritos que se
pueden morir iba a ser demasiado doloroso, así que opté por mi especialización.
Las muestras de tejido no te hacen ojitos cuando se sienten mal.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Este estuvo
enfermo hace unos meses. No puedo explicar cuánto me angustié.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Se hizo un
silencio. Entre nosotros, porque las dos mujeres seguían gritando y las aves
seguían trinando. Pero ese silencio fue lo que necesitaba para salirme del tema
y preguntar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Y vos? ¿Qué
haces?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Estudio. Y
trabajo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Se puede
saber qué?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Qué estudio
o de qué trabajo?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Qué estudias.
La otra pregunta la dejamos para después.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Estudio diseño
gráfico y trabajo en una imprenta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿En una
imprenta? ¿De las que hacen papelería comercial, participaciones y todo eso?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–De las que
hacen cajas para tintura de cabello, cajas de arroz, cajas de cereales, de
sobrecitos para hacer jugos. Los sobrecitos de los jugos. De ese tipo de
imprenta. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Mirá que bien.
¿Y etiquetas para botellas?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–No las de esa
marca.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Pero sí otras.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí, hacemos
para una embotelladora de México.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Te gusta el
cine?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Se sorprendió
con la pregunta. –Sí, claro, me gusta ir al cine.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Me gustaría
invitarte a ver una película uno de estos días. Vos elegís el título, yo veo
cualquier cosa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Cualquier
cosa?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí, amo el
cine y veo todo lo que puedo. Comedias románticas, dramas, pelis de tiros, de
vampiros. Vi las cuatro de Crepúsculo y vi las cinco de Duro de Matar. Hasta
las películas iraníes he ido a ver.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Un fanático.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–No, fanático
no.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí, me
gustaría ir al cine con vos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Entonces, se
hizo un silencio grave entre nosotros. Pero no éramos sólo nosotros. Las dos
mujeres no gritaban, los árboles no susurraban y las aves no trinaban. Todos en
el parque se quedaron inmóviles. Personas, perros, aves, insectos. Hasta el
aire se detuvo. Entonces, el cielo se encendió con un relámpago y todo volvió a
la normalidad. Fue como si alguien hubiera apretado el botón de pausa en nuestras
vidas. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Goliat se
levantó y comenzó a moverse inquieto. Matilde me miró a los ojos. Estaba
asustada. Se puso de pie y miró al cielo. Yo hice lo propio. Goliat comenzó a
ladrar. Entonces me encontré con los ojos de Matilde nuevamente y,
desconcertada, ella preguntó.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Qué pasó?</span></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div class="MsoTitle">
<span style="font-size: large;">2.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">¿Qué pasó? La
pregunta que Matilde escupió con miedo resonaba en mi cabeza. Ese silencio. Esa
inmovilidad involuntaria. Esa explosión de luz. Me hubiera gustado preguntar
primero, así no hubiera estado obligado a darle una respuesta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–No sé. Fue
raro, ¿no?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Observamos a la
gente a nuestro alrededor. Allí estaban las dos mujeres con los tres críos. Sus
conversación a gritos parecía no haberse interesado en los eventos de hace unos
instantes. Los chicos parecían más interesados en correr y revolcarse sin
preocuparse por las amenazas de las dos mujeres que en el relámpago que había
vuelto día la noche por un segundo. Los perros corrían, los ciclistas rodaban
sobre sus bicicletas y las familias comían sus sándwiches bajo la luz de la
luna.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Somos los
únicos que nos dimos cuenta? –pregunté de pronto, apurado por no tener que
admitir mi ignorancia una vez más.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–No sé… Aunque
parece que nadie más…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Mierda.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Volvimos a
sentarnos. Goliat se fue sobre su dueña, buscando refugio entre los brazos de
Matilde. Estaba nervioso, asustado. No me atreví a tocarlo, aunque estaba
seguro de que el perro no rechazaría mis caricias.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Mejor me lo
llevo a casa –dijo Matilde.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Te acompaño.
Si querés…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Me dedicó una
sonrisa tibia. –Sí, quiero.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Lástima que no
estabas frente al altar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Se rió. Chiste
arriesgado el mío. Todos saben que los chistes disfrazan una verdad escondida.
No era la primera vez que lo hacía, aunque sí era la primera vez que daba
resultado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Caminamos hacia
el suroeste, hacia la esquina de Roque Pérez y García del Río, sin apuro, ya
que no queríamos llamar la atención. Aunque nada que hiciéramos podría alterar
las mentes de los que nos rodeaban. Todos parecían sumergidos en un estado de
indiferencia a lo que los rodeaba que a mí me resultaba inexplicable. Yo
siempre estoy atento a todo. Al hombre que va trotando por el borde del parque
y a la mujer que duerme sobre la reposera detrás de sus lentes oscuros. A los
adolescentes que comparten los auriculares de un mismo MP3 y a la señora que se
queja con su marido de que los calores de Buenos Aires ya no son como los de
antes.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Lo que nos
sorprendía más era que, en las conversaciones que escuchábamos al pasar, nadie
mencionaba ese silencio que nos había capturado ni ese resplandor que había
llenado el cielo por un instante.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Al detenernos
sobre el cordón de la vereda en la intersección de García del Río con Roque
Pérez pude ver a una pareja que abandonaba la mesa del café que funcionaba en
la esquina de enfrente. Al no venir autos por la calle, me apuré a cruzarla y
me coloqué junto a una de las sillas vacías para reclamarla como propia.
Entonces busqué la mirada de Matilde y la invité a sentarse.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Es tarde…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Mañana es
feriado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Es cierto.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Necesito que
te sientes y tomes algo conmigo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Necesito?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Te juro que no
te voy a pedir que me limpies mi cabeza.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Ni que
cocine guisos de madre, postres de abuela y torres de caramelo?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Lo juro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Porque no
puedo cocinar guisos, a lo sumo te hago un postre vigilante y si querés una
torre de caramelo, tendrás que conformarte con un montoncito de sugus.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Si dejás
afuera los de menta, vamos con los sugus.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Con una sonrisa
hermosa en los labios, Matilde ocupó su silla con una elegancia que me dejó
incapacitado por unos segundos para ejercer cualquier función vital. Corazón
detenido, pulmones vacíos, solo la inercia hacía que mi sangre circulara por
los canales convencionales. Antes de perder el conocimiento, tanto pulmones
como corazón acataron la conciliación obligatoria dispuesta por el sistema nervioso
central, que a esas alturas estaba perdiendo la calma, y retornaron a sus
tareas habituales. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿No te
sentás?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí, sí. Sólo
estaba viendo dónde se ponía Goliat.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">El Terranova me
lanzó una promesa de dolor con su mirada y se echó junto a los pies de su
dueña. Entonces ocupé la silla vacía a mi lado y comencé a pensar en cómo
manejar la situación.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Durante los
últimos nueve años había estado en pareja con una mujer que me había abandonado
por las promesas de amor y fortuna que su jefe, un alto directivo de la
aseguradora en la que trabajaban ambos, le había hecho. Ella era una secretaria
que soñaba con codearse con lo mejor de la sociedad. Algo que nunca queda
demasiado claro dónde está. Según el criterio aplicado, puede variar de manera
abismal el puesto que a uno le otorgan en el ranking social.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Nunca voy a ser
rico. Lo sé. Un patólogo veterinario no va a ganar el Premio Nobel, ni
desarrollará ningún producto revolucionario que lo convierta en un capitán de
la industria. Tampoco voy a ganarme la Lotería. No por mi mala suerte, sino
porque nunca juego. Tampoco quiero ser rico. Gano bien, vivo bien y no me
interesa tener más. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Yo creí que mi
ex era como yo, pero el desarrollo de los hechos me llevó a deducir que había
ciertas necesidades insatisfechas en ella que sólo alguien con mayores ingresos
–y cuando digo mayor, me refiero a la diferencia entre un neonato y un geronte
–podía satisfacer. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">La cuestión es
que, durante los últimos nueve años, mis armas de seducción habían estado
guardadas en un viejo galpón que tenía goteras por todos lados. Cuando fui a
buscarlas, descubrí que estaban arruinadas por la humedad y el desuso. Por eso,
tenía miedo. Miedo a meter la pata, a decir algo inoportuno, a espantar a
Matilde para siempre. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Aunque en el
fondo, estaba seguro de que ella no era de las que se espantan con cualquier
cosa. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Sentados en un
bar después de menos de media hora de conocernos, no sabía bien cómo actuar. No
sabía nada de ella. Ni sus gustos –salvo que le gustaban los perros y el agua
mineral con sabor a mandarina –ni sus costumbres me eran familiares. Entonces,
lo mejor era dejar que ella me guiara por ese gran parque temático que era
ella. Su vida, sus gustos, sus sueños y anhelos. Un parque al que, en ese
momento, estaba dispuesto a entregar hasta mi vida para que me dejen entrar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">La mesera se
acercó a nosotros con cara de cansancio y con una carpetita de plástico que
hacía las veces de carta. Amagó con dejarla e irse, algo que no debe permitirse
nunca, pero yo la atajé antes de que pudiera darse vuelta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Yo quiero una
cerveza –dije sin pensarlo –, ¿vos?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Matilde pensó
dos segundos y dijo. –Trae una grande y dos vasos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Alguna en
especial?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Vi en una mesa
contigua una de las marcas que vendían y opté por ella. La moza se retiró y yo
me acomodé en la silla. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Me estás
llevando por el mal camino –dijo Matilde con mucha seriedad.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Primero el
alcohol, vaya a saber qué después.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Tenemos
clarísimo qué. Los hombres sólo quieren una cosa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–A veces
queremos dos. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Matilde se rió.
–Sí, a dos llegan, pero si vas por el tercero ya empiezan a poner reparos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Los años no
vienen solos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Cuántos?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Qué.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Años.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Como dirían en
tiempos pasados, llevo 36 inviernos en mi haber.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–No primaveras.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–La primavera
la sobrevive cualquiera. Lo complicado es el invierno.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Así que no es
una cuestión de gusto. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–No, más bien
de supervivencia. ¿Y vos?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Yo no
sobrevivo, vivo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Ah, que
profundo. ¿Y hace cuánto?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–A una dama no
se le pregunta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Perdóneme el
atrevimiento, Mi Señora.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Pero como yo
no soy una dama, te lo puedo decir.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Ella hizo la
pausa. Estoy seguro que esperaba algún comentario de mi parte antes de que ella
soltara prenda, pero antes llegó la camarera con la botella de cerveza y dos
copas enfriadas. Esta apoyó las copas sobre la superficie de madera de la mesa,
destapó la botella y sirvió. Luego dejó la botella sobre la mesa y se fue.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Podes decirlo,
pero no vas a decirlo –dije al fin.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Démosle al
suspenso una oportunidad.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–De acuerdo –.
Alcé mi vaso e hice el inequívoco gesto del brindis. Ella hizo lo propio con el
suyo y los cristales chocaron por un segundo. La vibración en ambas copas nos
transportó al silencio que habíamos vivido hacía unos instantes. Mis ojos
quedaron nublados por el resplandor pasado.
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Darío –de
pronto escuché. Era Matilde. Se veía preocupada –. ¿Estás bien?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Es una pregunta
a la que se le suele dar una respuesta apurada. Yo no estaba preparado para
hacerlo. Me llevé mi copa a los labios y bebí la mitad de su contenido. Al
apoyarla sobre la mesa me metí dentro de los ojos de Matilde, tan bellos y
profundos, y pude serenarme. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Estás bien?
–insistió ella. Lo mejor era ser honesto.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–No lo sé.</span></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div class="MsoTitle">
<span style="font-size: large;">3</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Después de
pagar la cerveza acompañé a Matilde hasta su casa, un PH en la calle Jaramillo
entre Roque Pérez y Melián. Caminamos despacio, sin decir mucho, precedidos por
Goliat, que olisqueaba cada árbol, cada puerta, cada piedra levantada sobre la
vereda. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">A medida que
nos acercábamos a destino, la tensión fue aumentando entre nosotros. A esa
altura, ya intuía que un poco le gustaba. Nunca fui demasiado avispado para las
cosas del corazón. Ni para las de la bragueta. La cautela que me caracterizaba
había sido una adquisición necesaria después de una cadena de rebotes
vergonzantes en mi juventud, cuando no había entendido que si una chica sólo me
pregunta por uno de mis amigos, iba a ser difícil que quisiera bailar conmigo.
Errores comunes de un adolescente caliente. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Esos errores te
marcan para toda la vida. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Al llegar a
pocos pasos de la puerta de la casa de Matilde, ella la señaló y, con timidez,
dijo,</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Ahí vivo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Linda cuadra.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Una cuadra de
barrio. ¿Vos vivís cerca?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–No vivo lejos
de aquí, Núñez entre Zapiola y Cramer.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿En la cuadra
del Colegio la Asunción?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Justo
enfrente. Aunque ya no se llama así.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Mi papá fue a
ese colegio, fue una pena que lo cerraran.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí, siempre es
una pena cuando una escuela se cierra.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–No te invito a
pasar porque están mis viejos durmiendo. Tenemos un acuerdo…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Me imagino.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Me acerqué a
besarla. Fue un acercamiento incierto, sin apuntar a ningún lugar específico.
Ella de inmediato decidió salir a buscarme con sus labios. Fue un beso pequeño,
pero promisorio. Ella me despidió con una sonrisa. Y cuando cerró la puerta, me
di cuenta que no le había pedido el teléfono. Sus padres dormían, no podía
tocar el timbre. Me quedé mirando la puerta durante medio minuto hasta decidir
que no había nada que hacer salvo devolverme a mi casa para pasar la noche. Di
la vuelta y comencé a bajar por Jaramillo.
No había dado tres pasos que escuché la puerta que se abría. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Darío.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Tratar de no poner
cara de boludo en ciertas situaciones es imposible. Giré sobre mi eje y me
encontré con los ojos de amatista de Matilde asomándose a la vereda.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Me tendió un
papel. –Mi teléfono. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">No terminó de
decir “mi” que ya estaba quitándole el papel de la mano. –Ah, sí, que boludo,
no te lo pedí.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Mandame un
mensajito así agendo el tuyo. Mañana, ahora me voy a dormir.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">No pude
reprimir el impulso y volví a besarla. Esta vez fue un beso sostenido, que
incluyó una caricia sobre su rostro. Cuando me separé de ella estaba sin aire.
–No iba a poder dormir sin eso.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Yo no sé si
voy a poder dormir ahora –dijo ella con tanta dulzura que pensé que me iba a
convertir en la primera persona en morir por combustión espontanea –. No te
olvides del mensajito, mañana.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">La puerta se
cerró y yo comencé a transpirar como una bestia. Prácticamente corrí hasta mi
casa. Al llegar, lo primero que hice fue quitarme la ropa y darme una ducha
fresca para quitarme el perfume que los litros de sudor vertido me habían
regalado. Después busqué una lata de cerveza de la heladera y me fui al balcón
a beberla. Allí estaba cuando pude ver, hacia el noreste, una nube que parecía
albergar su tormenta eléctrica privada. La actividad lumínica era
impresionante. Un poco asustado, me metí dentro del departamento y arrojé la
lata vacía al tacho de basura. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">En esa nube
había algo más, pero en ese momento yo estaba demasiado cansado para tratar de
averiguarlo. </span></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div class="MsoTitle">
<span style="font-size: large;">4.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Al día
siguiente me levanté tarde. No tenía que llegar al laboratorio hasta después
del mediodía y había pasado una mala noche. Después de salir a correr un rato
me duché, desayuné un café con leche con tostadas y una banana. Encendí la
computadora y revisé mi cuenta de correo. Seis correos que me ofrecían ofertas
turísticas, para comprar otro automóvil, para agrandar el tamaño de mi músculo
más preciado y para conocer a la mujer de mis sueños. Ninguno de ellos resultó
ser de interés. Había dos correos de clientes y otro de una universidad de Perú
que me invitaba a participar de un simposio en Lima. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Después de
borrar los correos no deseados y contestar los de mis clientes, escribí una
poco inspirada nota de agradecimiento a la universidad que declinaba con cierta
cortesía la invitación enviada. Poco satisfecho con mi capacidad literaria, me
levanté del escritorio y encendí el televisor para enterarme de la temperatura
y el pronóstico para el día. Al sintonizar el canal de noticias, pude ver a una
cronista en un móvil que se había instalado en las inmediaciones del centro
comercial DOT. Al pie de pantalla, con letras de considerable tamaño, el
titular de la nota rezaba: “Edificio desaparece en Saavedra.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Así es Débora.
Esta mañana, los trabajadores del edificio de la calle Arias al 3700 llegaron
como cada lunes a trabajar para encontrarse que el edificio donde lo hacen
había desaparecido. Como podés ver, la reja que lo rodea y las garitas están
intactas, sólo falta el edificio. No se derrumbó, no fue demolido. Sólo
desapareció.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Cómo por
arte de magia? –preguntó la presentadora desde el estudio.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–O como si se
hubiera abierto un portal entre dos mundos. Pude hablar con varios vecinos de
la zona que cuentan que anoche, después de la medianoche, pudieron ver que el
edificio quedó envuelto por una nube oscura en la cual se desarrollaba una
actividad eléctrica que alarmó a muchos. Muchos decidieron refugiarse en sus
casas, por miedo a que los fulminara un rayo. Otros decidieron alejarse. Lo
cierto es que después de varias horas, la nube se disipó y, con ella, el
edificio.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Cambié de
canal. Y luego otra vez. Puse la CNN y luego un canal de Chile. En todos
hablaban del edificio que se había esfumado. Apagué el televisor. Desde mi
balcón había sido testigo de esa extraña actividad eléctrica. Nadie hablaba del
silencio. Ni del resplandor que cruzó el cielo mientras estaba en la plaza.
Claro, frente a la desaparición de semejante mole de concreto, acero y cristal,
lo que habíamos experimentado con Matilde en Parque Saavedra no parecía algo
relevante. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Matilde. Decidí
llamarla. Ya pasaban las once, seguro que estaba despierta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">El teléfono
repicó tres veces. Entonces escuché su voz. –¿Hola?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Hola, soy
Darío.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Hola, pensé
que me ibas a mandar un mensajito. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí, pero me
pareció que me resultaría más placentero escuchar tu voz.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Siempre con un
poco de miel en los labios vos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Así soy.
¿Viste el noticiero?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–No, no veo
tele.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿De verdad?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–De verdad, de
hecho, no tenemos tele en casa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Bueno, cómo
explicarte. Desapareció el edificio que está atrás del DOT.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–¿Cómo?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Como lo oís.
No está, se fue, se lo llevaron. No sé cómo pasó, pero ayer antes de irme a
dormir vi una nube con mucha actividad eléctrica para ese lado. Parece ser que
esa nube se tragó el edificio.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Me estás
jodiendo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Te parece
que es manera de conquistar a una dama? ¿Joderla con un tema así? Lo que seguro
me ganaría es una patada en el culo. ¿Internet tenés?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí, claro. No
somos menonitas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Conectate y
vas a ver.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Ahora te
llamo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Me cortó. Diez
minutos más tarde, recibí su llamada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Es de no
creer.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí, ¿viste?
Pero no dicen nada de lo que pasó antes.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–La verdad es
que la desaparición de un edificio entero le gana a lo que experimentamos en la
plaza. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí, así son
las noticias, prevalece la más importante. Pero la pregunta subyace. ¿Qué
hacemos al respecto?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿De todo
esto? No sé, el patólogo y la diseñadora no parecen el equipo adecuado para
hacer nada al respecto.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–En serio, ¿qué
hacemos?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Querés cenar
esta noche? Podríamos ir al DOT a comer algo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Te paso a
buscar a las ocho y media?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–A las nueve,
así tengo tiempo para ponerme linda.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–A las nueve entonces.
Beso.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Beso…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<br /></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div class="MsoTitle">
<span style="font-size: large;">5.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">El día no
pasaba más. Fue otro día veraniego pesado y caluroso, de esos a los que Buenos
Aires no nos termina de acostumbrar nunca. Fui a trabajar, hice una docena de
informes, leí un artículo que pensé que me podría interesar, traté de trabajar
en uno que hacía meses que había comenzado y nunca encontraba el tiempo para
terminar. Almorcé, me tomé dos tazas de café y miré la hora en el celular unas
setecientas cincuenta y tres veces.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">A las 19 salí
del laboratorio, me subí a mi auto, bajé las ventanillas y me dirigí a mi casa.
Ducha, desodorante, perfume y a elegir el vestuario. A las 20.30 estaba listo
para salir. Volví a subir a mi auto, esta vez con las ventanillas cerradas y el
aire acondicionado puesto para generar un ambiente que nos aislara del calor
insoportable que hacía afuera, y me dirigí a la casa de Matilde por el camino
más corto, vía Crisólogo Larralde hasta Melián para luego doblar por Jaramillo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Detuve el auto
frente a la puerta del PH dónde había despedido a Matilde la noche anterior y
miré la hora en el celular. Eran las 8.45. Podía esperar hasta las 9 y bajar a
tocar el timbre, lo que quizá me pondría en la posición de tener que saludar a
sus padres, o podía mandarle un mensaje de texto avisándole que podía salir cuando
quisiera, que yo estaba afuera esperándola. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">El miedo
patológico a conocer a los padres de una chica era una parte de mí. No
necesitaba a un profesional que me lo dijera. Había estado de novio con muchas
mujeres y de ninguna manera había aceptado conocer a sus padres, incluso
después de varios meses de relación. La verdad es que nunca me analicé, al
menos no con un profesional, pero me doy cuenta de que no soy de aquellos que
tienen la necesidad de agradar a los demás. Sólo a las personas que me agradan.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Eso me lleva a
no conocer a mucha gente, porque si no me agradan, tengo la necesidad de
hacérselos saber de alguna manera.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Por eso, mi
ocupación es ideal. No trato con personas casi nunca, salvo por correo
electrónico. Tengo una secretaria que me ayudan en mi trabajo. Ella es mi
antítesis. Habla con cualquiera de cualquier cosa y es difícil encontrarla
callada en actitud reflexiva. Se ocupa de mis clientes, de la cobranza y de
atender al contador, a los inspectores del Ministerio y a cualquier otra persona
que quiera, por algún motivo, comunicarse conmigo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">La verdad es
que, ahora que lo pienso, no sé como hice para comunicarme con Matilde aquél
domingo en el parque. La única explicación que encuentro es que realmente me
gusta mucho.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Escribí en mi
teléfono. “Aquí me tienes, de guardia ante tu puerta, esperando a que salgas a
opacar al mundo con tu belleza.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Lo leí antes de
mandarlo y pensé que era demasiado cursi. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Lo borré. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Entonces
escribí. “Estoy afuera, en un Honda Fit rojo.” Más impersonal. Quizá demasiado.
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Lo borré. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">“Hola mi amor…”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Lo borré.
Primera cita y ya le digo mi amor. No va.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">“Hola. Cuando
quieras salí, que estoy estacionado frente a tu puerta. Beso.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">El perfecto
equilibrio entre lo cursi y lo impersonal. Lo envié después de leerlo dos veces.
Un minuto más tarde, ella respondió con un “OK”. Ni un “ya salgo”, ni un
“aguántame que me estoy poniendo linda para vos.” Sólo “OK”. Me sentí
decepcionado. Se notaba que no le había dado mucho pensamiento al mensaje. Sólo
lo escribió y lo envió. Mientras que yo había redactado cuatro veces. O tres y
media, ya que el “Hola mi amor” no podía considerarse un mensaje completo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">¿Qué importaba
eso? Le había informado que estaba allí y ella me hacía saber que la
información había llegado a destino. ¿Qué más necesitaba? A veces soy más
jodido.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">La puerta se
abrió y ella se asomó al mundo. Lo primero que vi fueron sus ojos de amatista.
Y sus labios, cubiertos por un brillante rojo que destacaba sus facciones más
sensuales. Vestía un top negro y un short blanco que contrastaba con su piel
dorada. Se había calzado unas sandalias negras de tiritas que se entrecruzaban
por su pantorrilla para terminar en un nudo debajo de su rodilla.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Me bajé del
auto al instante y fui a su encuentro. La besé en los labios y fui a abrirle la
puerta del lado del acompañante. Cuando hubo subido, cerré la puerta y corrí a
ocupar mi lugar en el vehículo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Qué bien que
se está acá –dijo de inmediato.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–No suelo usar
mucho el aire, pero hoy lo amerita.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Puse el auto en
marcha, di la vuelta por Roque Pérez hasta Larralde para retomar Melián. Pocas
cuadras después, entrábamos al DOT. Nos sorprendió el vacío que el edificio
desaparecido había dejado en el lugar. Había muchas personas, incluyendo media
docena de equipos televisivos que estaban de guardia para ver si el edificio se
dignaba a regresar, como si fuera un marido que había abandonado el hogar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Dejé el auto en
el segundo nivel del estacionamiento y nos fuimos por el ascensor al patio de
comidas. Fuimos a un lugar en el que vendían ensaladas y sushi y pedimos una
caja con doce piezas y un ceviche con hierbas para compartir. Nos ubicamos en
una de las mesas y comenzamos a charlas un poco de nuestras vidas. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Matilde me dijo
que había estado de novia siete años con un muchacho al que había conocido en
el secundario. Hacía seis meses él le confesó que era gay y se fue a vivir a
Miami con un señor treinta años mayor y con mucho dinero. Ella, desde que
rompió con su novio, estaba sola.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Siete años
con vos y era gay?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí, yo lo
sabía, pero lo quería. De hecho, todavía lo quiero. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Lo supiste
siempre?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–No, siempre
no. Al principio ni él lo sabía. Pero ya hacía un par de años que yo lo sabía.
Al final éramos más amigos que novios. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Y no tenía
problemas para…? Ya sabes.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–A los 23 años
los pibes viven con una erección permanente. Gay o no gay, ese no era el
problema. El tema es que cuando estaba conmigo fantaseaba que en realidad
estaba con alguien del sexo opuesto. El tema fue cuando me propuso algo que no…
como decirlo… Que no me iba.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Qué?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Se ruborizó un
poco. –No, no te lo puedo decir ahora. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Me vas a dejar
con la intriga.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–La cuestión es
que charlamos y decidimos que lo nuestro no iba más. Cortamos, el empezó a ir a
boliches gay y tres meses más tarde se fue a Miami.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Seguís en
contacto?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí, claro.
Somos amigos. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Qué bueno que
lo hayas tomado así. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Lo que tiene
que ser, será. Y lo que no, no. No hay gran secreto en ello.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–El tema es
saber qué será y qué no.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Todo un tema.
¿Vos?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Yo nunca tuve
un noviazgo tan largo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Por qué?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Porque ninguna
era como vos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Zalamero.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–No, sincero,
Siempre salí con chicas muy estructuradas. Ordenadas, prolijas y con un plan de
vida al cual ceñirse.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Y qué te
dice que no soy así?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Nada. Mi
corazón.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Upa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Qué?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–No sé. “Mi corazón”.
Es fuerte.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿”Mi
instinto” te gusta más?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–No, me gusta
más “mi corazón”. No deja de ser fuerte. Pero desde ayer que nada deja de ser
fuerte.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Upa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Ella rió. –No
me robes frases.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Lejos de mí
robarte frases. Si quisiera robarte algo, sería un beso, o una sonrisa. Pero
estas me las estás regalando tan seguido que creo que ya no necesito robarlas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Suspiró. –
¿Vamos al cine? Tengo ganas de estar encerrada en un lugar oscuro con vos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿No sería
mejor un hotel?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí, pero no
estoy lista para eso.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Una película
entonces. ¿Importa cuál?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–En realidad,
no.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Nos levantamos
de la mesa, dejando cuatro piezas de sushi y medio ceviche sin comer. No nos
habíamos alejado dos pasos cuando las luces del centro comercial se apagaron y
el cielo se iluminó con un resplandor tan violento que nos dejó ciegos por unos
instantes. Pese a lo sucedido, nadie gritó. O, al menos, no escuché que nadie
gritara. De hecho, no escuché nada. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Ese silencio
intenso se había apoderado de todo. No escuché la bandeja que cayó a seis pasos
delante de mí, ni a la nena que lloraba a los gritos. Las voces del silencio
ahogaron todo sonido. Y en ese silencio, pude escucharlas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<br /></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div class="MsoTitle">
<span style="font-size: large;">6.</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Para cuando
regresó la luz, el patio de comidas del centro comercial era un desastre. Mesas
volteadas, sillas tiradas, bandejas desparramadas. Había gente tirada en el
suelo, había chicos que lloraban porque no veían a sus padres. Nosotros tuvimos
la suerte de estar junto a una columna en el momento de que todo sucedió y nos
acurrucamos junto a ella para evitar que la estampida nos aplastara. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Una mujer,
junto al balcón del tercer piso, comenzó a gritar el nombre de un hombre.
Leandro, Leandro, gritaba como loca mientras miraba hacia abajo. No quise
acercarme a ver, ya que imaginaba la escena y me ya repugnaba. Pero mientras
miraba hacia la mujer enloquecida por el dolor, pude ver en segundo plano un
cielo azul en plena noche. Había estrellas, una luna luminosa como nunca y
nubes blancas que reflejaban una luz fantasmal. Y sobre ellas, flotando sobre
la nada, estaba el edificio que días atrás se levantaba en la calle Arias al
3700.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Matilde…
–alcancé a decir. Sólo pude señalar las nubes y esperar que ella percibiera lo
que mis ojos no podían dejar de mirar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">El edificio
parecía vivo, aunque era transparente. Luces destellaban detrás de diferentes
ventanas de manera aleatoria, primero una abajo a la derecha, seguida por otra
arriba y luego por otra en el centro. Detrás de su transparencia, nubes negras
se aglutinaban amenazadoras, con el inquietante brillo de mil relámpagos que se
aprestaban para desencadenar la próxima tormenta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Mierda… –dijo
Matilde. Nos pusimos de pie y corrimos hacia la parte de atrás del patio de
comidas, donde un par de escaleras mecánicas movían sus escalones en bucles
infinitos que unían el segundo nivel con el tercero. Descendimos por la de la
derecha y escuchamos una explosión detrás de nosotros. Al instante, nos metimos
en el primer local a nuestra derecha para evitar la lluvia de cristales que
llegaba desde el frente. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">El local era
una casa de ropa juvenil atendido por jóvenes de aspecto poco convencional. No
tenía vidriera. Uno podía acceder por todo el frente del local y había muebles
con ropa, patinetas, trajes de neopreno para usar en el mar, tablas de surf,
patinetas y accesorios deportivos. Fuimos rápido hasta el fondo y buscamos
refugio en la zona de probadores mientras los sorprendidos vendedores
observaban lo que sucedía afuera con el maxilar inferior colgando del superior.
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Qué está
pasando? –preguntó Matilde apenas estuvimos en un lugar que considerábamos
seguro. Sacudí mi cabeza sin saber que decir cuando una nueva explosión sacudió
al centro comercial. Los vidrios de los laterales explotaron esta vez,
propagando una lluvia de metralla cristalina de derecha a izquierda y de
izquierda a derecha. Escuchamos los gritos de los vendedores dentro del local
mientras eran lacerados por los vidrios. Luego los escuchamos retorcerse de
dolor. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Entonces no
pudimos escuchar nada más, sólo el silencio. Y el silencio hablaba.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">“La hora está
cerca” dijo antes de que todo se volviera oscuro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<br /></div>
<div style="border-bottom: solid #4F81BD 1.0pt; border: none; mso-border-bottom-themecolor: accent1; mso-element: para-border-div; padding: 0cm 0cm 4.0pt 0cm;">
<div class="MsoTitle">
<span style="font-size: large;">7</span></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">La oscuridad
era de una densidad tal que se hacía difícil respirar. Ni hablar de intentar
pronunciar palabra. Me sentía sumergido en una ciénaga de alquitrán, ya que
hasta el más mínimo movimiento denotaba un esfuerzo sobrehumano.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">El silencio era
dolorosamente violento. Era como si mis oídos hubieran sido llenados con cera
caliente y ésta se hubiera enfriado de golpe, dejándome aislado del mundo
sonoro. Ni siquiera las voces del silencio me resultaban audibles.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Sabía que
Matilde estaba allí, muy cerca de mí, pero no podía percibirla. Estaba seguro
que, al igual que yo, estaba angustiada, con miedo. Quizá estaba deseando no
haberme conocido. De otro modo, jamás hubiera estado en el Dot conmigo cuando
todo comenzó. Aunque no había garantía de que esto no estuviera sucediendo en
todo el barrio, o en todo el planeta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Traté de calmar
mi mente. Podía respirar, pero con dificultad. La misma dificultad que tenía
para mover un dedo o para parpadear. Entonces llegué a la conclusión que mis
dificultades respiratorias no se debían a la falta de aire sino al esfuerzo de
mover mi pecho y mi abdomen para inhalar y respirar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Con los ojos
cerrados, comencé a aletargar mis inspiraciones y espiraciones, con lo que
logré cierta regularidad en el trabajo de mantener los pulmones activos. Mi
corazón comenzó a aquietarse y, de a poco, sentí que comenzaba a retomar el
control de mi existencia. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–No lo fuerces –dijo
una voz desconocida –, dejate llevar y será más fácil.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">El silencio
comenzó a disolverse con la primera gota de luz que se filtró entre la negrura
que me rodeaba. Era apenas un punto que brillaba con un fulgor apenas perceptible,
pero dotado de una tibieza que traspasaba todo hasta llegar a mi corazón.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Matilde… –llamé.
Mi voz parecía no querer escapar de mis labios. Lo hizo con timidez,
recorriendo el espacio que ya dejaba de ser tan negro para revelar las formas
que antes habíamos conocido. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">De a poco la
gota de luz se volvía mar, cubriendo todo con su calidez. Allí, a medio metro
de donde estaba yo pude ver a Matilde recostada sobre el suelo. Su rostro, con
los ojos cerrados y los labios apenas abiertos, transmitía paz. Junto a ella,
una silueta brillante la contemplaba. Resultaba difícil definir la forma de
esta silueta, ya que no parecía tener límites definidos. En su centro, lo que
podría llamarse su corazón latía a una velocidad de miles de pulsaciones por
segundo y la fuerza de esos latidos se expandía hacia el exterior en ondas de
colores que iban desde un rosa pálido al índigo para regresar al centro a su
color original. Todo en milésimas de segundos cada vez. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">La silueta
cambio de forma para transformarse en una suerte de sirena que acariciaba la
cabeza dormida de Matilde con suavidad. No tenía rostro, al menos no uno que yo
pudiera distinguir. Pero podía escuchar como arrullaba a Matilde con una
melodía dulce. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Aquí hay amor –escuché
decir a una voz. Entonces cientos de figuras luminosas se hicieron visibles.
Algunas brillaban en gamas de verdes y amarillos, otras en gamas de rojos y
naranjas, de violetas y azules, de verdes y azules, de amarillos y naranjas.
Algunos pasaban de una gama de color a otra indistintamente, sin un patrón
determinada. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Sí, ella lo
ama –dijo otra voz. Mis oídos estaban cerrados a todo otro sonido.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Si hay amor,
hay esperanza –dijo una tercera voz.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Entonces, las
figuras se fundieron en una sola y una luz blanca muy intensa comenzó a brillar
con fuerza cegadora. Mi corazón pareció detenerse mientras que frente a mis
ojos una película comenzó a correr en reversa a toda velocidad. Allí estaba el
rostro de Matilde, lleno de miedo mientras escuchábamos los vidrios que
estallaban. Y estábamos corriendo hacia atrás por las escaleras mecánicas, volvíamos
a la mesa y devolvíamos la comida que habíamos comprado. Bajábamos a mi
vehículo y viajábamos en reversa hasta la casa de los padres de Matilde. Y la
película se hizo tan veloz que no pude más que distinguir alguna imagen
perdida. Hasta que, de pronto, la luz se apagó y me encontré sentado en el
parque con una botella de agua saborizada de mandarina en la mano y las
estrellas contemplándome desde lo alto. Sobre los árboles, los gorriones
discutían con las cotorras sobre algún tema que no me incumbía. A un costado,
dos mujeres charlaban a los gritos mientras amonestaban a los críos que tenían
a su cuidado. Del otro lado, una joven hermosa con un gigantesco perro
terranova me miraba. Me levanté y me acerqué.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Hola –le dije.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Hola –respondió
ella con una sonrisa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">– ¿Puedo?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–Si no te
asusta el perro…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–En general no
me asustan los perros.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">–A tu riesgo,
entonces, no respondo por Goliat.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">Me llené de la
belleza de sus ojos amatista y sonreí, seguro de que había encontrado al amor
de mi vida.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 3.0cm;">
<span style="font-size: large;">FIN.</span></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-58845251902191986042013-11-14T04:44:00.001-08:002013-11-14T04:44:01.770-08:00LA VIDA GRIS<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">C<span style="color: red;">ada tanto ocurre, no es nada por lo cual alarmarse. Cada tanto, un mal libro captura la fascinación del público y lo convierte en un éxito editorial. "50 Sombras de Grey", que en realidad debería haber sido traducido "50 Matices de Grey", es un fenómeno mundial. Como lo fue "El Código Da Vinci". Y como ocurrió cuando el libro del Sr, Brown se convirtió en sensación, miles de autores se han lanzado a escribir novelas cuasipornográficas en las que nada sucede. Como en los filmes del género.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">A<span style="color: #274e13;">l menos el Sr. Brown nos brindaba algo de entretenimiento. La historia del Sr. Gris es vacía de contenido y, por qué no decirlo, aburrida. No entiendo la fascinación del público femenino que llega a afirmar que un señor que dedica sus esfuerzos en aplicar todo su sadismo a una mujer puede convertirse en modelo de hombre. En verdad es algo retorcido. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">E<span style="color: magenta;">l gran problema es el contagio. Si con la historia del Sr. Gris alguien se convirtió en millonario, ¿por qué no intentarlo nosotros? Yo, ni pienso. Prefiero emular a Tolkien, que nos regaló el universo de la Tierra Media, o a Martin, de cuya imaginación febril nació Westeros. O a mi mismo, por qué no.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #20124d; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">P<span style="color: #0b5394;">orque la vida debe tener color, no me conformo con lo que el Sr. Gris nos ofrece. Por eso, cuando paso por una librería y veo la pila de libros de la saga, elijo seguir de largo</span><span style="color: #20124d;">.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">D<span style="color: #674ea7;">esde</span> <span style="color: #0b5394;">Buenos</span> <span style="color: magenta;">Aires</span>, <span style="color: #38761d;">los</span> <span style="color: red;">abrazo</span>. </span></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-26403156283901469742013-10-21T14:23:00.002-07:002013-10-21T14:23:28.487-07:00AMANTES DE LA CIENCIA FICCIÓN, DE PARABIENES.Ayer vi la película Elysium, la última película del director Neill Blomkamp, protagonizada por Matt Damon, Jodie Foster, el mexicano Diego Luna y el sudafricano Sharito Copley, el protagonista de Sector 9, de la cual Blomkamp también fue director y guionista. La verdad que quedé complacido por lo que vi.<br />
<br />
Una historia que es una metáfora de hoy. Los ricos viven en un mundo ideal en órbita sobre el planeta Tierra y los pobres, la gran mayoría de la humanidad, sobrevive como puede en el planeta. Los de arriba tienen todo para tener una buena vida, los de abajo se contentan con vivir el día.<br />
<br />
Mucha acción, buenos efectos especiales y una buena historia hacen de la película un entretenimiento garantizado.<br />
<br />
Desde hace un tiempo que los amantes de la ciencia ficción, que nos sentíamos ignorados por el cine, podemos estar un poco más felices. Películas como Sector 9 -o Distrito 9 en algunos lugares -, Upside Down, Another Earth, Elysium, Los Agentes del Destino y otras han llegado para crear un espacio que no parece que se cierre pronto.<br />
<br />
Claro, eso significa que tendremos que aguantarnos más películas como Thor, Linterna Verde, Iron Man y otras franquicias que no llegan a cumplir con la expectativa de un fanático de la Ciencia Ficción.<br />
<br />
Por suerte, Lucas no hizo más series de la Guerra de las Galaxias. Ya fue suficiente con eso. Lo que no está nada mal es el nuevo curso que le está dando Hollywood a una franquicia con tanto peso como Star Treck.<br />
<br />
Yo estoy feliz con lo que está sucediendo. No me canso de comer pochoclos.<br />
<br />
Desde Buenos Aires, los abrazo<br />
<br />
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-33602343974903329992013-09-19T14:37:00.001-07:002013-09-19T14:37:14.474-07:00ORGULLO DE PADRE.<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">A menudo los hijos, se nos parecen y así nos dan la primera satisfacción...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Así arranca la canción de Serrat, esos locos bajitos. Y aunque no se nos parezcan, las satisfacciones llegan de todos modos. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Ayer fue un día especial en mi vida. Tan especial como el día en el que tuve en mis manos el primer ejemplar de Rubber Soul, tan especial como el día en el que me llamaron para decirme que había ganado el Concurso de Cuentos del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal o cuando vi por internet que "La Trampa del Diablo" había sido elegida para ser finalista del LX Premio Planeta de Novela.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Miento. Ayer fue más especial. Fue como cuando sostuve a mi hija por primera vez. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Quince años pasaron desde esa fecha. Hace menos de un mes bailé con ella el vals de los quince y ayer, a las dos de la tarde en la Sala 1 del Centro Cultural General San Martín, se apagaron las luces y pude ver a mi hija en la pantalla grande por primera vez.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Desde que comenzó a hablar que quiso ser actriz. Desde que comenzó a caminar quiso expresarse con todo su ser. Desde que tuvo conciencia de quién era ella, supo lo que quería para su futuro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Actuar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Ayer vi el estreno universal del documental "EQUIPO VERDE, ENTRENAMIENTO ADOLESCENTE PARA UN DOCUMENTAL" dirigido por la cineasta argentina Alejandra Almirón. El documental aborda el tema de la identidad, de ser parte de una generación complicada, una generación de chicos que convivieron con el golpe de estado, la guerrilla, la guerra y el retorno a la democracia. Y la visión de tres mujeres que relatan desde sus vivencias lo que era la educación en la argentina en los años 70.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Pero para mí fue mucho más. Fue ver como el sueño de mi hija comenzó a hacerse realidad. Y fue poder hinchar mi pecho con orgullo mientras se me piantaba un lagrimón.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">El documental, encima, es muy bueno.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Desde Buenos Aires, los abrazo.</span></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/ki6GEcteLao?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-81606188257284109592013-08-03T10:04:00.005-07:002013-08-03T10:04:52.876-07:00BUSCANDO EL FANTASMA DE UN AMOR. Episodios 1 a 4.<h2 style="text-align: justify;">
<span style="background: white;"><span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">1.<o:p></o:p></span></span></h2>
<div>
<span style="background: white;"><span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6UF7vbkV81pgblRnQtTj54wsK_ZBmsMJU4a1AC0-_JwV_uXWUxOP8V4JpStLElTry2CAuj6q3s3A5HNKlLaz9MMT_qPPJbWIxh6jJ2I9Na7hQTGjT5NiHL-tH923rKjm1S6plOiOTt8U/s1600/buscando1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6UF7vbkV81pgblRnQtTj54wsK_ZBmsMJU4a1AC0-_JwV_uXWUxOP8V4JpStLElTry2CAuj6q3s3A5HNKlLaz9MMT_qPPJbWIxh6jJ2I9Na7hQTGjT5NiHL-tH923rKjm1S6plOiOTt8U/s320/buscando1.jpg" width="320" /></a><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: purple; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Ayer me desperté muy
temprano. Llovía con fuerza. Podía escuchar el agua que golpeaba contra la
persiana de la ventana de mi dormitorio. Miré el reloj despertador, marcaba las
3.15. Salí de la cama, levanté la persiana y me acerqué al vidri<span class="textexposedshow">o para ver la calle. Desde mi cuarto piso me era
imposible verla, perdida debajo de las copas de los árboles. Pero podía
escuchar el rumor del agua que se había juntado. No sé por qué, en ese momento,
pensé en Camila. Mi Rosaura, ese amor de verano que me dejó una herida que aún
no cierra. Qué será de ella.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: purple; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Me acosté después de volver a bajar la persiana y me quedé con los ojos
clavados sobre el techo de sombras hasta que la alarma me dijo que era hora de
levantarme. Ayer era dos de abril. Otro aniversario más de Malvinas. No sé por
qué festejamos. Será porque ellos no estuvieron allí. Ellos no perdieron
amigos. Ellos no tuvieron que matar a sus semejantes. Porque esos enemigos se
parecían bastante a nosotros.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;">Malvinas se quedó con Tomás y con Carlitos. Y con Enzo, que volvió a
casa, sin volver. Malvinas lo mató. No ese tiro que se pegó en la cabeza
mientras hablaba conmigo por teléfono. Nada de eso importa. Ayer fue feriado,
como lo fue también el lunes. Todo sea para que el turismo tenga su momento.</span></span><span class="apple-converted-space"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"> <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: purple; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Después de desayunar encendí la compu. Al hacerlo, noté que algunas de
las luces de mi modem estaban apagadas. Entonces llamé al proveedor de cable
para quejarme y un contestador automático me informó que mi domicilio estaba en
área de corte de señal. Prendí el televisor y comprobé que tampoco tenía el
servicio de cable. Entonces encendí la radio. Puse una estación que pasaba
música, no tenía ganas de escuchar malas noticias. Pero no pude abstraerme del
mundo. La lluvia había sido tremenda. Trescientos milímetros en pocas horas.
Miles de evacuados, miles más sin luz. Me di cuenta que era afortunado. Apenas
estaba sin tele, algo que algunos pueden considerar saludable.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;">Quise viajar en subte a la radio, pero estaban interrumpidos. Entonces
me tomé un taxi. No me gustan los taxis, pero no podía llegar tarde en un día
feriado. No era justo para mis compañeros de radio. En el camino, la imagen de
Camila me acompañó todo el tiempo. Hacía tiempo que me había convencido de que
ella había desaparecido para siempre después de que nos separamos. San Bernardo
había sido el escenario de nuestro adiós. Ella se fue al sur y nunca más supe
de ella.</span></span><span class="apple-converted-space"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"> <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: purple; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Hasta ayer.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<h2 style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background: white; line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">2.<o:p></o:p></span></span></span></h2>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Desde mi regreso a Argentina en el 2002 pasaron muchas cosas. Después de
la renuncia de De La Rúa el 21 de diciembre de 2001 le sucedieron cuatro
presidentes en dos semanas. Ramón Puerta duró dos días en el cargo, Adolfo
Rodríguez Saa una semana y Eduardo Camaño tres días. El 2 de enero de 2002
asumió Eduardo Duhalde, quién finalmente tomó el timón del país para lograr
estabilizarlo. Dicen que él fue el que inició el problema, movilizando a su
gente para generar el clima de conmoción interior. Dicen que él controlaba la
droga que entraba al país y muchas cosas más. Yo nunca vi pruebas concretas de
nada. De hecho, nunca fue procesado por la Justicia. Eso no quita sospechas
sobre el hombre, porque en un país como el nuestro, la justicia es muy
relativa.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Durante un año y medio permaneció en el cargo presidencial. Asumió dos
compromisos, convocar a elecciones para que un presidente electo asumiera el
cargo el 25 de mayo de 2003 y no presentarse como candidato presidencial a las
mismas.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Candidatos no faltaron. Menem quiso resucitar y no le fue mal. En
primera vuelta salió primero, algo que muchos se olvidan. Pero el caudal de
votos que obtuvo no alcanzó para tener un tercer mandato. Tuvo que competir en
segunda vuelta con Néstor Kirchner, pero antes de realizarse los comicios entre
estos dos candidatos, Menem decidió renunciar a su candidatura, motivo por el
cual Kirchner resultó electo Presidente de la Nación con apenas un 22% de los
votos. Lo curioso es que entre los dos, en la primera vuelta, no llegaban al
50% de los sufragios emitidos.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Duhalde le entregó a su sucesor un país con problemas pero bastante más
ordenado. El país comenzó a crecer a partir de una economía que recibía
millones de dólares gracias a un mercado internacional favorable para la
producción agropecuaria. Kirchner retuvo a Roberto Lavagna, Ministro de
Economía de su antecesor, en su cargo y todo parecía que iba a mejorar.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Entonces, el 30 de diciembre de 2004 ocurrió una gran tragedia Nacional.
Esa noche me tocaba trabajar en la radio. Estaba haciendo mi programa cuando
llega la noticia. Un local llamado República de Cromagnón se había incendiado.
Las escenas que recuerdo haber visto en un primer momento eran de corridas, de
gente cubierta de hollín, con la cara tapada con remeras para protegerse las
vías respiratorias. Sirenas de ambulancias aullando sin parar, médicos
desesperados por atender a todos los que se presentaban, los hospitales que
colapsaban.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRYMKOWAveinf-Liqu7pOFtIx-Zh5X_lawE73QFu_9SGgwUcte_gLdEgyoaqGBdDODxlHXetudD9A2saAvq0qApUEXDMado5YF6xCN__Bft0ljhWlTa_1dFL41gK3cWk9rMS67CTq75hI/s1600/buscando2.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; display: inline !important; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: justify;"><img border="0" height="177" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRYMKOWAveinf-Liqu7pOFtIx-Zh5X_lawE73QFu_9SGgwUcte_gLdEgyoaqGBdDODxlHXetudD9A2saAvq0qApUEXDMado5YF6xCN__Bft0ljhWlTa_1dFL41gK3cWk9rMS67CTq75hI/s320/buscando2.jpg" width="320" /></a><span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Rescátense un poco porque se prende fuego el lugar –dijo el presentador
antes de anunciar a Callejeros, la banda que iba a tocar esa noche. El local
estaba habilitado para poco más de mil personas, pero se habían vendido tres
mil quinientas entradas. Dicen que otras mil, la capacidad del local, habían
ingresado sin entradas.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Se van a portar bien? –preguntó el cantante de la banda antes de
empezar a tocar la primera canción. Lo preguntó dos veces y en ambas
oportunidades la multitud contestó que sí. A partir de ese último sí,
transcurrieron apenas dos minutos y medio antes de que se desate el infierno. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Desde el estudio de radio observaba el monitor sintonizado en un canal
de noticias sin poder decir palabra. No podía creer que algo así pudiera estar
ocurriendo. Se hablaba de un centenar de muertos. De cientos de heridos. Todo
fue poco. Ciento noventa y cuatro víctimas fatales y mil quinientos heridos,
muchos de ellos con secuelas que los acompañarán toda la vida. Mil quinientos
heridos en un local en el que debería haber mil habla de la corrupción de un sistema
que permitía a los empresarios hacer lo que quisieran.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Mucho ocurrió después de Cromagnon. Aníbal Ibarra fue destituido en su
cargo de Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Bomberos, empresarios
e, incluso, los directivos del servicio del Servicio de Asistencia Médica de
Emergencia de la Ciudad fueron procesados. Algunos obtuvieron condenas. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Lo que siguió fue una campaña de clausuras e intimaciones de mejoras que
alcanzó a escuelas, comercios de todo tipo. Pintura ignífuga, materiales
prohibidos y muchas medidas más tendientes a evitar nuevas tragedias. No es que
me queje por ello, el problema es que tuvieron que morir 194 personas para que
esto ocurriera.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Sin embargo, esta tragedia no fue la primera de su tipo. Diez años
antes, una disco llamada Kheyvis se incendió dejando un saldo de 17 muertos y
24 heridos. Se ve que la magnitud de este incendio no alcanzó para que se
activen las medidas del día después. Porque nunca se toman medidas antes en
este país, siempre son para que no se repita la desgracia. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Hoy, el foco está puesto en la ciudad de La Plata. Cincuenta muertos por
lluvia. Parece increíble, pero es así. Porque todo esto ocurrió porque llovió
demasiado.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Cuando volví a mi país lo hice con la esperanza de encontrar mi rumbo.
Lo busqué en España y en los Estados Unidos, sin embargo, en cada lugar que
viví fuera de Argentina no me hallaba a mí mismo. Aquí me siento en casa, con
mis recuerdos, con mi historia, con mi herencia espiritual. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Creo que esta en mí ser un disconforme. No puedo evitarlo. Pero tampoco
me la hacen fácil para que sea de otro modo. Cromagnon me dejó una marca
indeleble. Como me la dejó Malvinas y la muerte de Enzo. Como me la dejó mi
vieja, con su dolor por no saber qué había ocurrido con Gabriel, mi hermano,
después de que un día decidió irse a luchar con los montoneros. Cromagnon fue
un hito que cambió muchas cosas en esta ciudad, que cambió a mucha gente y
durante mucho tiempo no pude pensar en otra cosa que en la gente que había
muerto en lo que, para ellos, debía ser una fiesta. Jóvenes con sueños de amor,
familias con niños, padres, madres, hijos. Todos envueltos en un infierno de
humo y fuego.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Cada tanto paso por la calle Bartolomé Mitre, donde hoy un monumento
hecho por la gente recuerda a los caídos del Rock. Siempre leo los nombres
inscriptos en el muro. Es una forma de rendirles tributo, una forma de orar por
sus almas. Cada nombre es una plegaria. Y un deseo para que estas tragedias no
se repitan.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Ayer pasé por allí, a la salida de la radio. Recorrí el lugar, leí los
nombres en voz baja y enfilé hacia Rivadavia para tomarme el 151 que me
llevaría de vuelta a casa. Mientras me acercaba a la parada, vi una figura que
esperaba en el colectivo. La luz difusa de la noche no permitía verla con
detalle, pero al acercarme sus rasgos se me hicieron familiares. Ella se subió
a un colectivo antes de que pudiera llegar a ver su rostro con claridad. Yo me
subí al 151 que venía detrás. Me senté en el asiento del fondo y traté de
reconstruir su rostro. Pero no podía. Las imágenes del pasado se superponían
con aquella foto endeble que mis ojos habían registrado minutos antes.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Quizá mi deseo me haga ver visiones. Quizá ella haya sido ese fantasma
que me ha perseguido durante tanto tiempo. Quizá sea ella. Mi Camila. Mi
Rosaura. Aquella que me robó el corazón una noche de verano. Quizá sea hora de
que me lo devuelva.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<h2 style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background: white; line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">3.<o:p></o:p></span></span></span></h2>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlG3oua1WGgQW2awCIDrE01-4IddGZVxdnfFxa9cjSSt3mKgcUlgqVqruTOE-kDMpCGN_Feng8Vcg6bpZZMKEdSfMDjpmOX2Rlou3FmKrjfxdaPGiHex1s7u6vuBSz6co32oBhFoR9Yv0/s1600/buscando3.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlG3oua1WGgQW2awCIDrE01-4IddGZVxdnfFxa9cjSSt3mKgcUlgqVqruTOE-kDMpCGN_Feng8Vcg6bpZZMKEdSfMDjpmOX2Rlou3FmKrjfxdaPGiHex1s7u6vuBSz6co32oBhFoR9Yv0/s320/buscando3.jpg" width="234" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Si naciste un 29 de marzo, como yo, seguramente tu cumpleaños caerá en
Pascuas cada tres o cuatro años. Este año, mi cumpleaños cayó en Viernes Santo.
<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Nunca tuvimos una fuerte tradición religiosa en nuestra familia, pero
las Pascuas son fechas en las cuales nos acordamos que alguna vez fuimos
bautizados en la fe católica. Lo cierto es que esto es más fuerte en el caso de
mis tías Lidia y Susana, las que, quizá porque ya están entradas en años –Lidia
tiene 74 y Susana 68 –, se han acostumbrado a cumplir con los ritos religiosos
con mayor puntualidad. Van a la misa de las 10 todos los domingos en la
parroquia de Jesús en el Huerto de los Olivos y se confiesan puntualmente cada
dos viernes. Incluso han tratado de convencerme de que las acompañe cada
domingo. Gabriel pone la excusa de que tiene que atender el negocio, pero
Nancy, su mujer, las acompaña junto con mis sobrinos.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Gabriel se casó en el 2005. Cuando me lo dijo, un año antes, no podía
creerlo. En ese momento él tenía 47 años y me presentó a Nancy, una joven
contadora de 29 años que trabajaba en el estudio contable que llevaba los
libros de los negocios. Primero pensé mal, que Nancy era una viva que había
visto la billetera gorda de mi hermano y que había decidido hacerla suya. Pero
apenas la conocí me di cuenta de que no era así. Gabriel había tenido la suerte
de que una bella mujer se había enamorado de él vaya a saber por qué. No tuve
duda de que su amor por mi hermano era sincero y de que iban a ser felices. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">No pasaron seis meses desde la gran boda antes de que la noticia del
primer embarazo llegara y al cabo de un año del parto de mi sobrino Elías quedó
nuevamente embarazada, esta vez de una niña a la pusieron Marcia.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">La presencia de mis sobrinos hizo que me habituara a ir a almorzar todos
los domingos a comer a la casa de mi hermano con mi familia. Nancy cedía el
control de su cocina a mis tías, las que se encargaban de preparar abundantes
platos de pastas mientras ella se ocupaba de atendernos, lo que significaba
abrir una botella de vino, cortar queso Mar del Plata en dados, salamín picado
fino en rodajas y aceitunas endiabladas. A veces, Gabriel tomaba el toro por
las astas y prendía el fuego en la parrilla para preparar unas tiras de asado,
vacío o matambrito de cerdo. Pese a que teníamos el restaurante junto a la
panadería, nunca comíamos allí los domingos, porque la casa de mi hermano nos
daba una intimidad que en un lugar público era imposible tener.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">El Viernes Santo del año 2013 fue mi cumpleaños cincuenta. Medio siglo
sobre esta tierra no eran, según mis tías, motivo para desdeñar las prácticas
de ayuno y abstinencia que la fiesta religiosa mandaba, pero mi hermano y su
mujer las convencieron de que, al menos, nos juntáramos a tomar un té y
compartir una torta en mi honor.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Entre los temas de conversación no pudo faltar la homilía dada por el
Papa Francisco más temprano ese día. La noticia de que un Cardenal argentino
había sido electo Papa había sacudido a la Argentina. Reacciones de todo tipo
aparecieron de inmediato en las redes sociales. Desde una fría carta de la
Presidente de la Nación a muestras de alegría que, en un punto, parecían
exageradas. Tampoco faltaron las acusaciones de los grupos más extremos que
obligaron a personalidades como Adolfo Pérez Esquivel a salir en su defensa. Yo
era muy chico cuando todo eso pasó y no puedo dar testimonio de lo que sucedió.
Sin embargo, sé muy bien que de la misma manera que había sacerdotes que tuvieron
una cuota de complicidad con los militares que nos gobernaron entre 1976 y
1983, también sé que hubo muchos que arriesgaron el cuello por aquellos que
fueron objeto de persecución por la dictadura militar, lo que a muchos les
costó la vida. En Argentina siempre se tiende a parcializar las cosas para
peor. Un sacerdote comete abuso sexual de menores y la Iglesia es un club de
pedófilos. Yo no tengo simpatía por los curas en general, como tampoco la tengo
por los políticos. Tengo simpatía por personas concretas a las que conozco y de
la que puedo dar testimonio de su obra. Como aquél sacerdote que vive en las
villas y lucha contra el narcotráfico o el otro que trabaja en el Hospital
Tornú dando alivio a los enfermos que están solos, ayudando a conseguir
alojamiento a sus familiares de pocos recursos para que puedan acompañarlos en
su dolor.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Volviendo al tema, el viernes finalmente nos reunimos en la casa de mi
hermano a las cinco de la tarde. Tomamos té con facturas y soplé las velitas
que ardían sobre una torta de chocolate con crema. En realidad lo hizo Marcia
con ayuda de Elías, ya que a ellos les entusiasma más la idea del cumpleaños
que a mí. Mi hermano me regaló algo que nunca quise tener, un teléfono celular
y cargado en él estaba el número de una amiga de Nancy a la que debía llamar.
Nancy fue muy insistente en este punto. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Elías se apoderó del aparato apenas lo encendí y comenzó a darme clases
sobre cómo utilizarlo mientras que Marcia, colgada de mi espalda, no dejaba de
preguntarme qué jueguitos tenía el teléfono. Me sorprende la habilidad de los
pequeños para aprender cosas a las que uno parece rehusarse. A mis ocho años,
allá por 1971, apenas si sabía encender el televisor y darle vuelta al dial
para cambiar de canal. Sólo había cinco canales en aquella época, pero se veían
tres. El dos, hoy Amércia, se emitía desde La Plata, así que a Olivos no
llegaba, y el nueve tenía señal si no soplaba mucho el viento. Así que
estábamos relegados a ver canal siete, que luego fue ATC para volver a convertirse
años más tarde en canal siete, canal once, hoy TELEFE, y el trece. Tampoco era
que había mucho para ver. Prefería más salir con mis amigos a andar en bici por
el barrio o a patear la pelota en algún potrero. Elías jamás ha estado solo con
sus amigos en la calle. Si quiere andar en bicicleta, va con su familia a la
costanera de Olivos, a la cual llegan en auto. Juega al fútbol en la escuelita
en la que lo inscriben cada año. O en la consola de videojuegos que le regaló
Papá Noel en las últimas Navidades.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">A las siete y media de la tarde mis tías le pidieron a Gabriel que las
acerque a la parroquia porque a las ocho era el Vía Crucis, y no querían llegar
tarde. Pese a que Susana se la pasa todo el día en la panadería y Lidia en el
restaurante controlando que todo funcione bien, no pueden caminar las siete
cuadras que separan a la parroquia de la casa de Gabriel. Yo aproveché para
despedirme también y me fui caminando despacio por Pelliza hasta Maipú, donde
pensaba tomarme el 152 hacia la Capital.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Mientras viajaba a casa, saqué el regalo del bolsillo de mi saco y lo
examiné. Había una docena de números cargados. Los celulares de Gabriel y de
Nancy, el de su casa, el de la casa de mis tías, dos de la panadería y uno del restaurante.
Bomberos, policía, emergencias médicas y correo de voz y un número más. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">El de Diana Falco.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Me quedé contemplando la combinación numérica que mostraba la pantalla.
La suma de ellos daba un número par. Pareja es una palabra que tiene como raíz la
palabra par. Igual o semejante. Liso y llano. Compañero o compañera en los
bailes. Conjunto de dos personas o animales que tienen entre sí alguna
correlación o semejanza. Cada una de estas personas o animales en relación a la
otra. El diccionario puede ser muy útil para confundirlo a uno. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">¿Qué correlación o semejanza podía tener con una mujer que no había
visto jamás? Imposible saberlo. Al menos, mientras no la conociera. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Miraba el número mientras pensaba en una excusa para no llamarla. Pero
sabía que iba a ser algo inevitable. Nancy tuvo la gentileza de mostrarme una
foto suya en el Facebook y no podía argumentar que no era lo suficientemente
bella. Abogada, 31 años, nacida en el mes de julio de 1981 en Rosario. Hincha
de Rosario Central, le gustan los perros y sale a correr todas las mañanas. Lo
cierto es que yo sabía que si no la llamaba, Nancy me iba a castigar con su
cháchara hasta que lo hiciera. Esto es como ir al dentista, va a ser una
tortura, ¿para qué entonces aguantarse el dolor de muelas durante un mes? Así
que apreté el botón llamar y me puse el artefacto en la oreja izquierda.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Hola? –dijo una voz dulce después de tres repiques.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Hablo con Diana?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Sí, ¿quién habla?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Soy Matías Robledo…<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–El cuñado de Nancy.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Sí, soy yo. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Nancy me dijo que podías llamar.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Sí, seguro te dijo que te iba a llamar, porque ya sabemos cómo es
Nancy.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–No sé muy bien a qué te referís. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Nada, no suelo hacer esto.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Hablar por teléfono?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Llamar a mujeres que no conozco.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Ah, ¿entonces?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Si querés, mañana podemos tomar un café.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Podríamos.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Por qué barrio vivís?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Por Palermo, cerca de Plaza Serrano. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Cerca de ahí está Sullivan’s, en Borges y El Salvador. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Sí, lo conozco. Después te mando un texto con mi dirección y me pasás a
buscar. ¿Te parece a las seis?<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–A las seis me parece bien.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Bueno, te mando un beso. Nos vemos.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Chau –dije antes de cortar. Levanté los ojos y vi que el colectivo
estaba en Congreso y Cabildo. Guardé el teléfono y me levanté del asiento para
tocar el timbre y bajar en la siguiente parada. De pronto, me di cuenta de que
estaba nervioso por tener una cita. <o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; line-height: 200%;"><span style="color: #660000; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Qué boludo.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<h2 style="text-align: justify;">
<span class="textexposedshow"><span style="background: white; line-height: 200%; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">4.<o:p></o:p></span></span></span></h2>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgidzrzR9Wxq6LtiwRmyvXm5PxsfP0SNaxcogkTo0OAErjnG891BgA-tmyfqAMgUcLeRydGvHbb1PU4AgePuaOL0iILcEGmOHOeObdSQC91kSdK5bMePnIzXtxJar1axzc6j4eFiRKF1wE/s1600/buscando+4.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgidzrzR9Wxq6LtiwRmyvXm5PxsfP0SNaxcogkTo0OAErjnG891BgA-tmyfqAMgUcLeRydGvHbb1PU4AgePuaOL0iILcEGmOHOeObdSQC91kSdK5bMePnIzXtxJar1axzc6j4eFiRKF1wE/s320/buscando+4.jpg" width="320" /></a><span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Las expectativas que una cita generan pueden ser
insospechadas. Uno debería aprender a preocuparse por lo importante y no hacer
un mundo de aquello que por naturaleza es insignificante. ¿Qué importa si a la
camisa que elegí le falta uno de los botones del puño? Arremángala y nadie
notará la ausencia. ¿Qué importa que el jean no esté planchado? Te queda justo,
con lo que nadie notará la arruga. Pero no. Busco aguja e hilo y coso el botón,
enchufo la plancha y dejo el jean prolijo y sin raya.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Cuando terminé miré la hora en mi viejo reloj de pulsera y
comprobé que eran las dos de la tarde. Revisé el celular otra vez para ver si
estaba encendido y si había llegado el mensaje de Diana, pero nada. Entonces
decidí que lo mejor que podía hacer era salir a dar una vuelta. El clima era
agradable, el cielo estaba despejado y una caminata me iba a ayudar a calmar
mis ansiedades.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Salí de casa y enfilé mis pasos hacia Avenida Cabildo.
Caminé hacia el sur por la Avenida hasta llegar a Juramento y decidí meterme en
la librería que estaba en la esquina. Allí me puse a revisar los volúmenes que
había a disposición del público. La última de Pérez Reverte, una antología de
Asimov, las 50 sombras de Gris. Nada parecía atraerme lo suficiente. Entonces,
entre las pilas de libros inmensos, encontré un ejemplar perdido de “El lápiz
del Carpintero”, un libro que me habían prestado hace menos de una década y más
que un lustro. Pequeño y compacto, pero bien jugoso, como esas uvas rojas que
se comen al final del verano. Era un libro que tenía varios años de
circulación, pero que yo nunca había visto. Fue un amigo Gastón Terrero, que
había regresado de Roma con una deliciosa botella de Chianti que me trajo de
contrabando en su equipaje de mano, quién me lo prestó. Lo leí en una tarde de
domingo lluvioso en la que simplemente no tenía ganas de mojarme para tomar el
colectivo hacia Olivos. Lo leí sentado en mi sillón de lectura, con la botella
de Chianti abierta sobre la mesa y la copa siempre llena. Al menos, mientras
hubo cómo reponer lo que me tomaba. Al terminarlo, estaba más ebrio por la
lectura que por la bebida y me dije que tenía que comprarme un ejemplar para
mí. Fui a la librería el lunes, pero no lo tenían en existencia. Entonces,
intenté quedarme con la copia de Gastón, pero él es muy quisquilloso respecto
de sus libros. Dicen que sólo los boludos prestan libros, pero los más boludos
los que los devuelven. No tengo dudas de que yo soy un gran boludo. La vida me
compensó un poco por mi boludez ese Sábado de Gloria. Tenía una cita con una
mujer hermosa y un ejemplar nuevo de “El Lápiz del Carpintero” para nutrir mi
biblioteca. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Al salir de la librería, mi celular sonó. Lo saqué de mi
bolsillo y vi que tenía un mensaje de texto de Diana.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">“<i>No pases por casa, te
encuentro directo en el bar. Pasame tu face, así te puedo reconocer</i>.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Con gran torpeza por mi inexperiencia, le escribí un mensaje
declarándome culpable de un gran pecado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">“<i>Perdón, pero no tengo
cuenta en facebook. Me vas a reconocer porque estoy con un jean celeste, una
camisa fondo blanco cuadriculada con rayas finitas verdes y en mis manos tengo
un ejemplar de el lápiz del carpintero.</i>” </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Antes de enviarlo, me di cuenta que el mensaje era demasiado
largo. Además, si bien era difícil, no era imposible que en ese bar hubiera
otro hombre vestido como yo. Al fin y al cabo, era un pub irlandés y ellos
tienen fascinación por el verde. Así que lo borré y redacté otro más breve.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">“<i>Yo voy a llegar
temprano. Llamame en cuanto entres al pub</i>.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">El teléfono me decía que eran las tres y media de la tarde.
Con el apuro por estar presentable, me había olvidado de almorzar y el estómago
me estaba pasando factura. Me sumergí en las fauces de la red subterránea de la
ciudad y abordé una formación que transitaba hacia el centro. Cinco estaciones
más tarde, bajé del tren y subí por las escaleras mecánicas hasta la calle
donde escruté la situación bajo la atenta mirada de Giuseppe Garibaldi, que
sobre su caballo de bronce controla todo lo que ocurre en Plaza Italia. Doblé
por Borges hacia abajo y caminé derecho hasta Sullivan’s, donde ocupé una mesa
del interior junto a una ventana. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Nunca elijo las mesas de la vereda. Palermo está lleno de
boliches que tienen más mesas en la vereda que dentro del local mismo. Es
curioso, al menos para mí, ver como no hay espacio libre en las mesas de afuera
mientras que el interior está desierto. Ello pese a que las de afuera están
separadas por un cabello de ángel con anorexia y, muchas veces, en desnivel por
el estado calamitoso de las baldosas sobre las que se apoyan las mesas. Y pese
a que la superficie útil de las mesas exteriores pierde por robo contra la de
las interiores.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Pero la gente, en general, no es como yo. Yo me rijo por la
comodidad. La gente, por lo que es cool. Es mucho más cool tener una
conversación sentado en una mesa a la vista –y a los oídos –de cualquiera que
pase por la calle que hacerlo con la reserva que da el vidrio de por medio. Es
mucho más cool fumarse los vahídos de los escapes de los coches que pasan por
la calle que estar en un salón bien ventilado y con aire acondicionado. Es
mucho más cool comer bajo el rayo del sol, con la triste protección de una
sombrilla que se ha declarado incapacitada para cumplir con su labor que
disfrutar de la sombra que un techo ofrece. Sin hablar del riesgo que se corre
de que la lluvia convierta tu ensalada en sopa de verduras.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Yo no soy un tipo cool. Lo confieso. Y a mis años, soy
bastante hinchapelotas. No pierdo el decoro en afirmarlo, ni me avergüenzo por
expresar mis opiniones, como cualquiera que haya escuchado mi programa de radio
puede atestiguar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">“El Ocaso de los Dioses” nació al poco tiempo que regresé a
Buenos Aires. Yo hacía un programa para Barcelona por internet, el mismo que
hice durante el tiempo que estuve viviendo en Estados Unidos. Al regresar a
Argentina en el 2002, seguí trabajando para la emisora española, pero la
distancia me hizo perder un poco la conexión con el público catlán. Por ese
entonces, Sergio Zelaya, el propietario de una radio de Palermo, me contactó y
me ofreció un espacio en la FM que manejaba. Me dio el horario de 22 a 24 de
lunes a viernes y como era el final del día y los días les deben sus nombres a
los dioses romanos, decidí que el nombre era apropiado. Sergio me dio el visto
bueno y salimos al aire por primera vez en diciembre de 2002.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">El programa es un poco un tributo al Rock. Hago entrevistas,
paso la música que me gusta y doy mi opinión sobre lo que sea. Tengo una
locutora que me asiste y que, con el tiempo, se ha convertido en una segunda
conductora del programa. Por mi estudio, ya sea en persona o por teléfono, ha
pasado casi todo aquél que ha sido parte del Rock nacional y que aún sigue con
vida. Charly, Nito Mestre, Lito Nebbia, Raúl Porcheto, Baglietto, Marilina
Ross, Calamaro, León Gieco, David Lebón, Pedro Aznar. El flaco Spinetta, que en
paz descanse. Todos pasaron por mi micrófono y de todos me llevé recuerdos
increíbles. Recuerdo cuando, entrevistando a David Lebón, le confesé que el
disco Serú Girán había sido el primer disco de rock que había escuchado en mi
vida. Le propuse que escucháramos Seminare, pero David hizo lo inesperado.
Pidió una guitarra y la tocó en vivo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Pero el rock no es el único que ha estado presente en mi
programa. He tenido largas charlas con personajes a los que, por respeto, les
converso desde mi silencio. Como ha sido el caso de la vez en que Enrique Pinti
aceptó mi invitación al programa. No hablamos de política. Ni de actualidad.
Hablamos de lo que era hacer teatro en una época donde te cagaban a palos o
desaparecías por dar la opinión que nadie quería escuchar. Que nadie no, que
los poderosos no querían escuchar. Había muchos oídos ávidos de opiniones
libres. Muchas mentes deseosas de ideas nuevas. Mucha sangre que hervía por
hacer del mundo un mundo mejor.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Ese día era sábado y no iba a hacer mi programa. Me iba a
encontrar, sándwich tostado de jamón y queso en pan de centeno bajado con un
café con leche de por medio, con una hermosa mujer que tenía voz dulce y un
futuro incierto en mi vida.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Mientras esperaba, Manuel Rivas y su lápiz rojo me hizo
compañía. La mesera se acercó a mí en dos ocasiones, la primera le dije que no
necesitaba nada y en la segunda le dije que me trajera una cerveza. Miré mi
reloj y noté que las seis estaban a la vuelta de un cuarto de giro, con lo cual
la lectura se hizo imposible.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Cómo parecer calmo cuando la ansiedad te corroe es algo para
lo cual deben haber escrito varios libros. Lo cierto es que yo no he leído
ninguno de ellos. Llamé a la mesera, le pedí que retirara la botella de cerveza
vacía y que me trajera una botella de agua mineral. Pero enseguida reculé y
cambié mi pedido por otra cerveza y unas bandejitas para picar. Quería ir al
baño, pero no quería dejar la mesa vacía ni quería arriesgar a que alguien se
llevara mi libro. Iluso de mí. Quién iba a llevarse mi libro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Me levanté, hice una visita relámpago a los sanitarios y
salí con las manos oliendo al jabón líquido que había a disposición de la
clientela. Entonces, el teléfono comenzó a vibrar en mi bolsillo. Lo saqué de
camino a mi mesa y atendí sin mirar la pantalla.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Hola?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Hola, estoy casi ahí.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Diana?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Sí, ¿mi número te aparece como número privado?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Entonces miré la pantalla y vi su nombre escrito en ella.
–No, perdoná, no estoy acostumbrado a usar estos aparatos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–¿En serio?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Ayer me regalaron mi primer celular –. Escuché su risa. Era
cristalina. Qué lindo es escuchar una risa cristalina –. Me senté junto a uno
de los ventanales del lado de El Salvador.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Ok. Ya entro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Entonces ella entró. Parecía más alta en persona que en
fotos, aunque tenía unos tacos que la levantaban varios centímetros del piso.
Llevaba el cabello en una melena corta partida al medio de la frente y con una
onda suave. Era oscuro y se veía abundante. Su físico era el ideal para mí, sin
la delgadez extrema de una modelo y con la dosis adecuada de curvas en los
puntos significativos. Vestía una camisa corta verde manzana con una musculosa amarilla
y un pantalón blanco. Sus ojos se escondían detrás de lentes oscuros, pero
apenas dio dos pasos dentro del bar se los quitó y reveló un ámbar brillante.
Su rostro era bello y armónico, quizá con una cuota de maquillaje innecesario,
en el que resaltaban unos labios delgados y una sonrisa que nacía en los ojos y
se plasmaba en los dientes impecables. Adivinó de inmediato quién era yo y se dirigió
hacia mí. Yo la esperé junto a la mesa, atento a las señales de su cuerpo para
saber cómo saludarla. Ella se inclinó para darme un beso y yo me encontré con
ella a mitad de camino.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Hola –dijo –, otra vez.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Hola –respondí –, dejame ayudarte con…</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Acomodé su silla mientras ella se sentaba y luego volví a
ocupar mi lugar. La mesera hizo su aparición con mi cerveza y los platitos con
queso, jamón, maní y palitos salados.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Qué querés tomar? –le pregunté.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Traeme un agua tónica –le dijo directamente a la mesera, la
que se retiró sin decir nada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Bueno –dije por la mera necesidad de impedir que el
silencio formara parte del encuentro –, acá estamos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Ella sonrió –. Qué dulce, estás nervioso.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–El problema son las expectativas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Cuáles?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Las que otros han puesto sobre mí. Tu amiga Nancy, mi
hermano, mis tías.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Nancy ya no es más tu cuñada?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Algo me dice que el título de amiga, en este caso, pesa más
que el parentesco.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–No, no creo. Lo que me sorprende es que te afecte tanto.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Mi familia es muy pequeña. Siempre lo ha sido. Y la hemos
pasado difícil. Yo viví muchos años afuera y lo que más necesité en mi exilio
fueron ellos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Exilio?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Voluntario. Me fui porque quise irme, pero no me sentí
inmigrante mientras estuve afuera, siempre me sentí un exiliado.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Y ahora? ¿No extrañás el afuera?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Extraño a algunos amigos que han quedado allá, pero no
extraño el lugar. No como extrañé a Buenos Aires.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Yo viví dos años en Nueva York y fue heavy.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Por qué te fuiste?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Fui a estudiar. Hice una maestría en Derecho Internacional
Privado. La verdad es que no me arrepiento, porque me ha abierto muchas
puertas, pero lo sufrí horrores.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Yo viví en Boston, Madrid y Barcelona. En Boston estuve con
un amigo, en Barcelona, solo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Fuiste a Harvard?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–No, yo no. Yo estudié letras acá. Estuve allá haciéndole el
aguante a un amigo que tenía el sueño de graduarse antes de morir.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">El silencio hizo su primera aparición.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Lo logró?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Sí, por suerte lo hizo. Después lo traje a Buenos Aires –No
pude evitar la sonrisa al recordar sus últimas palabras. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Qué? –preguntó ella.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Nada, me acabo de acordar de lo último que me dijo.
Moribundo y todo, tenía un sentido del humor increíble. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Qué te dijo?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–No lo entenderías. Como dicen los ingleses, es un chiste
privado. Así que sos abogada.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Sí, trabajo en un estudio de Puerto Madero.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Estudio paquete. ¿Te explotan mucho?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Sí, entro todos los días a las 8 y no sé cuando salgo
–dijo, y luego, como justificándose, agregó –, pero me gusta lo que hago.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Si no fuera así, supongo que no lo harías.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Sí –dijo –, supongo que sí.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Y qué haces cuando no estás en la oficina?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Como, duermo, a veces me encuentro con alguien a tomar
algo. Y otras cosas que no vienen al caso.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">La moza llegó con la botella de agua tónica y un vaso largo,
el que llenó a la mitad. O dejó medio vacío. Le agradecimos y se marchó con
tanto sigilo como se había aproximado. Diana tomó un sorbo y yo hice lo mismo
con mi cerveza. Luego agarré un dado de queso y me lo llevé a la boca.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–No me dejes comiendo sólo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Está bien, paso.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿A dieta?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Un poco.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Yo debería ponerme a dieta, no para bajar de peso, más bien
para ordenar un poco mis hábitos alimentarios.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Se te ve bien.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–A vos muy bien y eso no te impide estar a dieta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">El piropo entró con tanta sutileza que ni se dio cuenta de
que se había ruborizado. –Bueno –dijo –, es un poco de mantenimiento.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Como los autos, un service cada 1500 kilómetros.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Depende de qué tipo de service hablamos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Ahí fui yo el que sintió el calor en sus mejillas. Ella se
rió. La charla siguió por otras dos cervezas y una pizza que compartimos cuando
dieron las ocho y ya estábamos con la mandíbula dolorida de tanto reírnos. A
eso de las nueve y media pedí la cuenta y ella quiso compartir el gasto. Le
dije que no había problema y, cuando la camarera llegó con el ticket le
entregue mi tarjeta de crédito antes de que Diana tuviera tiempo de abrir su
bolso. Ella quiso discutir y yo me disculpé.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Lo que ocurre es que es un acto reflejo de tanto comer solo
–le respondí. Firmé el cupón de la tarjeta y se lo entregué a la mesera con un
billete adosado a modo de propina –. Otro acto reflejo –dije antes de que sus
protestas se formalizaran.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Salimos de Sullivan’s y la acompañé a su casa. Era un
coqueto edificio sobre la calle Serrano, nombre de Borges del otro lado de la
plaza con forma de diamante que está en la intersección de estas dos con
Honduras, dos cuadras antes de llegar a Avenida Córdoba. Entonces se produjo el
momento de la definición. O me daba el besito de las buenas noches, o me
invitaba a subir.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Me gustó conocerte –dijo ella –, pero no soy de las que
invitan a un hombre a su casa en una primera cita.</span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Me parece justo –le respondí. Entonces, me apoyó una mano
sobre el pecho mientras se ponía a distancia de un suspiro. Era media cabeza
más baja que yo con esos tacos altísimos. De pronto, me pareció que crecía.
Entonces, sus labios se encontraron con los míos para darle vida a nuestro
primer beso.</span></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-15134084496140473272013-08-01T18:57:00.002-07:002013-08-01T19:01:21.924-07:00BUSCANDO EL FANTASMA DE UN AMOR RECORRE LA ARGENTINA Y SU HISTORIA<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><b>Marcos ha decidido emprender un viaje especial. Cansado de tener el corazón roto por los fantasmas de su pasado, se ha subido a su auto y se ha adueñado de las rutas de Argentina para tratar de encontrarle un sentido a su vida. Desde cada destino, cada noche, hará su programa de radio y encontrará una compañera de ruta inesperada.</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><b><br /></b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><b>Buscando el Fantasma de un Amor, la novela en directo de FACEBOOK ha llegado a setenta entregas y ciento noventa seguidores, con un alcance de sesenta mil personas que siguen, semana a semana esta romántica historia.</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><b><br /></b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><b>Descubran la Argentina, sus pueblos, su gente y su historia. Y descubran que se esconde detrás de los fantasmas en <a href="https://www.facebook.com/elfantasmadeunamor?ref=hl">https://www.facebook.com/elfantasmadeunamor?ref=hl</a></b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><b><br /></b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><b>Desde Buenos Aires, los abrazo.</b></span></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-89355214333141488772013-07-30T16:30:00.003-07:002013-07-30T16:30:42.406-07:00MI BUENOS AIRES QUERIDO. por Juan Brian Doyle. Texto completo.<h3>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">1. LA VOZ DEL CIELO</span></h3>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Claribel tenía una voz celestial. Cantaba cada viernes por
la noche en los bailes que se organizaban en el club Comunicaciones, el mismo
en el cual sus padres se habían conocido veinte años atrás. Ella se vestía con
sus mejores galas para subir al escenario: un vestido corto rojo con
lentejuelas que devolvían destellos a las lámparas que la alumbraban, acompañado
por unos zapatos de charol negro, medias de red al tono y una cinta de raso,
también negra, atada al cuello para protegerse la garganta del frío. Bien
podría haber estado desnuda, porque tenía el don de hacer que su público
cerrara los ojos para poder concentrarse en las notas que brotaban de su
garganta. Dicen que, cuando comenzaba a cantar, el tiempo se detenía. Dicen muchas
cosas. Sin embargo, casi ninguna es verdad.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Su leyenda comenzó el día en que, a la mitad de su última
canción, el público la vio levitar sobre el escenario. Una nube misteriosa se
formó sobre las tablas y la energía la elevó con tal suavidad y sutileza que
parecía que bailaba en los brazos de un ángel. Allí mismo, una mujer que había
permanecido muda los últimos treinta años, pegó un grito y comenzó a soltar un
rosario de palabrotas dirigidas, en su gran mayoría, a su difunto esposo y a su
suegra. Uno de sus hijos, que había quedado privado del uso de sus extremidades
inferiores, se levantó de un salto. Los músicos, presas del pánico por el
alboroto que crecía como un huracán, soltaron sus instrumentos y corrieron
detrás de bambalinas. No obstante, Claribel permaneció firme en su cantar, sin
perturbarse ni por la ausencia de música ni por la histeria que se había
apoderado de la multitud. Entonces, clavó un Do de pecho que hizo temblar la
tierra. Los árboles perdieron sus hojas, las flores se cerraron y el escándalo
cesó. Una constelación de estrellas se reflejaba en las lágrimas que habían
brotado de cada par de ojos presente y un aplauso ensordecedor hizo que el sol
brillara en plena noche. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">La voz corrió de barrio en barrio y pronto cientos de
personas afligidas por sus penurias comenzaron a acampar cerca de aquellos
lugares donde se decía que La Voz del Cielo se presentaría. Club
Comunicaciones, El Porvenir, Defensa y Justicia, Defensores de Belgrano,
Atlanta. En la puerta de cada una de esas instituciones se agolpaban hordas
desesperadas por saber si allí cantaría ella. Pero Claribel, asustada por lo
que le había tocado vivir, había decidido que lo mejor para ella era mantenerse
en el anonimato. Hasta que una tarde fue de paseo al jardín japonés donde,
conmovida por la belleza de aquél parque, decidió dejar que su voz se suelte.
Fue sobre un puentecito de madera, en una de las islitas artificiales, rodeada
de flores, peces de colores y aves curiosas. En pocos segundos la gente comenzó
a agolparse y, sin preocuparse por la belleza del vergel, avanzaron sobre el césped, los
árboles, las flores y los arroyos. Ella cantaba con los ojos cerrados y ellos
contenían la respiración para no perturbarla. Pero al buscar más sosiego
descubrió que estaba rodeada y lanzó un grito de horror que abrió los cielos de
par en par. El viento se arremolinó en torno a la islita levantando una pared
de agua que la escondió de la mirada de los presentes. Luego, un rayo
fulminante cayó dentro del vórtice y, de inmediato, el viento se calmó. Todos
se quedaron atónitos al ver que ella ya no estaba entre ellos. Se fueron
cabizbajos, sin preocuparse por los destrozos que su presencia había provocado
al lugar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">No fueron pocos los que creyeron que el ángel con el cual ella
había bailado en el escenario del Club Comunicaciones había bajado del cielo
para llevarla al lugar al cual pertenecía. Yo no creo nada, ni siquiera creo
que mi hermana haya existido alguna vez. ¿Por qué habría de hacerlo? Si hoy de
ella no me queda nada. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<h3>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">2. DE PADRE A HIJO</span></h3>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Papá</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Que pasa, hijo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Quería hablarte de mi hermana.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿De Claribel?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿Tengo otra hermana?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–No, tenés razón, ¿qué querés saber?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿Por qué no hay fotos de ella en ningún lado?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Es difícil de explicar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Todos hablan de ella, que fue una santa, que fue un ángel. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Pará un segundo, Gabriel. Aunque no lo entiendas, creo que
te merecés saber toda la historia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Te escucho.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Claribel no es mi hija, al menos no mi hija biológica.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿Y de mamá? </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Tampoco. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿Cómo?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Fue hace unos treinta años. Mejor dicho, fue el 12 de
febrero de 1966. Tu mamá y yo éramos novios, ella tenía veinte años, yo
veintidós. Habíamos ido a bailar al Comunicaciones.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Por los carnavales.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–En aquella época todo el mes de febrero era Carnaval. Era
sábado y todos los sábados había bailes en el club. Tu mamá no se sintió bien y
decidimos irnos. Salimos por la puerta de Tinogasta y San Martín y caminamos
por la avenida hacia Bolivia, donde doblamos a la derecha. Tu mamá vivía en
Bolivia y Baigorria, ¿te acordás de la casa de tu abuela?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Si, me acuerdo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–La cuestión es que cuando llegamos a la esquina de lo de tu
abuela escuchamos el llanto de un bebé. Nos acercamos y allí encontramos a
Claribel. Nos casamos dos semanas más tarde y adoptamos a tu hermana.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Eso no me explica por qué no tienen fotos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–No, pero al menos te explica algo del origen de tu hermana.
</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–OK, ahora explicame lo de las fotos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Bueno, aquí viene lo difícil de entender. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Hagamos la prueba.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Cuando encontramos a Claribel nos dimos cuenta de que no
era un bebé normal. Para empezar, no tenía un rostro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿Cómo?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Así, como lo dije. No tenía ojos, ni nariz, ni orejas, ni
boca. De hecho, ni siquiera tenía forma de bebé. Más bien era como una bola sin
forma y sin color. No tenía cabello, no tenía brazos ni piernas, ni siquiera
tenía piel. Pero tu mamá la tomó entre sus brazos y comenzó a cambiar. Después
de unos minutos, Claribel era Claribel. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–No entiendo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Se formó como una bebé hermosa. Ojos oscuros, piel clara,
una naricita preciosa, una boca fina y delicada, y le creció rápidamente una
mata de cabello rojizo. La cuestión que cuando la llevamos a casa de tu abuela
ella era una bebé perfectamente normal. Miento. Era una beba perfecta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿Y las fotos?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Cada vez que quisimos fotografiarla la película se velaba.
Pero sólo en las fotos que estaba ella. El problema era que ella irradiaba
demasiada luz. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿Luz? A lo sumo la reflejaba.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–No, no, era luz propia. Te dije que no lo entenderías.
Nosotros recién al final lo entendimos. Nos dimos cuenta que Claribel en realidad
era un ángel.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<h3>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">3. BAJO LA ESTATUA, UN RECUERDO</span></h3>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Perturbado por las palabras de mi padre, salí de mi casa,
que por aquél entonces quedaba en la esquina de Pedro Lozano y Concordia, y
comencé a caminar sin rumbo definido para tratar de acomodar mis emociones.
Pensé en Claribel, pero la imposibilidad de ponerle un rostro a su recuerdo me
llenó de congoja. Pensé que si realmente era un ángel sin rostro humano, al
menos debería recordar los momentos que compartí con ella, si acaso éstos
existieron alguna vez. Recordaba a mi madre, que murió muy joven cuando yo
tenía nueve años. Mi hermana me llevaba ocho años, por lo que ya casi era una
mujer. No recuerdo que haya ido alguna vez al colegio. Según supe, de pequeña
demostró que podía leer y escribir, que podía hacer cálculos matemáticos y que
nada de lo que le enseñarían en la escuela le sería de utilidad. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Recuerdo una mano cálida sobre mi hombro mientras el cajón
que contenía los restos de mamá bajaba al foso que habían cavado para ella en
el cementerio de la Chacarita. Recuerdo una voz tierna suspirándome al oído las
palabras de alivio que tanto necesitaba. Recuerdo eso más que nada, que no hubo
palabras, que no hubo consejos ni frases hechas. Ese suspiro vacío de todo
contenido intelectual que era puro alivio.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">De pronto, me encontré frente al Cid Campeador y me di
cuenta que mi periplo no había sido casual. Allí, bajo la protección de la
espada del caballero español, mi padre
le había robado el primer beso a mi madre. Allí le había dicho te quiero, allí
se habían jurado amor eterno. Decidí que debía volver a casa y que debía
perdonarlo, porque, sin saberlo, me había pasado los últimos trece años
odiándolo por algo de lo cual no era culpable. Él había decidido mantener
calientes las cenizas del amor que sirvió de base para fundar un hogar para que
nuestras almas nunca sintieran el frío de la soledad. Yo me había negado a
entenderlo. Me había negado a pensar que ese amor, en apariencia extinto, podía
ser germen de felicidad. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Por suerte, siempre alguien está para darte un cachetazo y
hacerte entender. Mi Buenos Aires querido, cómo te lo puedo agradecer.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<h3>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">4. LOS MÁRTIRES MUEREN DE PIE</span></h3>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Después de una larga charla con mi viejo decidí buscar el
alma de mi ciudad. No me pregunten por qué, ya que no sabría darles una respuesta.
Lo cierto es que al día siguiente decidí salir con mi libreta de apuntes a
recorrer Buenos Aires en busca de historias que pudieran llenar el vacío que
habitaba entre los renglones de mis páginas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">El azar me llevó al viejo barrio del Abasto, el mismo que
había escuchado cantar a las mejores voces del tango. Allí recorrí senderos
nuevos para mis ojos, me encontré con rostros distintos y, sin darme cuenta, me
encontré visitando una ciudad distinta, aunque era la misma. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">En la esquina de Gardel y Jean Jaurés me crucé con un viejo
ciego que esperaba sentado en una banqueta vieja a que su sombrero se llenara
de las limosnas que necesitaba para sobrevivir un día más. Saqué de mi bolsillo
un solitario billete de a cinco y se lo coloqué en la mano. Él agradeció con su
sonrisa a medio construir y soltó una bendición extraña. “No me bendiga, mejor
cuénteme una historia de éstas calles” le dije en voz baja, y el viejo tosió
para adentro para encontrarse con las palabras.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Supongo que como es muy joven nunca escuchó hablar de
Pascual Vidal –comenzó a decir –, yo era muy chico en aquel entonces y él ya
era leyenda.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿Quién fue?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Un anarquista, el anarquista, el único político que
prometió y cumplió.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Pascual había nacido durante la revolución del 80, en una
oscura casa del barrio de Balvanera. Su madre murió en el parto en el mismo
momento que su padre fallecía en una barricada defendiendo la autonomía de la
ciudad. Creció en un orfanato de monjas, a las que, muy pronto, aprendió a
odiar. Al cumplir los quince se escapó y comenzó a trabajar por la comida y por
una cama caliente durante las noches descargando cajones de fruta para un tano
que tenía una verdulería en la esquina de Sánchez de Bustamante y Humahuaca.
Trabajaba de sol a sol y poco tiempo le quedaba para otras cosas. Un día de
1907 escuchó en la esquina de Pueyrredón y Corrientes la voz de Asunción
Menéndez, esposa del Corcho Menéndez, que pregonaba por los derechos de los
obreros que eran explotados con jornadas interminables y pagas miserables. Esa
noche fue a una reunión de los anarquistas y, de inmediato, comulgó con sus
ideas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Todos los jueves se reunían para discutir planes de acción
destinados a reunir más adeptos y fondos para comprar armas para hacer la
revolución. Después de dos años de estas reuniones, Pascual decidió que era
hora de actuar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Con la ayuda de tres de sus camaradas decidió atacar una
patrulla de la policía para requisarles las armas. Dos revólveres y algunas
balas fueron el pobre botín conseguido, insuficiente para enfrentar a las hordas
de vigilantes armados con fusiles que salieron a barrer el barrio para
encontrar a la banda de asesinos de policías. Pascual salió a la calle con su
premio y prometió enfrentar hasta la muerte a la opresión encarnada en aquellos
hombres vestidos de azul que atropellaban sin miramientos a cualquiera que
tuviera cara de culpable. “Y si he de morir” dijo”, moriré de pie.” </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">El viejo hizo silencio durante un largo momento, como
tratando de encontrar las energías para seguir con el relato. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Pascualito era un buen tipo, la había pasado mal de pibe y
ahora quería ajustar cuentas con el destino. Salió de su escondite con las dos
armas que había robado y se enfrentó a nueve policías que se formaron como un
pelotón de fusilamiento para ejecutarlo. Eso fue acá, en esta cuadra. Acá
estaban los polis, y allá, a mitad de cuadra, se plantó él con los dos caños en
la mano y comenzó a disparar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">El problema fue que Pascual no tenía idea de cómo usar un
arma y sus disparos se perdieron en la nada. En cambio, los nueve ejecutores
fueron certeros en las ocasiones que descargaron el cañón de sus Mauser. Sin
embargo, Pascualito no caía. Siguió disparando aún cuando los cartuchos de los
dos tambores habían sido gastados. Con sus ojos abiertos los miraba y
gatillaba, esperando el momento en que su corazón dejara de latir. Los
policías, aterrados, soltaron sus armas y se largaron a correr por Jean Jaurés
hacia Córdoba. La gente, gente de esta cuadra, salió a la calle a recogerlas y
a asistir al héroe de la tarde.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Pero Pascualito no respiraba. Su cuerpo permanecía de pie,
inmóvil, con los brazos levantados y las armas en sus puños. Estuvo así toda la
tarde y toda la noche, hasta que la propia Asunción Menéndez llegó a comprobar
lo que había ocurrido.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">“Hoy los anarquistas hemos aprendido una lección” dijo ella
“. Hoy nos han mostrado el cómo. Dejemos de hablar del por qué y pongámonos en
acción por una Argentina libre.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿Tenés un pucho pibe? –me preguntó de pronto el viejo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Disculple, pero no fumo, jefe.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Qué cagada. A Pascualito lo enterraron en secreto en los
terrenos donde hoy está el shopping. Lo enterraron de pie, como murió. Dicen
que cuando construyeron el edificio, allá por el año 30, un obrero se encontró
con sus huesos. Parece que la calavera los miró feo y no se animó a sacarlo.
Así que ahí está, enterrado en el corazón de su barrio.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #274e13; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Le agradecí la historia y seguí camino. Había algo en ella
que me atraía, pero en general no me cerraba. Un político que cumple... Seguro
que el viejo estaba tomado.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<h3>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">5. LA PUERTA</span></h3>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #660000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Esa noche no podía dormir. Había cenado pesado, un guiso de
esos que se arman con las sobras de la semana anterior y que se sazonan con
varias copas de vino tinto rebajadas con soda de sifón, un postre vigilante de
tres colores, con buen queso Mar del Plata, batata con cerezas y membrillo bien
duro, de los buenos. Me preparé un té de boldo para ayudar a las tripas a
procesar todo aquél menjunje, pero lo único que logró fue provocarme un hipo
con perfume a ajos que me hacía inmune a las mordidas de los vampiros. Entonces
me puse el gabán y la bufanda y pegué la calle otra vez para perseguir una idea
que había comenzado a circular en mi cabeza mientras revolvía sin parar la
horrible infusión. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #660000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">“Si Claribel era un ángel” pensaba “, seguramente la ciudad
tendrá sus demonios.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #660000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Para estas búsquedas insensatas no hay brújula más adecuada
que los mandatos del corazón. El problema era que, en esos momentos, el pobre
estaba agobiado por el peso del estofado y no podía pronunciar palabra, así que
me subí al primer colectivo que pasó por Avenida San Martín y terminé caminando
por las calles del centro de la ciudad. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #660000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">En una esquina rara, las cinco esquinas de Libertad, Juncal
y Quintana, me encontré con un tanguero de otra época. Sombrero de ala caída,
traje negro a rayas, pañuelo atado en el cuello y un cigarrillo en la boca. Me
puse en la parada del colectivo 67 simulando esperarlo y lo observe de lejos.
Curioso era aquel pitillo interminable, que pese a enrojecerse su brasa a cada
instante parecía no consumirse. Cerré los ojos para tomar el coraje necesario
para encararlo, pero cuando los abrí descubrí que sólo medio paso nos separaba.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #660000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Lo que Usted busca –me dijo sin que le pregunte nada –, lo
encontrará en la intersección de Tres Sargentos y Reconquista en el momento en
que la luz le quita su dominio a las sombras. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #660000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">De inmediato, eché un vistazo al reloj y advertí que el alba
se presentaría en menos de una hora. Quise agradecerle, pero ya no estaba allí.
Así que apuré el paso por Juncal para llegar a tiempo al punto designado. Plaza
San Martín, Florida, Paraguay, Reconquista, Tres Sargentos. Llegué montado en
el viento, aún durante el reinado de las sombras, mientras el rumor del sol
agitándose sobre el río. Esperé con paciencia durante varios minutos hasta que
el aire comenzó a cambiar. Allí fue que advertí que en una pared de piedra se
abría una puerta negra de la cual emergió un hombre peinado a la gomina
enfundado en un traje gris que escondía su mirada detrás de un par de anteojos
negros. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #660000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿Lo conozco? –preguntó con tintes agresivos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #660000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–No lo creo. De lo que estoy seguro es que yo a Usted no lo
conozco –mentí. Más de una vez lo había visto en los noticieros atendiendo a
los periodistas desde la sala de prensa de un Ministerio.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #660000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿Va a entrar?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #660000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Todo depende.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #660000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Si quiere entrar le quedan unos segundos nada más.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #660000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿Adónde lleva?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #660000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Pensé que lo sabía.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #660000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Creo saberlo, pero quiero estar seguro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #660000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">El fulano dibujó una sonrisa macabra. –No lo dude, esa es la
puerta del Infierno. Pase, será bienvenido.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; color: #660000; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Tragué saliva y di un paso atrás. Las luces del día
comenzaron a fortalecerse y la puerta comenzó a desdibujarse. No lo pensé, son
cosas que no se piensan. De otro modo, no se hacen. Cerré los ojos, salté hacia
el umbral y la puerta se cerró a mis espaldas. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<h3>
6. ENEMIGO MIO</h3>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Al cerrarse la puerta me encontré rodeado por la más
absoluta oscuridad. A tientas, intenté avanzar, pero la consistencia pegajosa
del aire me impedía moverme con libertad. Tanto esfuerzo me dejó muy pronto
agotado, por lo que me dejé caer al suelo para tratar de recobrar la energía que
parecía que el lugar me arrebataba succionándola por mis poros. En algún punto
creo que me quedé dormido. No puedo asegurarlo, pero cuando abrí los ojos ya
podía distinguir algunas formas entre las sombras. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">En un rincón –si es que en aquel espacio existen los
rincones –, podía ver a un hombre abrazado a un tubo de ginebra. Era una de
esas antiguas botellas cilíndricas con una terminación en forma de cúpula en la
zona del pico y que necesitan de un corcho ancho para ser tapadas. En la mano
tenía una jarra metálica, con mango al costado. Se servía dosis generosas de un
alcohol que parecía no acabarse nunca, de las que daba cuenta ni bien servidas,
y lloraba desconsolado. Pude advertir que no se trataba de un hombre de nuestra
época. Vestía una levita de grueso paño negro y a su lado, junto a sus pies,
yacía un sobrero de copa. Me miró por un instante con ojos vacíos de todo
sentimiento y continuó con su ritual de servir y vaciar la copa. Quién sabe por
qué motivo no atacaba el pico de la botella directamente, capaz que esa espera
era parte de su castigo eterno.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">De pronto, me di cuenta que estaba sentado en una silla de
madera oscura frente a una mesa redonda de tablas mal clavadas. Una mujer
vestida con un delicado y diminuto vestido de terciopelo rojo se acercó con
intenciones de venderme sus servicios. La miré dos veces antes de decirle nada.
Sus piernas eran largas y estaban enfundadas en finas medias de red negras que
se enganchaban en un portaligas de encaje que apenas asomaba por la parte
inferior de la falda. Su cuerpo crecía sobre ellas en la más absoluta armonía
de formas, pero su rostro permanecía oculto bajo un extraño velo que parecía
estar formado por algo similar a una densa neblina invernal. Le hice una seña
para hacerle entender que no tenía interés en lo que tenía para ofrecerme y se
dio vuelta para marcharse. Entonces, pude ver las extrañas espinas que crecían
en su espalda, como si fuera una rosa con espinas y todo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Qué hace aquí –preguntó de pronto una voz poco amable. Del
otro lado de la mesa se había sentado un hombre de traje color canela y
sombrero de paja que me miraba con su único ojo sano. Una horrenda cicatriz
bajaba desde lo alto de su frente atravesando la cuenca vacía de su ojo derecho
para extinguirse a milímetros de la comisura de los labios. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–No lo sé exactamente –comencé a decir –, encontré un ángel
en Buenos Aires, supuse que debería haber un demonio.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Demonios y ángeles hay en todas partes, no hay nada
extraordinario en su hallazgo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–El ángel era mi hermana.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿Busca su antípoda?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Quizá.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿El suyo o el de su hermana?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿El mío?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿Por qué se sorprende? Todo ser tiene su opuesto, su
enemigo, su Némesis.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Nunca pensé en ello.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–A otro con mentiras. ¿Quiere verlo? Vaya hacia allá, hacia
esas cortinas negras. Descórralas y encontrará la verdad.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">La verdad. Que miedo que mete esa palabra. ¿Realmente quiero
saberla? Al menos eso me pregunté en ese instante. Todos en el lugar giraron
sus cabezas hacia mí mientras avanzaba sin prisa hacia el cortinado. La presión
de miles de ojos en mi nuca me hizo temblar. Tomé la cuerda y tiré de ella con
un golpe seco y fuerte, la tela se corrió y un espejo quedó al descubierto. – ¿Qué
es esto?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–En ese espejo verás el rostro de tu peor enemigo –dijo la
voz mientras se alejaba. Me acerqué con cautela y descubrí una superficie opaca
sin lustre ni brillo. Parecía más un trozo de obsidiana poco apto para capturar
reflejos. Sin embargo, al acercarme más pude percibir ciertas imágenes que me
provocaron una gran amargura. Deformado por los años, con las huellas propias
de una vida derrotada por los agobios que provocan las penas mal purgadas, el
rostro de mi enemigo me resultaba demasiado familiar. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">“Mi vida está condenada al fracaso” pensé “si mi peor
enemigo soy yo mismo.” </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Enterré el rostro entre mis manos para que nadie se diera
cuenta de las lágrimas que la revelación me había arrancado. Ahogué los
sollozos, contuve la respiración y deseé morir. Pero es imposible morir en el
infierno. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #20124d; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Entonces, una canción comenzó a escucharse. Venía desde
lejos, y un impulso me llevó a perseguirla. Allí estaba la puerta que antes
había traspasado; allí también estaba el demonio que vigilaba la entrada. No me
impidió la salida, quizá no tenía aún derecho sobre mi alma. Traspasé el umbral
y respiré otra vez. Amanecía en aquél rincón de Buenos Aires y yo tenía la
esperanza de que todo pudiera cambiar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<h3>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">7. NO LLORES, BUENOS AIRES</span></h3>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Caminé por Reconquista hasta Córdoba, subí hasta Florida y
recorrí la peatonal vacía, sumido en mis pensamientos. A cada paso, contaba las
manchas en el suelo, calculaba la distancia entre las baldosas, buscaba códigos
extraños donde no había nada. El viento arremolinaba papeles, levantaba basuras
y sacudía bolsas vacías de celofán. Las nubes se agolpaban y las primeras gotas
se dejaron sentir. Miré el cielo como un acto reflejo y se me cruzó la letra de
una vieja canción de los Everly Brothers que el trío noruego A–ha rescatara
veinte años después. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">“Lloraré bajo la lluvia”. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">No estaba mal la idea.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Me arrojé dentro de la estación Florida del subte B y
recorrí sus pasillos desiertos para llegar hasta el andén. Esperé apoyado
contra una columna a que llegara la formación que me dejaría en Chacarita, con
el deseo de sostener un pucho entre los dedos. Hace años que no fumo, sin
embargo, esa necesidad de sostener el caño, jugar con el filtro, tenerlo
colgado del labio, pitando de a ratos para matar el tiempo, se me hacía urgente.
Ahí me acordé de una vieja película en blanco y negro que había visto muchos
años atrás cuando TELEFE era canal 11 y cuando el cine nacional aún tenía un
espacio en la tele. Recuerdo que el presentador era Gogo Safigueroa, ya
fallecido, y que era una película de los cincuenta. Los automóviles negros,
enormes, un tango y el humo del cigarrillo. Creo que ese era el título del film.
Humo de cigarrillo. Alguna vez la busqué en Google y no la encontré.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">El inconfundible chirrido de los frenos llegó a la estación
antes, incluso, que las luces del vagón que encabezaba la caravana. Se detuvo
suavemente y abrió sus puertas para dejarme entrar. De un rápido vistazo pude
ver a los que serían mis acompañantes durante los siguientes minutos. Un ciruja,
abrazado al cartón de vino barato; un par de laburantes, aún con sus uniformes
de vigilador puesto, que habían recibido su relevo; una dama de la noche con
ojeras inmensas y un pibe escapado de otra película. Me senté en diagonal a la
mujer, tratando de no mirarla. Se notaba que el cansancio que cargaba no era de
una noche sino de toda una vida. No tendría más de treinta y, no obstante,
parecía que su reloj adelantaba unos veinte años. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">En cada una de sus detenciones las puertas se abrían para
dar la posibilidad a los pasajeros de subir o bajar del vagón, pero la mayor
parte de estas chances eran totalmente desaprovechadas. La mujer se bajó en
Malabia y en Dorrego me levanté para quitarle un peso a mis piernas. El ciruja
roncaba, el pibe jugaba con su celular, los vigiladores conversaban en
silencio. Éstos últimos bajaron conmigo en Lacroze y caminaron en dirección a
la estación de tren para continuar el largo viaje que terminaría en sus camas.
Yo salí a mojarme en la lluvia que caía con ganas. Hacía un frío terrible, pero
mi gabán era impermeable, así que avancé hacia los arcos de piedra que marcaban
la entrada al cementerio con valor. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">El Cementerio de la Chacarita es una necrópolis gigantesca
donde miles y miles de porteños se encuentran disfrutando de su último
descanso. Hileras interminables de cruces, monumentos funerarios, bóvedas
familiares y los nichos, aquellas monumentales cajoneras subterráneas que
organizan en prolijas filas y columnas el pequeño espacio de adoración que les
queda a los vivos para visitar la memoria de los suyos. En una ocasión, cuando
la abuela de una ex novia falleció, mi ex me dijo que quería ser cremada y que
sus cenizas fueran esparcidas al viento en algún lugar alto.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Así –dijo con una falsa melancolía en su voz –, quién
quiera estar cerca de mi recuerdo, sólo deberá ponerse de cara al viento –. Sus
palabras no me llegaron entonces, pero allí, mientras caminaba bajo la lluvia
por el sembradío de cruces, habían adquirido sentido. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Tardé cerca de una hora en encontrar la tumba de mi madre.
Hacía mucho que no la visitaba y en un paisaje tan parejo es difícil mantener
puntos de referencia. Me senté junto a la cruz y acaricié el retrato gastado
que la identificaba. Le hablé durante una hora y media, contándole las cosas
que hubiera querido contarle de no haberse ido, preguntándole las cosas que
hubiera querido preguntarle si aún estuviera conmigo. Entonces estuve listo
para matar a esa bestia interior que durante tanto tiempo se alimentó de mi
alma. Lloré mucho, por qué negarlo. Lloré más de lo que se puede llorar en toda
una vida. Y después me quedé en silencio junto a ella. Entonces noté que el
suelo se ponía blanco. Levanté la cabeza para ver que la lluvia se había
endurecido y que los copos de nieve llenaban el aire. Sin darme cuenta, empecé
a sonreír. Me levanté del suelo y me limpié la cara con un pañuelo. Entonces
escuché a alguien suspirarme al oído. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Todo va a estar bien –decía mientras una mano cálida recorría
mi rostro. Era ella, que había regresado para despedirse. Sus alas enormes
estaban abiertas y se agitaban lentamente para mantenerla flotando.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Claribel... –dije lleno de incredulidad.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿Todavía pensás que no existí?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">– ¿Cómo está mamá?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">–Feliz. ¿Y vos?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Lo pensé un segundo. –Creo que también –respondí, y ella me
regaló una última mirada antes de desvanecerse entre un manto de niebla. En el
suelo encontré un copo de nieve que se había petrificado para siempre. Cada vez
que lo veo me encuentro con esa sonrisa otra vez. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">No sé como terminar esta historia. No quiero caer en los
lugares comunes, como decir que me fui caminado entre la nieve con una melodía
entre los labios. Lo cierto es que en las calles de Buenos Aires encontré los
pedazos de una foto rota que el viento había dispersado. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">No llores, Buenos Aires, que nosotros lloraremos por vos. </span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #0b5394; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Qué mierda. Mejor me quedo callado.</span></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-61587788629031560592013-04-03T19:02:00.003-07:002013-04-03T19:02:28.798-07:00BUSCANDO EL FANTASMA DE UN AMOR<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #990000; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Ya les he hablado antes de La Pandilla de la Calle Perdida. Fue mi primera novela y siempre me pareció que le faltaba algo. Ese algo es lo que estoy buscando ahora.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #990000; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #990000; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Buscando el Fantasma de un Amor es una nueva aventura que he decidido encarar en Facebook. He abierto una nueva página en la cual Matías Rabledo va a seguir contándonos su historia. La pasada, la presente y, quién sabe, la futura. Esto puede ser una novela de doscientas páginas o un culebrón al estilo de Days of our Lives, la novela norteamericana que arrancó en 1965 y que a la fecha sigue al aire con más de 12.000 capítulos emitidos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #990000; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #990000; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Los espero en mi nueva página de facebook <a href="https://www.facebook.com/elfantasmadeunamor">https://www.facebook.com/elfantasmadeunamor</a> para seguir las alternativas de esta nueva historia que, espero, despierte emociones variopintas entre sus lectores.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #990000; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #990000; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Desde Buenos Aires, los abrazo.</span></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-24368879720282608292013-03-31T19:51:00.006-07:002013-03-31T19:51:57.450-07:00CUANDO LA ESTUPIDEZ RIGE SOBRE LA RAZÓN<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-size: large;"><span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando la estupidez rige sobre la razón, cosas malas ocurren.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">En 1914 un extremista disparó sobre un príncipe austriaco, dándole muerte. Como consecuencia de ello, durante los siguientes cuatro años 23 naciones se vieron envueltas en un conflicto que dejó como saldo diez millones de muertos, veinte de heridos y otros ocho millones de personas desaparecidas. Todo porque un revolucionario Serbio le pegó tres tiros a quién, supuestamente, lo oprimía.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">En 1933 los alemanes eligieron al hombre que les prometía una Alemania nueva. Y se las dio. Sacó al país de la peor crisis económica que jamás hubiera sufrido. Les devolvió el orgullo. Y para asegurarse de que el orgullo no decayera, comenzó a eliminar indeseables. Enfermos mentales, negros, judíos, gitanos y todo aquél que podía ser señalado como amenaza. Los comunistas, entre ellos. Un día decidió que las fronteras limitaban a Alemania como Nación. Y una nación orgullosa no puede ser contenida. Entonces avanzaron sobre los territorios perdidos en el Rhur, sobre Austria y sobre Checoslovaquia. Y en 1939, quiso unir a Prusia Oriental con el resto de su país, y para eso conquistó Polonia. Inglaterra y Francia le declararon la guerra. Francia fue ocupada en 1940, junto con Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Dinamarca, y sobre Inglaterra comenzó una lluvia de bombas. En 1941 decidió avanzar sobre Rusia. En el camino, había tomado los Balcanes, Noruega y Grecia. Sus soldados luchaban en África del Norte y se alistaban a tomar Egipto. Y como si fuera poco, antes de que terminara 1941, también entraron en guerra con los EEUU.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Cuatro países decidieron enfrentar al mundo entero. Al cabo de seis años, esas cuatro naciones estaban en ruinas, junto con la mitad del mundo. Sesenta millones de muertos, millones de heridos, millones de personas sin hogar. Hambre, miseria. Ese fue el resultado de la guerra.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">No hay conflicto en la historia humana que pueda compararse con la Segunda Guerra Mundial. Se decía que después de la Gran Guerra, conocida hoy como la Primera Guerra Mundial, el hombre habría aprendido. Pero no lo hizo. Veinte años después de la paz de Versalles, el mundo comenzaba a matarse mutuamente de nuevo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">En 1950 Corea conoció su peor guerra. Tres millones de coreanos murieron o desaparecieron en el conflicto. A razón de un millón por año de conflicto. En aquella época, el General a cargo de las fuerzas aliadas a Corea del Sur, Douglas MacArthur, quería usar la bomba atómica sobre China para obligarlos a rendirse. Pero parecía que Rusia ya tenía su propia Bomba y no querían arriesgarse a la represalia soviética.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">En los periódicos de estas fechas se leen noticias sobre una Corea del Norte en pie de guerra. ¿Qué quiere decir esto? Probablemente una bravuconada destinada a hacer más ruido que otra cosa. Lo cierto es que los líderes del mundo en más de una ocasión han demostrado que en momentos de crisis la estupidez los domina. O la hijoputez. Sea como sea, los que siempre salen perdiendo son otros. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Desde Buenos Aires, con un deseo de paz en el corazón, los abrazo.</span></div>
<div>
<br /></div>
<div>
<br /></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-44264333082707750352013-02-09T08:29:00.003-08:002013-02-09T08:29:36.924-08:00TAMBIÉN LOS TERRORISTAS TIENEN MADRE<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Al estudiar un poco la historia de algunos países africanos, es muy difícil no sentirse abrumado. Muchos años atrás leí un libro que no pude dejar de comprar cuando lo vi en el anaquel de una librería de la Avenida Corrientes, en mi Buenos Aires natal. El título era shockeante y cierto. "También los terroristas tienen una madre".</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Recuerdo una mañana de 1985 en la que me levanté y leí el diario. En aquella época estaba transitando mi tercer año del secundario y me había puesto como meta aprender todo lo que pudiera de actualidad internacional. Conflicto de Medio Oriente, guerras en África, Afganistán, Camboya o Centroamérica. No importaba dónde fuera, lo importante era mantenerme informado sobre lo que sucedía y, si era posible, aprender.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Volviendo a esa mañana de 1985 que, incidentalmente coincidía con mi cumpleaños número 16, leí a noticia de dos ataques simultáneos en Roma y Viena contra las oficinas de la línea aérea El Al. El resultado, 16 muertos. Uno por cada año que había vivido. Menudo regalito me han hecho estos hijos de puta, pensé en ese momento. Cerré el diario y me fui al jardín a ver si el sol aún brillaba.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Aún brilla, pese a los años que han pasado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">La cuestión es que en el momento que vi ese libro sentí algo raro. Recordé la noticia de los 16 muertos en esos aeropuertos, noticia que en mi cabeza se había convertido en una película. Podía ver a esos palestinos sacar granadas de mano de un bolso y arrojarlas dentro de las oficinas de la empresa aérea israelí. Podía imaginar las explosiones, los vidrios volando, las esquirlas desgarrando la carne de los presentes en el lugar, los ojos vacíos de los muertos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">No sé si han observado los ojos de un muerto alguna vez. Es la confirmación de que el alma existe.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Al ver ese título pensé, que duro, esos hijos de puta fueron paridos por una madre. Compré el libro, que no es muy largo, y lo leí en una tarde. Lo leí tres veces más en pocos días. El autor, Patrick Meney, entrevistó a un terrorista durante un período indeterminado en Paris y este le contó su vida. Una vida que yo no hubiera deseado tener.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Marwan nació en Beitrut y era musulmán Su mejor amigo, en cambio, era cristiano. Ni para él ni para su amigo ello representaba un problema. Iban a la misma escuela, vivían en el mismo barrio, hasta en la misma calle.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Entonces, un día, los refugiados palestinos comenzaron a llegar. Muy pronto comenzaron a haber problemas. La familia de su amigo tuvo que mudarse a otro barrio, a un barrio lejano, al otro lado de la ciudad. A un barrio cristiano.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">No pasó mucho antes de que los problemas comenzaran. Era 1975. Algunos refugiados palestinos fueron asesinados. Los dirigentes musulmanes reaccionaron y, pronto, la ciudad estuvo dividida en dos. Marwan era invitado a charlas todos los días por parte de los dirigentes de su barrio. Incluso se dieron un fusil AK47, el que ocultó debajo del sofá de su casa. Hasta que un día, observó como les disparaban a unas mujeres que estaban haciendo fila en la calle para comprar el pan. Esas mujeres eran madres y abuelas de amigos suyos, eran sus vecinos, eran personas que conocía. Entonces, sacó el AK47, subió a un camión y dejó la escuela en la que aprendió a leer, sumar y restar para ir a otra escuela, una en la que le enseñarían a matar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">"Matar es fácil" dijo al llegar al campo de entrenamiento ", sólo hay que apretar el gatillo y el otro muere". Años más tarde, en 1986, después de trabajar seis años como francotirador de la "línea verde", aquella línea que dividía en dos la ciudad de Beirut llamada así porque lo único con vida en esa franja eran plantas, le dijo a Patrick Meney en Paris: "Yo no hice nada malo". Porque para él, matar no era algo malo. Era algo natural.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Marwan tenía quince años al comenzar el conflicto. En África, existen divisiones de "niños soldados", pequeños con uniforme que portan fusiles tan grandes como ellos mismos. O sin uniforme, vestidos con una camiseta vieja, pantalones cortos y, quizá, unas zapatillas viejas. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">En el norte de Uganda y el sur de Sudan el LRA (sigla en inglés que corresponde al Ejército de Resistencia del Señor) dirigido por el mesiánico Joseph Kony ha secuestrado, mutilado, violado y sacrificado en rituales religiosos a más de 40.000 niños. No se ha escuchado a Obama, a Bush ni a ninguno de sus predecesores desde 1987 a la fecha hablar de planes militares para detener a Kony y sus fanáticos. Porque en Uganda y Sudan no abunda el petróleo. Ni los diamantes. Sólo abunda la miseria. Y no hay interés en gastar dólares en donde hay miseria.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Ayer me sentí abrumado por una serie de hechos que llegaron juntos a mi vida. A la noche, vi una película sobre un hombre llamado Sam Childers, "Machine Gun Preacher", el predicador ametralladora. Childers es un traficante de drogas que en 1992 se convirtió al cristianismo en los EEUU y decidió, como forma de redimir los pecados de su pasado, fundar un orfanato en Sudan. Allí descubre lo que el LRA le hacía a los niños y toma las armas en contra de los rebeldes en una cruzada por rescatar a la mayor cantidad de niños posible.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">En un momento de la película, se encuentran con un grupo de 40 niños que estaban siendo arriados por miembros del LRA. Después de un breve encuentro armado, suben a la mitad de los niños al vehículo en el que viajaban y les dicen a los otros que se escondan hasta que regresen por ellos. Al regresar, los encuentra a todos muertos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Childers regresa a los EEUU y habla con un empresario del rubro automotor para pedirle 5000 dólares para comprar un segundo vehículo. El hombre lo invita a una fiesta en su casa. Muchos invitados, mucho lujo, comida como para alimentar a los huérfanos de Sudán durante seis meses. En un momento, el anfitrión llama a Childers a un costado y le entrega un cheque por 150 dólares.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Luchar por causas perdidas es difícil. No sé que es lo que hace del dinero algo tan venenoso. Como puede ser que valoremos más una piedra como un diamante que las miles de vidas que las guerras de los diamantes de sangre de Sierra Leona han ocasionado. O los millones muertos en Irak por el petróleo. El petróleo no se come, no se puede beber, pero, por algún motivo, un barril de petróleo es más valioso que un quintal de trigo. Por alguna razón, un kilo de oro vale mucho más que una tonelada de pan.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Cuando uno se siente abrumado por los grandes problemas de su vida, es bueno poder ver que lo grande es en realidad pequeño. Que somos polvo en un universo infinito y que, de alguna manera, las cosas siempre se resolveran. Esperemos que para bien.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Si son creyentes, les pido que recen por los que sufren. Si no lo son, hagan lo que su conciencia les dicte. Yo espero que algún día lo peor del género humano sea vencido por lo mejor. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Desde Buenos Aires, los abrazo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-89180149906843033002013-02-06T14:32:00.000-08:002013-02-06T14:32:28.470-08:00DE COMO LA MISERIA ENALTECE AL HOMBRE<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Jean Valjean es el protagonista de una de las novelas más importantes de la literatura francesa. Fue escrita por Victor Hugo en 1862 mientras se encontraba en el exilio en la isla de Guernsey al no haber aceptado regresar a su país luego del que el emperador Napoleón III diera amnistía a los exiliados políticos. "Aunque quede uno sólo, ese seré yo" dijo en su oportunidad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Jean Valjean sufre un injusto castigo. Comete lo que se llama en derecho un hurto famélico, roba una hogaza de pan para su sobrina que se moría de hambre. En el derecho penal moderno,el delito de Valjean no hubiera merecido condena, pero Valjean no vivía en estos tiempos modernos. Por su crimen, recibió una condena de cinco años de prisión, la que se amplió a diecinueve por un intento de fuga.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Al comenzar el libro, Valjean es liberado, pero no será una libertad verdadera, ya que cargará con el estigma de haber sido un reo. Gozará de una libertad condicional perpetua que lo condenará a no tener trabajo, hogar ni medio alguno para ganarse su sustento de forma honesta. esto significa el rechazo perpetuo por parte de la sociedad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Así llega Valjean a las puertas del Obispo de Digne, la única persona que le abre las puertas y le ofrece una cama donde descansar y un plato de comida caliente. Sin pensar en lo que hace, esa noche le roba al Obispo unos objetos de plata y se da a la fuga. Al poco es capturado y llevado a la presencia del Obispo, quién confirma la versión de Valjean, los objetos han sido un regalo, y agrega a los mismos dos candelabros de mucho valor, haciéndole prometer que usará los objetos para convertirse en una persona de bien.e</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Valjean no tendrá su Epifanía de inmediato, pero luego de robar 40 sueldos a un samoano se arrepiente y jura cumplir su promesa al Obispo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">La historia de Valjean es una auténtica tragedia de proporciones épicas. Ha sido llevada al teatro y al cine, y, más recientemente, el musical inspirado en la obra de Víctor Hugo ha sido llevado a la gran pantalla con una producción impecable y con actuaciones impecables de Hugh Jackmann, Anne Hathaway –una Fatine extraordinaria –Russell Crowe como el rígido Javert y Amanda Seigfried. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Los Miserables retrata la realidad de una época en la que la injusticia y la miseria eran parte de la vida de una vasta mayoría. Condiciones de trabajo deplorables, total desprecio por los derechos humanos, la resignación de saber que la miseria que los acompañó en su nacimiento los acompañaría hasta la tumba.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Leer Los Miserables es algo necesario. Ver la versión musical cinematográfica, también.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: purple; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Desde Buenos Aires, los abrazo.</span></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-30055561601314325632013-01-25T06:35:00.001-08:002013-01-25T06:35:17.631-08:00ANTICIPO DE "LA TRAMPA DEL DIABLO"<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Aquí les presento un anticipo de mi novela "LA TRAMPA DEL DIABLO" que ha sido finalista del LX Premio Planeta y del V Premio Iberoamericano Planeta - Casa de América de Narrativa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
"<span style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 3cm;"><span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Alguien podría decir que
el mundo había enloquecido. Por qué no. A fin de cuentas, nos resulta incomprensible,
cuando leemos las noticias en el diario, que un joven haya matado a un hombre
de cuarenta y cinco años frente a su hijo de quince años. Epítetos de todo tipo
se hacen presentes en nuestra mente al pensar en aquél hecho aberrante. Sin
embargo, cuando escuchamos las noticias de la guerra, no reaccionamos de igual
manera. Cuando hablan del odontólogo, del carnicero, del obrero, de la maestra
o de cualquier persona que camina las mismas calles que nosotros, nos aferramos
a la pantalla del televisor para saber el qué, el cómo, el cuándo y el dónde de
lo sucedido. No nos preocupa demasiado el por qué. No nos preocupa en absoluto.
Porque lo que realmente nos preocupa es esa identificación que hacemos entre
esa celebridad momentánea que fue objeto de robo, hurto, violación, homicidio,
lesiones. Porque, en algún fuero interno, pensamos que ese tipo de fama puede
tocar a nuestra puerta en cualquier momento.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 3.0cm;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">La guerra nos aterra, por
eso la ignoramos. Es algo que les pasa a otros, otros que viven a miles de kilómetros
de distancia, que tienen una cultura, religión e historia diferente a la
nuestra. Aunque sea la misma. Es algo remoto, que se parece más a una película
a estrenar en el complejo cinematográfico de tu elección que a la realidad que
te abofetea cada mañana. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 3.0cm;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">La guerra, así,
transformada en un show televisivo que busca captar audiencia con contenidos
entretenidos, puede ser eterna. Alejandro Regio lo sabía. Recordaba cuando, recién
graduado de la carrera de periodismo, había acompañado al frente al célebre
corresponsal Lautaro Fosca. Lo habían contratado para trabajar como asistente
del camarógrafo de Fosca, tarea para la cual sólo un loco –o un suicida –se
habría ofrecido. O un periodista de
raza. Alejandro lo era, y consideraba que esa experiencia que le había servido
para cimentar lo poco que había aprendido en la facultad.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 3.0cm;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Para Alejandro la guerra
había sido una experiencia edificante. Había acompañado a los soldados al
frente, los había visto luchar, los había visto matar, los había visto morir. Hasta
asquearse. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 3.0cm;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Dos años había estado en
el frente antes de decidir dejar su empleo. Demasiada miseria, una miseria que
lo definiría, porque había visto entre los pobladores de aquella región
olvidada de Dios una fe y una esperanza que en su ciudad natal nunca había
experimentado. No tenían nada y, por ello, nada les preocupaba, nada les
provocaba temor, ni siquiera la muerte. ¿Podía ser peor la muerte que aquella
miseria? <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 3.0cm;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">La guerra continuaba.
Quizá continuaría para siempre. Porque en el fondo, la guerra no es más que un
crimen y, a lo largo de toda su historia, los hombres han aprendido a convivir
con el crimen. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 3.0cm;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Alejandro caminaba bajo
la lluvia pensando en los cuadros que había visto en la galería y en los que
había visto durante sus años cubriendo la guerra. No había mucha diferencia
entre ellos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 3.0cm;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Así, Alejandro llegó a la
pensión empapado hasta los huesos. La lluvia, que apenas era una insinuación
cuando llegó a la puerta de la galería, había tendido una serie interminable de
espesas cortinas de agua que encontraban su paso en cualquier hueco que se
presentara. No caminó dos calles antes de quedar mojados hasta los calzones.
Poco hubiera importado que sus suelas hubieran estado en el mismo estado que
estuvieron el día que salió con su calzado de la zapatería, ya que ni el botín
más impermeable puede mantenerse seco cuando se camina con el agua por los
tobillos.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 3.0cm;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Ya en su cuarto, se quitó
una a una las prendas que lo cubrían procurando escurrirlas un poco sobre una
palangana antes de colgarlas donde encontrara lugar para hacerlo. Una vez
desnudo, se cubrió con una manta y se sentó sobre la fría cama para tratar de
entrar en calor. Las manos y los pies le dolían y no podía lograr que sus
músculos dejaran de temblar. Entonces, sin preocuparse demasiado por su apariencia,
dejó la manta sobre la cama, tomó una toalla y corrió al baño del final del
pasillo para darse una ducha caliente. En el camino se cruzó con Penélope
Saravia, una mujer de treinta y tantos que se ganaba la vida como podía
vendiéndole su cuerpo y sus favores al que tuviera el dinero para pagarlo. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 3.0cm;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">–Si se te mete más
adentro, no creo que vuelva a salir.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 3.0cm;">
<span lang="ES-TRAD"><span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">A Alejandro no le resultó
gracioso el comentario, menos aún con el dolor que sentía al tener los
genitales tan comprimidos por el frío. Llegó a la puerta del baño que Penélope
acababa de abandonar y, de inmediato, se metió bajo el chorro de agua caliente
para darle un poco de temperatura a su cuerpo.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-layout-grid-align: none; mso-pagination: none; text-align: justify; text-autospace: none; text-indent: 3.0cm;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Penélope se quedó mirando el culo de Alejandro
mientras este corría hacia el baño recordaba otros tiempos en los cuales ese
cuerpo escuálido no pasaba hambre, en la que sus carnes eran fuertes y
abundantes, en los que había sido un hombre muy interesante. No sólo por lo
físico. Ese pensamiento se esfumó ni bien la puerta quedó cerrada y el pasillo
vacío. Era tarde, llovía y tenía que ir a trabajar. </span><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">"</span></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-23687153943275833872013-01-19T11:18:00.001-08:002013-01-19T11:19:57.317-08:00SOBRE CARDENALES Y MOSQUETEROS.<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Armand Jean du Plessis nació en Paris en 1585. Era el tercer hijo varón de Françoise du Plessis, duque de Richelieu, hombre al que apenas conoció, ya que este falleció cuando el joven Armand Jean tenía cinco años, dejando a la familia en una delicada situación económica.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Al cumplir nueve años, Armand Jean fue enviado al Colegio de Navarra y, más tarde, a la Academia Pluvinel para seguir la carrera militar. Pero qué pasó. Su familia tenía el derecho al puesto de Obispo de Luçon, el que ocupaba su tío abuelo. Como era costumbre en la época, el primer hijo varón heredaba el título, el segundo iba a la Iglesia y los demás al ejército, a ganarse los honores a punta de espada. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Pero Alfonso, hermano de Armand Jean, no quiso saber nada con ser obispo y se internó en un convento de monjes cartujos, lo que dejó la vacante disponible para que el tercer hermano entre al clero y ocupe la posición. Armand Jean, en realidad, estaba feliz con ponerse el traje de soldado, pero había tenido serios problemas de salud, por lo que le dio la bienvenida al cambio de rubro que se presentaba.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">En 1606, a la edad de 21 años, Enrique IV de Francia nombro a Armand Jean Obispo de Luçon, Como era demasiado joven para el cargo, tuvo que viajar a Roma para obtener una dispensa, la que consiguió al año siguiente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Armand Jean era un hombre de muchos talentos. Tantos que logró en apenas 15 años convertirse en Cardenal, título por el cual pasaría a la historia como uno de los hombres fundamentales de Francia y, a la vez, gracias a la pluma de Alejandro Dumas, como uno de sus peores villanos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">El Cardenal Richelieu fue el arquitecto del Estado Francés. Antes de él, el país era un conjunto de feudos con señores poderosos sin una idea de país. El Rey no era el centro del poder. Pero todo cambiaría gracias a Jean Armand.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><img alt="Cardinal Richelieu (Champaigne).jpg" src="http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/1/1a/Cardinal_Richelieu_%28Champaigne%29.jpg/220px-Cardinal_Richelieu_%28Champaigne%29.jpg" /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">En 1624 se convirtió en Primer Ministro del Rey Luis XIII y centró su política en dos metas. La primera, consolidar el poder central del Rey, la segunda, neutralizar el poder de los Habsburgo, reyes de España y de Alemania. Además, acercó a Francia con Inglaterra, casando a la hermana del Rey con el futuro Carlos I de Inglaterra.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Como parte de su política para minar el poder de los nobles, eliminó en 1626 el título de Condestable de Francia y ordenó la destrucción de todas las fortalezas interiores, lo que implicó un menoscabo en el poder militar de los señores feudales al quitarles la posibilidad de fortificarse en sus tierras en caso de rebelión. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">En cuanto a sus enemigos, los Habsburgo, el Cardenal financió a los rebeldes protestantes en Alemania y convenció -y financió -a Suecia para que interviniera en la guerra contra el rey alemán.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large; line-height: 19.1875px;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;">Richelieu no sobrevivió para ver el final de la </span>Guerra de los Treinta Años<span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;"> </span><span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;">que, sin embargo, terminó con la decadencia del</span><span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;"> </span>Sacro Imperio<span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;"> </span><span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;">y el ascenso de Francia.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large; line-height: 19.1875px;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;">Los éxitos del Cardenal fueron muy importantes para el sucesor de Luis XIII,</span><span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;"> </span>Luis XIV<span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;">. Éste continuó la obra de Richelieu, creando una</span><span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;"> </span>monarquía absoluta<span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;">, promulgando leyes en contra de la antaño poderosa aristocracia y eliminando todo rastro del poder</span><span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;"> </span>hugonote<span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;"> </span><span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;">con el</span><span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;"> </span>Edicto de Fontainebleau<span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;">. Luis XIV llevaría a cabo una exitosa política exterior gracias a su victoria en la Guerra de los Treinta Años, que estableció la hegemonía francesa. Dicha hegemonía perduraría hasta el fin del</span><span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;"> </span>siglo XVII<span style="background-color: white; line-height: 19.1875px;">.</span></span></div>
<br />
<div style="background-color: white; line-height: 19.1875px; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 19.1875px; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Alejandro Dumas nació en 1802 y escribió la novela "Los Tres Mosqueteros" entre marzo y julio de 1844, novela publicada en forma de folletín por el periódico "Le Siecle" Ella cuenta la historia del joven gascón llamado D'artagnan que llega a Paris para convertirse en mosquetero del Rey. </span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 19.1875px; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 19.1875px; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Quizá no todos hayan leído el libro, pero sí es posible que muchos hayan visto alguna de las 46 películas que se han filmado en base al mismo. D'artagnan ha sido interpretado por actores como Douglas Fairbanks (en 1921 por "Los tres mosqueteros" y en 1929 por "El hombre de la máscara de hierro"), Michael York (cuatro veces, 1973, 1974, 1989 y 2003), David Hasselhof (si, el del auto fantástico y baywatch, en 1992), Phillipe Noiret (1994) y, más recientemente, Logan Lerman (2011) en una de las peores versiones jamás hechas de la historia, si no contamos la de Chris O'Donnel (el batichico de Clooney) en 1993.</span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 19.1875px; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 19.1875px; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Dumas, quizá influenciado por el pensamiento de la época, retrató a Richelieu como un hombre calculador, mezquino, codicioso y hambriento de poder. No tiene ni una sola cualidad. Quizá esto hizo que, un año más tarde, Dumas pusiera en los labios de Athos, en la novela "Veinte Años Después", palabras que parecen imposibles en "Los Tres Mosqueteros".</span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 19.1875px; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 19.1875px; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">"<span style="background-color: #f9f9f9; line-height: 17.265625px;">Esta frágil sepultura fue la de un hombre débil y sin grandeza, cuyo reinado fue abundante, sin embargo, en acontecimientos de inmensa trascendencia, porque sobre ese rey velaba el espíritu de otro hombre, así como esa lámpara vela sobre el féretro y lo ilumina. Este hombre era el verdadero rey, Raúl; el otro era sólo un fantasma a quien prestaba su alma. Y tanto poder tiene la majestad monárquica entre nosotros, que ni siquiera se ha concedido al que gobernó realmente, una tumba a los pies de aquél por cuya gloria sacrificó su vida; porque ese hombre, Raúl, tenedlo presente, hizo pequeño al rey, engrandeció la soberanía, y en el palacio del Louvre hay dos cosas distintas: el rey, que es mortal, y la soberanía, que es inmortal. Ya pasó aquel reinado, Raúl; ya bajó al sepulcro ese ministro tan temido, tan obedecido de su amo, al cual arrastró en pos de sí, sin dejarle vivir solo, temiendo, seguramente, que destruyese su obra, porque un rey no edifica más que cuando le anima Dios o el espíritu de Dios. Entonces, no obstante, consideraron todos la hora de la muerte del cardenal como la de la libertad, y yo mismo (tan errados son los juicios de los contemporáneos) he desaprobado a veces los actos de ese gran hombre que tenía en sus manos el destino de Francia, y que abriéndolas o cerrándolas podía ahogarla o dejarla respirar a su albedrío".</span> </span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 19.1875px; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span style="line-height: 19.1875px;">Dumas necesitó un villano y convirtió a un gran hombre de Francia en el más grande de sus villanos. Es triste decir que su tumba no puede ser honrada, como lo hizo Athos en "Veinte años después". En 1793 esta fue profanada, su cuerpo degollado, su cabeza separada de su cuerpo, que terminó enterado en una fosa común en el sótano de la Sorbona. Su cabeza fue rescatada por un comerciante parisino de nombre Cheval que la conservó como trofeo. En 1866 se uniría al resto del cuerpo en una ceremonia fúnebre. </span></span></div>
<div style="background-color: white; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span style="line-height: 19.1875px;"><br /></span></span></div>
<div style="background-color: white; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span style="line-height: 19.1875px;">Pero no todo es desprecio para el pobre Armand Jean. Hoy, Francia le reconoce mucho a Richelieu. Existe una clase de naves de guerra que lleva su nombre, así como también una sala del museo del Louvre. </span></span></div>
<div style="background-color: white; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span style="line-height: 19.1875px;"><br /></span></span></div>
<div style="background-color: white; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span style="line-height: 19.1875px;">Por sus obras o por su ficticia relación con tres mosqueteros y un joven de Gasconia, el nombre de Richelieu será por siempre inmortal.</span></span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 19.1875px; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 19.1875px; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 19.1875px; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; line-height: 19.1875px; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; font-family: sans-serif; font-size: 13px; line-height: 19.1875px; margin-bottom: 0.5em; margin-top: 0.4em; text-align: justify;">
<br /></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-84232282958887264162013-01-04T19:31:00.004-08:002013-01-04T19:31:44.483-08:00LA GRAN NOVELA ARGENTINA<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">En más de una ocasión he escuchado historias de Hollywood que hablan del periodista que abandona su empleo para tomarse un año sabático y escribir la "gran novela americana". Es una costumbre que tienen los gringos del norte, considerar que ellos son americanos. Lo son, no lo niego, pero también lo somos los que vivimos en América del Sur, en el Caribe, en Centroamérica, en México y en Canadá. Todos los que vivimos en América, desde el punto más austral al punto más septentrional, somos americanos. Pero los muchachos del norte, en su forma coloquial, consideran que su nacionalidad es la de americanos, no la de estadounidense, como sería más apropiados llamarlos. O no, porque México se llama oficialmente Estados Unidos de México y a los habitantes de aquél país los llamamos mexicanos, ¿por qué no llamar entonces americanos a los habitantes de los Estados Unidos de América? Quizá sea porque los demás países americanos sentimos que ellos nos están robando algo, empezando por la pertenencia a un continente vasto y maravilloso del cual ellos ocupan el 22,90% de su superficie. Ni siquiera son el país más grande, ya que Canadá le gana por unos 160.000 km2.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Ya me estoy yendo por las ramas. La cuestión es que ellos hablan de la gran novela americana. No se trata de una novela en particular sino de una historia que por su tema y forma de ser escrita capturan el espíritu de su época.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Grandes novelas americanas han sido "Moby Dick", "Las Aventuras de Huckleberry Finn", "El Gran Gatsby", "Lolita", "Matar al Ruiseñor" y aquél libro que fue el que, supuestamente, le dijo a Mark Chapman que mate a Lennon, "El Guardián en el Centeno", también conocida como "El Cazador Oculto". </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Mellville, Twain, Fitzgerald, Sallinger, Faulkner, Dos Pasos, son algunos de los autores que se consagraron como creadores de una gran novela americana.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Carlos Fuentes, ese genio mexicano fallecido no hace mucho, escribió "La Gran Novela Latinoamericana". Se trata de un ensayo sobre la evolución de la novela en latinoamérica. Sin haberlo leído, me creo en condiciones de afirmar que algunos de los que pueden llevarse el título de autores de la gran novela latinoamericana son García Márquez con "Cien Años de Soledad", Cortazar con "Rayuela" o Sábato con "Sobre Héroes y Tumbas". </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Cuando empecé a escribir "La Pandilla de la Calle Perdida" supe que iba a escribir una pequeña gran novela argentina. Y creo que lo logré. Tanto es así, que muchos de mis lectores, ya lo he dicho antes, consideran que se trata de una historia autobiográfica. No lo es. Es la biografía de un anónimo en una época reciente de nuestro país.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Pero no me satisfizo. Sólito fue, entonces, que decidiera escribir una gran novela argentina. Una que abarcara nuestros orígenes y nuestra proyección al futuro. Así nació una historia que comienza en 1806, poco antes de la llegada de contingente inglés que, al mando del general Beresford, conquistaría Buenos Aires durante varios meses.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Esta es una historia que avanza por varios carriles. Uno nos lleva a la Buenos Aires Colonial, con sus costumbres y con los entretelones de una revolución que empieza como una idea que, pronto, inflamará a todo un continente. Otros carriles nos lleva por España, el Paraguay, Uruguay, Chile, el Perú, Brasil y todo el interior de la Argentina. Los personajes son héroes anónimos que secundan a aquellos que terminarán en los mármoles, en los libros de texto escolar y en los carteles de las calles de toda la Argentina. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">La gran novela argentina está muy lejos de conocer su final. Ya hace tres veranos que trabajo en ella, pero es tan arduo hacerlo que luego, durante el año, no puedo seguir con ella. Es como si el sol del estío me diera los bríos que necesito para seguir con ella.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Quizá me lleve una década lograrlo. Quizá más. Es probable que se edite de manera póstuma. No lo sé. Sólo espero poder algún día terminarla. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Abajo, va un fragmento del borrador que apenas tiene 230 folios entre 1806 y 1815. Todavía me faltan unos 45 años de historia argentina para llegar al final. Es cortito, espero que lo disfruten.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: red; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Desde Buenos Aires, los abrazo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-size: large;">"<i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">Lo
que sigui</span><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">ó</span><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
al dos de mayo fue una verdadera masacre. Cientos de prisioneros fueron
fusilados sin piedad. Miles de casas de la ciudad, existiera o no razones para
sospechar que sus propietarios hab</span><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">í</span><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">an tomado parte en el
alzamiento, fueron saqueadas por las tropas francesas que tuvieron franquicia
para matar, violar, robar o destruir lo que quisieran. El terror se adue</span><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">ñó</span><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
de Madrid aquella noche.</span></span></i></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-outline-level: 1; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<i><span style="color: #274e13; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span lang="ES-TRAD">Miguel
se qued</span><span lang="ES-TRAD">ó</span><span lang="ES-TRAD">
tres noches en la casa de Armando Torres Villanueva, hijo ileg</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">timo
del Duque de Sergobe. Desde los altos de la casa pudieron contemplar los
fuegos, pudieron escuchar los disparos de los pelotones de fusilamiento,
pudieron o</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">r
el llanto de los ni</span><span lang="ES-TRAD">ñ</span><span lang="ES-TRAD">os
y de las viudas.</span><span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-outline-level: 1; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<i><span style="color: #274e13; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span lang="ES-TRAD">–</span><span lang="ES-TRAD">Hijos
de puta </span><span lang="ES-TRAD">–</span><span lang="ES-TRAD">fue
todo lo que pudo decir Miguel.</span><span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-outline-level: 1; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<i><span style="color: #274e13; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span lang="ES-TRAD">–</span><span lang="ES-TRAD">No
podr</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">a
haberlo dicho mejor </span><span lang="ES-TRAD">–</span><span lang="ES-TRAD">respondi</span><span lang="ES-TRAD">ó</span><span lang="ES-TRAD">
Armando.</span><span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-outline-level: 1; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<i><span style="color: #274e13; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span lang="ES-TRAD">–</span><span lang="ES-TRAD">Y
no hay una mierda que podamos hacer.</span><span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-outline-level: 1; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<i><span style="color: #274e13; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span lang="ES-TRAD">–</span><span lang="ES-TRAD">Nada.
Lamento lo de tus pistolas, pero no pod</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">amos guardarla.</span><span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-outline-level: 1; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<i><span style="color: #274e13; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span lang="ES-TRAD">–</span><span lang="ES-TRAD">Lo
s</span><span lang="ES-TRAD">é</span><span lang="ES-TRAD">.
No quedaba otra que arrojarla al pozo. Es una pena, era un par de pistolas
estupendas. </span><span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-outline-level: 1; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<i><span style="color: #274e13; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span lang="ES-TRAD">–</span><span lang="ES-TRAD">Y
t</span><span lang="ES-TRAD">ú</span><span lang="ES-TRAD">
eres un tirador prodigioso. </span><span lang="ES-TRAD">¿</span><span lang="ES-TRAD">D</span><span lang="ES-TRAD">ó</span><span lang="ES-TRAD">nde
aprendiste a tirar as</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">?</span><span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-outline-level: 1; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<i><span style="color: #274e13; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span lang="ES-TRAD">–</span><span lang="ES-TRAD">En
Buenos Aires, all</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">
caz</span><span lang="ES-TRAD">á</span><span lang="ES-TRAD">bamos
con mi hermano. Y luego cazamos ingleses.</span><span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-outline-level: 1; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<i><span style="color: #274e13; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span lang="ES-TRAD">–¿</span><span lang="ES-TRAD">Estuviste
en ello? </span><span lang="ES-TRAD">¿</span><span lang="ES-TRAD">Qu</span><span lang="ES-TRAD">é</span><span lang="ES-TRAD">
tal estuvo?</span><span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-outline-level: 1; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<i><span style="color: #274e13; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span lang="ES-TRAD">–</span><span lang="ES-TRAD">Fue
algo po</span><span lang="ES-TRAD">é</span><span lang="ES-TRAD">tico.
Parecido a esto, pero contra una fuerza muy menor a la de los franceses. Aunque
la segunda vez vinieron como diez mil brit</span><span lang="ES-TRAD">á</span><span lang="ES-TRAD">nicos.</span><span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-outline-level: 1; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<i><span style="color: #274e13; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span lang="ES-TRAD">–¿</span><span lang="ES-TRAD">Diez
mil? </span><span lang="ES-TRAD">¿</span><span lang="ES-TRAD">No
estar</span><span lang="ES-TRAD">á</span><span lang="ES-TRAD">s
exagerando?</span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-outline-level: 1; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<i><span style="color: #274e13; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span lang="ES-TRAD">–</span><span lang="ES-TRAD">Para nada. La lucha dur</span><span lang="ES-TRAD">ó</span><span lang="ES-TRAD"> varios d</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">as, pero los vencimos. A
diferencia de lo que sucedi</span><span lang="ES-TRAD">ó</span><span lang="ES-TRAD"> aqu</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">, en Buenos Aires est</span><span lang="ES-TRAD">á</span><span lang="ES-TRAD">bamos bien armados y
organizados.</span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-outline-level: 1; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<i><span style="color: #274e13; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span lang="ES-TRAD"></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<i><span style="color: #274e13; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;"><span lang="ES-TRAD">–</span><span lang="ES-TRAD">Aqu</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">
parece que perdimos, pero en pocos d</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">as ser</span><span lang="ES-TRAD">á</span><span lang="ES-TRAD">
toda Espa</span><span lang="ES-TRAD">ñ</span><span lang="ES-TRAD">a
la que est</span><span lang="ES-TRAD">é</span><span lang="ES-TRAD">
en armas. Y entonces ganaremos.</span><span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></span></i></div>
<i><span style="color: #274e13; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<span lang="ES-TRAD">–</span><span lang="ES-TRAD">Claro
que ganaremos. Somos Espa</span><span lang="ES-TRAD">ñ</span><span lang="ES-TRAD">a.</span><span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<span lang="ES-TRAD">–</span><span lang="ES-TRAD">Vamos
Miguel, busquemos una copa en la cocina y pensemos juntos como vamos a derrotar
a esos malditos.</span><span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<span lang="ES-TRAD">Esa
noche bebieron a la salud de los muertos y por la victoria sobre el invasor
franc</span><span lang="ES-TRAD">é</span><span lang="ES-TRAD">s.
Al alba del d</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">a
siguiente, abandonaron Madrid a caballo con rumbo norte. Su destino era una
aldea llamada Los Molinos, en la Sierra de Guadarrama, de donde proven</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">a
la madre de Armando y donde ten</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">a amigos y parientes
que seguramente ya se estaban preparando para combatir contra Francia. Se
fueron en silencio, ocultando sus rostros bajo las pesadas capas que, a su vez,
imped</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">an
que el fuerte abrazo de ese resabio de invierno los hiciera temblar. Pasaron un
puesto de guardia que hac</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">a
la vista gorda a todos los viajeros, cansados del ajetreo de los </span><span lang="ES-TRAD">ú</span><span lang="ES-TRAD">ltimos
d</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">as.
Cabalgaron al paso, sin apurar a sus monturas, conscientes de que cualquier
exceso pod</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">a
llamar la atenci</span><span lang="ES-TRAD">ó</span><span lang="ES-TRAD">n
del enemigo. Dijeron ser comerciantes, que ten</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">an negocios en
Segovia, Destino final de su viaje. </span><span lang="ES-TRAD"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<span lang="ES-TRAD">A
su paso por las afueras de Madrid pudieron observar los cuerpos apilados que a</span><span lang="ES-TRAD">ú</span><span lang="ES-TRAD">n
no encontraban su lugar en las grandes fosas que les servir</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">an
de sepultura. Hab</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">a
rostros de hombres y de mujeres de todas edades, unos con barbas cubiertas de
canas, otros con la piel que a</span><span lang="ES-TRAD">ú</span><span lang="ES-TRAD">n no hab</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">a
tenido suficiente contacto con el sol como para curtirse. Hab</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">a
rostros que, en otras circunstancias, hubieran sido bellos, pero que en el
marco de semejante tragedia hab</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">an adoptado un
semblante grotesco.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="line-height: 200%; text-indent: 70.9pt;">Pasaron de largo, sin hacer
preguntas, rezando un Ave Mar</span><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 200%; text-indent: 70.9pt;">í</span><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 200%; text-indent: 70.9pt;">a entre los dientes por el descanso eterno de
aquellos pobres desdichados. Apenas si desviaron los ojos del camino para
mirarlos. Ni siquiera lo hicieron </span><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 200%; text-indent: 70.9pt;">cuando
escucharon las carcajadas de un soldado de gorro de piel y chaqueta azul y
blanca al ver rodar la cabeza de un ni</span><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 200%; text-indent: 70.9pt;">ñ</span><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 200%; text-indent: 70.9pt;">o frente a los caballos. Pasaron sin chistar,
con el gusto amargo que da la impotencia.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify; text-indent: 70.9pt;">
<i style="line-height: 200%; text-indent: 70.9pt;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD">Un
nuevo rezo naci</span><span lang="ES-TRAD">ó</span><span lang="ES-TRAD">
en esos d</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">as.
Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu fuerza y que tu voluntad gu</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">e nuestros disparos
hacia los gabachos. Danos el pan de cada d</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">a y a ellos hambre y
miseria, perd</span><span lang="ES-TRAD">ó</span><span lang="ES-TRAD">nanos
por matarlos sin piedad, como ellos no tuvieron piedad de los nuestros en
Madrid. No nos dejes caer en la derrota y l</span><span lang="ES-TRAD">í</span><span lang="ES-TRAD">branos del invasor. Am</span><span lang="ES-TRAD">é</span></span></i><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 200%; text-indent: 70.9pt;"><i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">n.</span></i>"</span></div>
</span></i>Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-24724598663784292382012-12-27T15:06:00.003-08:002012-12-27T15:06:47.933-08:00ME DESPIDO DEL 2012.<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Hoy, hace 43 años, mi madre me daba a luz. No fue un parto fácil. Un año antes, había perdido un embarazo y le habían diagnosticado un cáncer de mama. Mi madre decidió que su hijo era más importante que ella. Y por eso no recibió tratamiento médico para su enfermedad, porque el mismo ponía en riesgo mi vida, mi salud, mi integridad física. Eso, pese a las advertencias de los médicos sobre el peligro que ello implicaba para su vida.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">En 1984 festejé mi último cumpleaños con ella. No recuerdo mucho de ese cumpleaños. Mis cumpleaños siempre pasaron inadvertidos. Nunca pude festejarlos con mis compañeros de colegio, porque todos ya se habían ido de vacaciones. Y una vez que pasó tu cumple, pasó tu cumple. Nada de andar festejando en abril algo que pasó en diciembre.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Pero es importante festejar. Una de mis hijas nació en los primeros días de febrero, mes tan malo en Argentina como diciembre, porque organizar el cumple con sus amigas requeriría hacerlas venir a todas de donde quiera que estén veraneando. Por eso, siempre le festejamos en otro momento. Este año fue en noviembre, otros ha sido en julio o en abril, pero siempre ha tenido su festejo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Hace nada tuve un choque de con el auto. Fui embestido desde atrás por otro vehículo que venía, como decía un conocido mío, volando bajito. El auto quedo hecho trizas. Pero mi mujer, mis tres hijas y yo salimos caminando del siniestro. Al ver el auto dos días más tarde para sacarle fotos, me di cuenta de la entidad del daño y del milagro. Porque que saliéramos de esa lata retorcida caminando y por nuestros propios medios, fue un milagro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Por eso, a mis 43 recién adquiridos, tengo muchos motivos para festejar. Porque el 2012 fue un año de reveses. A "La trampa del diablo", dos veces finalistas de certámenes internacionales, no la quiere agarrar nadie. Mi trabajo como abogado fue mucho, pero como esos años en que se trabaja de un modo intenso en la siembra y llega la sequía, los frutos fueron escasos. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Pero estoy vivo, listo para seguir dando pelea. Con una novela que es extraordinaria y que, estoy seguro, cuando finalmente algún editor tenga el coraje de editarla, será un suceso similar a "Cien años de Soledad" o "La Sombra del Viento".</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Nunca quise ser rico. Sólo quiero vivir de lo que me hace feliz. Ser abogado, hace tiempo, no me hace feliz. Escribir buenas historias, sí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Me pareció apropiado despedirme de ustedes por este año en esta fecha y de esta manera. Hoy fui a visitar a una querida amiga para despedirme de ella hasta el 2013 y me enteré que estaba en el funeral de un familiar suyo. Le escribí una nota en la que puse "la vida es una suma de momentos, algunos son difíciles de tragar, otros se quedan para siempre en nuestras sonrisas." Les deseo a todos, para el 2013, que sus sonrisas se hagan cada vez más anchas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Desde Buenos Aires, los abrazo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Brian.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-64088692889557789472012-12-19T13:40:00.000-08:002012-12-19T13:40:01.956-08:00BAJO LA LUNA AZUL DE ROWELA - Final<br />
<h3 style="text-align: justify;">
<span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">12.</span></h3>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Dedicaron los siguientes días a festejar su victoria.
Durante ese mismo tiempo, las patrullas policiales recorrieron la planicie de
Rowela y el laberinto de túneles que había bajo ella con la esperanza de
encontrar algún rastro de los fugitivos, pero ni siquiera tuvieron suerte en
hallar los restos de la patrulla destruida.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Entre copas disfrutaron de momentos sublimes de amor. Ellos
no lo sabían aún, pero esa mutua complacencia dejó de ser sólo sexo para
convertirse en amor. Él se preocupaba por ella, ella sólo pensaba en él. Y los
dos sólo querían estar juntos.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Frida utilizó drogas para purgar las hormonas de su cuerpo.
El bello facial cayó y pronto volvió a ser ella. Su piel comenzaba a mostrar
señales de deterioro. Eran apenas perceptibles, pero allí estaban.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Tenemos que irnos –dijo ella con voz sombría.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>– ¿Qué ocurre?</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Necesito mi cirugía.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>– ¿Cuándo?</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Pronto, o moriré.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Vamos.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Subieron a la nave y partieron con todas sus cosas. Ropa
nueva– gentileza de los contrabandistas–, peinados nuevos, maquillajes
alucinantes y las armas escondidas bajo la ropa. El dinero, la razón de tanto
problema, dividido en mitades en los morrales que cada uno cargaba. </b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>El plan era sencillo. Abandonarían la nave en algún barrio
marginal de la ciudad, tomarían el transporte público hacia el centro y allí
conseguirían un pasaje a un transbordador que los llevara a la luna azul. De
allí, a cualquier rincón del universo, cualquiera con un hospital respetable
donde Frida pudiera hacerse el cambio de piel.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Salieron de las planicies de Rowela y aterrizaron cerca de
la estación del barrio carbonero. Allí abandonaron la nave y caminaron a la
estación de tren con sus lentes de contacto especiales. Pagaron la tarifa y
abordaron el coche que se dirigía al centro de la ciudad.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Bajaron del tren en la estación central y caminaron hasta la
salida. Muy cerca de allí, la plataforma de los transbordadores vigilaba la
ciudad desde doscientos metros de
altura. Se accedía a ella a través de una serie de elevadores que estaban en el
centro del edificio administrativo y comercial de la empresa de viajes
galácticos que tenía la concesión del servicio de transbordadores a la Luna. Se
deslizaron sobre la cinta transportadora que unía la estación con el edificio de
la empresa de viajes y se detuvieron frente a una de las ventanillas de
expendio. Pagaron en efectivo por dos boletos a la Luna en un camarote privado
de primera clase y se dirigieron a la sección elevadores que los llevarían al
área de embarque de la sección VIP, donde podrían esperar bebiendo una copa en
un lujoso bar.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Pasaron las dos horas de espera entre copas, haciendo planes
para los próximos meses. Viajarían al sistema de <span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 9.0pt;">Beta Delphini, donde había
una clínica especializada en implantes de piel sintética que atendería a las
necesidades de Frida. En varios de los planetas de aquél sistema había hoteles
flotantes con playas de radiación UV controlada y toda la diversión que una
joven pareja podía querer.<o:p></o:p></span></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 9.0pt;"><span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Tras abordar fueron a su camarote y se encerraron.
Hicieron el amor mientras el transporte aceleraba a dos mil kilómetros por
hora, acabando en el momento que comenzaba el proceso de desaceleración. Se
vistieron, brindaron con vino de rosas y se prepararon para aterrizar. <o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 9.0pt;"><span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Todo había salido bien. <o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 9.0pt;"><span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Al bajar del transbordador hicieron los controles
migratorios de rigor e ingresaron a la Ciudad Lunar, un inmenso domo donde treinta
mil almas vivían con la incertidumbre constante que causaba saber que en
cualquier momento un meteorito podía estrellarse contra la coraza de acrílico y
destruirla. Caminaron por la avenida principal buscando un hotel para pasar la
noche. Gael entonces se inquietó. Al girar la cabeza notó que un hombre de
lentes oscuras y bigote espeso lo miraba desde el otro lado de la calle.<o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 9.0pt;"><span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Tenemos problemas –susurró al oído de su amante.<o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 9.0pt;"><span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>– ¿Qué tipo de problemas? –respondió ella sin
inmutarse.<o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 9.0pt;"><span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–De los que quisiera evitar.<o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 9.0pt;"><span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Ella apuró el paso mientras él se llevaba la mano a
la cintura. Frente a ellos, una mujer de falda negra y camisa roja les apuntaba
con una pistola. Un hombre de traje gris a rayas verdes se quitaba las gafas a
su derecha. La mujer disparó una bala antes de que Gael pudiera verla, la que
se incrustó en el hombro derecho de éste. Frida quiso desenfundar, pero fue
alcanzada en el cuello por una segunda bala disparada por la dama que ya
guardaba su arma en su cartera y desaparecía entre la multitud. El hombre de
gafas y bigote y el del traje gris y verde se acercaron a los amantes que se
abrazaban en la acera.<o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 9.0pt;"><span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Si esta fuera una película sería buen momento para
que comience a llover –dijo el de traje gris y verde.<o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 9.0pt;"><span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Lástima que acá no llueve –agregó el otro–, creo
que tienen algo que nos pertenece.<o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 9.0pt;"><span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Medio millón de cosas, para ser exactos –dijo el
hombre del traje gris y verde.<o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 9.0pt;"><span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Gael le entregó el morral que llevaba colgada a su
espalda. –Ahí esta todo.<o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 9.0pt;"><span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>El de gafas levantó el morral, comprobó el
contenido y los dos se marcharon. Ellos se levantaron y buscaron un callejón
oculto. Allí examinaron sus heridas y comprobaron que eran leves. Las cauterizaron
con un pequeño láser quirúrgico y se cambiaron la ropa. No podían andar por ahí
con agujeros de bala y manchones de sangra.<o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Arial; mso-bidi-font-size: 9.0pt;"><span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Regresaron al puerto espacial y compraron un boleto
para el siguiente vuelo al espacio profundo, el que partiría en pocas horas. El
destino era uno que nunca habían considerado. La Tierra.<o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: magenta; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Quizá allí podrían estar a salvo.</b></span></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-5132760545244914502012-12-18T11:34:00.001-08:002012-12-18T11:34:09.859-08:00BAJO LA LUNA AZUL DE ROWELA - episodio 11 de 12.<br />
<h3 style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">11. </span></h3>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Qué mierda –dijo Gael mientras halaba el gatillo. El
percutor activó el fulminante que encendió la carga de pólvora que ardió
generando gases que hicieron que el proyectil se desprendiera del casquillo y
recorriera el cañón del fusil girando sobre su eje y acelerando constantemente.
Una vez en el aire, surcó el espacio que separaba al fusil de su víctima,
dejando una estela de calor invisible a su paso. Quebró el cristal, atravesó el
casco y abrió un orificio del tamaño de un durazno en el rostro del conductor
del vehículo de la derecha. Un instante más tarde, la nave describió un bucle
en el cielo, chocó con otra nave que estaba a su izquierda y se fundieron en una enorme bola de fuego.
Frida aceleró y salió del hangar con media docena de tiradores a sus espaldas
que descargaban los cargadores de sus metralletas en el fuselaje reforzado del
vehículo. Gael respondió con una andanada que los forzó a buscar refugio o
morir. La nave bajó la nariz para acelerar y emprendió la retirada con tres
vehículos a sus espaldas. Láser, munición gruesa, todo apuntaba a derribarlos.
Gael los mantenía a raya, pero no podía derribarlos.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Dame cinco segundos de vuelo estable –le rogó a Frida.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Imposible.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Tres segundos, dame tres segundos. </b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Uno –comenzó a contar Frida mientras Gael estabilizaba el
arma–, dos –dijo mientras su compañero fijaba el objetivo en la cabeza del
conductor del medio –, ¡tres! –. El disparo tapó la voz de Frida. El proyectil
dejó sin cabeza al conductor y el vehículo cayó como piedra.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Y entonces fueron dos –profetizó Gael. Una andanada de doce
milímetros sacudió la cola de la nave haciéndoles perder presión en las
válvulas estabilizadoras de corriente. Frida bajó la nariz en busca de aire más
espeso y pudo divisar el mar de sal. Sobre la superficie brillaban miles de
cristales que descomponían la luz del sol en miles de arco iris que se cruzaban
entre sí. </b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Bajá más–alentó Gael.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Es peligroso.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Nada que ver, el aire es más pesado, va volar mejor.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Pero no más rápido.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Más rápido no nos sirve. Baja que te cubro –. Tres disparos
contra el más cercano de sus perseguidores dieron en la caja magnetizadora,
destrozando los mecanismos que le permitían a la nave flotar dentro de la
atmósfera. La nave se incendió y explotó en el aire.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>– ¿Cuántos más? –preguntó preocupada.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Uno. En tres segundos más, ninguno –dicho lo cual, un rayo
láser impactó en el cañón del rifle–. Mierda.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>– ¿Mierda? ¿Qué pasó?</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Acelerá, nos quedamos sin artillería.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>– ¡Mierda! –gritó Frida y aumentó la velocidad
considerablemente a la vez que ejecutaba maniobras constantes para evitar ser
un blanco fácil –. Decime hacia dónde.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Vamos a las planicies de Rowela, capaz que podemos
perderlos allí.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>– ¿Los túneles?</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Acelerá –insistió Gael mientras sacaba su pistola del
cinturón–, voy a tratar de frenarlos con el láser.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Trate, hombre, trate.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>Las descargas del arma apenas inquietaban el casco de la
nave que con gran pericia los perseguía. Para cuando entraron en los
laberínticos túneles subterráneos de la planicie de Rowela, las baterías de la
pistola estaban agotadas y sólo cabía usar las limitadas balas de cinco
milímetros para tratar de derribar al rival. Pero Gael tenía otros planes. Sacó
un explosivo de su bolsillo y ajustó el reloj a dos segundos, lo arrojó hacia
su perseguidor y le ordenó a Frida doblar en el siguiente ramal que se abría a
la derecha. La bomba explotó frente al parabrisas de su perseguidor, haciéndole
perder el control de vuelo por un instante fatal que lo hizo estrellarse contra
la pared de la izquierda. Allí comenzó la sucesión de choques descontrolados
que acabaron en una explosión. </b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>Con la certeza de que habían huido, disminuyeron la
velocidad para hacer su viaje más seguro.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Qué sigue –dijo Gael.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Huir de este planeta.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Pero ahora no. Tenemos que esperar un par de días a que se
te pase el efecto de esas hormonas. Y yo tengo que satisfacer mi morbo.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>– ¿En serio te gusto así?</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Me gustás como sea.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"><b>–Qué le vamos a hacer, habrá que satisfacerte –dijo con un
guiño. Gael le colocó la mano sobre el muslo de Frida y le dio las indicaciones
para volver a la cueva. Se olvidaron de todo, del dinero, del Clan, de la
policía. Sólo estaban ellos.</b></span></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-6172395956191075902012-12-17T09:14:00.003-08:002012-12-17T09:15:39.939-08:00BAJO LA LUNA AZUL DE ROWELA - Episodio 10 de 12.<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large; text-align: justify;">10.</span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>El taxi flotó sobre la plataforma de acceso principal y
depositó a Frida y Gael sobre el disco de acceso al casino. Allí mismo se los
sometió a un examen de seguridad, requisito indispensable desde el atentado
contra el alcalde para poder siquiera ingresar al casino. Al llegar al
mostrador de admisión, alquilaron una suite pequeña, por una noche, pagándola
en efectivo en el momento. Esta estaba ubicada sobre la corona exterior del
casino, a la que se accedía a través de la escalera flotante. Del mostrador
salió una tarjeta y un clon vestido de rojo se acercó a ellos para guiarlos
hasta la habitación. Apenas ingresaron, fueron directo al minibar y se
sirvieron un coñac. Tragaron la bebida sin respirar, para tratar de anestesiar
la ansiedad que los estaba embargando.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Entramos –dijo por fin Frida acariciándose el bigote.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Estoy tan ansioso. Te cogería ya mismo.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>– ¿Así? ¿Toda barbuda?</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–No estaría nada mal probar que sensaciones nos trae.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Resultaste bastante perverso, ¿no?</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Diría que en su justa medida –Gael recorrió el pecho fajado
de Frida con sus dedos y se acercó a besarla. Ella lo rechazó, consciente de
que no era el momento.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Ahora no –le dijo cuando Gael insistió–, que tenemos cosas
que hacer.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Dale. Vamos a dar una vuelta por el casino para ver como
está el clima.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Bajaron por las escaleras flotantes y recorrieron el gran
salón del casino para comprobar que había más seguridad que lo habitual. No
obstante, miles de personas se agolpaban en torno a las mesas con la vil
esperanza de que la diosa fortuna les sonría alguna vez. Detectaron muchos
miembros de la policía de civil con sus gafas negras, sus corbatas mal anudadas
y cabello engrasado. En sus orejas se podía ver el minúsculo auricular con el
cual recibían instrucciones de su control. Llevaban en la solapa del saco el
micrófono para transmitir novedades. Debajo de la axila izquierda, como una
joroba que desvió su camino, el bulto del arma era evidente.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>El Clan tampoco estaba ausente. Estos tenían un aspecto
menos solemne, pero también evidente. Una mujer de sombrero azul con velo
incorporado se mantenía de pie en una zona elevada en la punta del salón con su
mano apoyada sobre la cartera. Tres hombres de barba roja charlaban apoyados
contra la barra del bar del lado norte sin desviar sus ojos del centro del
casino. Un hombre de piel de serpiente caminaba por los pasillos de las
tragamonedas como si tuviera un recorrido determinado.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Si alguien se tira un pedo explota una guerra –dijo Gael.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Qué fino –dijo Frida con indiferencia –. Qué te parece si
nos vamos a la columna de ascensores.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Antes vamos a jugar unas fichas al Black Jack. </b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>– ¿Con qué dinero?</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Con los mil denarios en efectivo que tengo en el bolsillo.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Los últimos mil que nos quedan.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Pronto tendremos mucho más –dijo tomando a Frida del brazo
para arrastrarla hasta la mesa de 21 más cercana a la columna de los ascensores
de la torre principal. Frida ocupó el asiento del jugador y Gael se quedó de
pie, detrás de ella, con una copa de ron que una camarera le acercó. El dinero
se cambió por diez fichas de cien denarios cada uno y el tallador repartió a
los cinco jugadores y a sí mismo una carta tapada y luego una dada vuelta. A
Frida le tocó un tres de corazones, al cuál le tuvo confianza suficiente como
para ponerle encima la mitad de sus fichas. Cuando llegó su turno, sin mirar la
carta tapada, pidió otra. Un cinco de picas. Otra más. Un siete de diamante.
Tres y Cinco suman ocho, más siete, quince. Se plantó. Cuando todos hubieron
jugado el tallador, que tenía un nueve de trébol, dio vuelta su carta. Un As de
diamante. Uno a uno, los jugadores destaparon su juego y, uno a uno, la banca
les quitaba sus fichas, hasta llegar al tuno de Frida, que aún no conocía su
carta tapada. Seis de corazones. Quince más seis, veintiuno. Ganador. </b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Durante media hora jugaron en esa mesa. A veces se ganaba, a
veces se perdía, pero para cuando decidieron retirarse habían triplicado sus
fichas. Felices por el éxito, pagaron una ronda a los presentes y dijeron que
se iban a celebrar. Se encaminaron a los ascensores y esperaron junto a la
pequeña multitud que también se dirigía a sus habitaciones. Tomaron un elevador
del costado, uno que estaba atestado de gente, y pulsaron el botón del piso que
estaba dos niveles por encima del de su suite. A su alrededor vieron todo tipo
de caras. Mujeres sonrientes que habían conseguido la cita que pagaría el
jornal de aquél día, hombres ansiosos por sacarse los pantalones y jugar con la
carne que habían alquilado por un rato, ojos deprimidos por haber perdido las
ganancias de los próximos tres años, cuerpos cargados en exceso de alcohol que
apenas podían mantenerse en pie. </b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Entre tanta gente, Gael distinguió a uno de los tres hombres
de barba roja. Junto a él, la mujer del sombrero azul escuchaba lo que el
barbado le decía al oído. Ella giró la cabeza, se encontró con la mirada de
Gael y sonrió.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Apenas descendieron se encaminaron a la escalera mas
alejada, la que estaba del lado de su suite. Los del Clan habían bajado tres
pisos antes, probablemente para subir el último piso y cortarles el camino.
Sacaron sus pistolas, con cargadores llenos y baterías nuevas de láser, y
corrieron escaleras abajo. Allí estaba el hombre de barba roja, con su arma en
la mano, listo para matarlos. Disparó sin apuntar demasiado y falló. Gael le
dio en la rodilla con el láser y una bala de Frida le entró por las costillas
flotantes del lado derecho. El del clan cayó al suelo y un segundo haz de láser
le perforó el cuello. Aún se sacudía cuando llegaron a su lado. Gael le apuntó a
la frente y lo remató.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Del otro lado de la puerta, el infierno los esperaba. Frida
sacó una placa explosiva, la programó a tres segundos y la arrojó hacia el
pasillo. La explosión generó una reacción de fuego graneado que delató las
posiciones de los guardias. Una segunda carga fue más efectiva y les permitió
abrirse paso hacia la suite que estaba a sólo tres puertas de la escalera. La
mujer del sombrero azul, con un trozo de pared atravesándole la cara, caminaba
vacilante hacia ellos. Frida no dudó en atravesarle el pecho con dos balas
mientras Gael repelía a los que llegaban del otro lado. Abrieron la puerta de
la suite y la cerraron de inmediato, la cual estaba patas para arriba.
Plantaron explosivos con sensores de movimiento y corrieron hacia el hangar, el
cual aún seguía intacto. La nave en su lugar y la cerradura magnética sin
alterar. Al entrar, comprobaron que el millón y el fusil con mira telescópica aún
seguían en su lugar. </b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>Afuera, los lobos acechaban.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>– ¿Manejas o disparas? –preguntó Gael con el fusil en la
mano.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #351c75; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><b>–Te ves bien con ese rifle –respondió Frida –, sería una
pena que tuvieras que dejarlo para ocuparte de los controles de la nave. </b></span></div>
<span style="line-height: 150%;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="line-height: 150%;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large; line-height: 150%;"><span style="color: #351c75;"><b>Subieron
al vehículo y lo desengancharon. Gael se puso el fusil al hombro y respiró
hondo mientras la luz comenzaba a filtrarse lentamente por la rendija que se
convertía en entrada. Del otro lado estaban las tres siluetas que querían
matarlos. Una bomba abrió la puerta de la suite y un ejército de policías
uniformados con equipo de combate irrumpieron en la habitación, activando los
explosivos plantados en la suite. Las compuertas se abrieron. Frida aceleró,
Gael apuntó el fusil hacia los que esperaban afuera. Entonces, el infierno se
desató.</b></span></span></span></div>
<span style="line-height: 150%;">
</span>Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-71537151441059081712012-12-14T10:08:00.004-08:002012-12-14T10:08:44.301-08:00BAJO LA LUNA AZUL DE ROWELA -episodio 9 de 12<br />
<h3 style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">9.</span></h3>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Comieron, bebieron y se sentaron a fumar unos cigarros de
puro tabaco importado de las lunas de Saturno. A medida que el aroma dulzón y
embriagador se apoderó de la habitación, Gael y Frida sintieron que podían
volver a pensar con claridad. Especularon sobre la conveniencia de salir de su
escondite en ese momento y convinieron que, más allá de la necesidad imperiosa
de dinero que ambos tenían, sería imprudente salir de inmediato. No había duda
que aquellos que más se habían beneficiado con los eventos ocurridos en aquel
cuarto iban a mostrarse pronto. Podía ser el Ministro Zamudio, o el Secretario
Zagreb, o el Clan.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Las noticias eran reflejo del infierno. Acusaciones
cruzadas, ataques solapados, argumentación vacía, actos de demagogia,
demostraciones de fuerza, presiones debajo del mostrador, negociados ocultos. Todas
estas armas se blandían sin complejos frente al público mientras que los
analistas políticos especulaban, una prostituta devenida en diva manifestaba su
dolor por lo sucedido, artistas, intelectuales y fantoches hacían sus actos de
presencia para no perder notoriedad. Y en el medio de la nada, Gael y Frida
sudaban la gota gorda.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">–Yo digo que llamemos al Clan –sentenció Gael mientras
apagaba su cigarro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">– ¿Para qué?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">–En el cuarto quedó el morral, con el dinero que les debo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">– ¿Entonces?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">–Les pedimos salvoconducto para ir al hotel y de paso les
pagamos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">–Y nos llevamos la otra mitad del millón. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">–Y desaparecemos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">–O se quedan con el dinero y nos entregan a cambio de la
recompensa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">– ¿Qué recompensa?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">–La que seguro van a dar por nuestras cabezas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">El silencio se apoderó de la habitación. Gael se levantó y
se sirvió un vaso de ron. Lo bebió despacio, con los ojos cerrados, con la
mente perdida en un recuerdo. Frida fue al cuarto de baño y se lavó la cara. Se
bajó la ropa interior con la intención de descargarse, pero tenía el cuerpo
cerrado, nada podía entrar ni salir. Ni siquiera una lágrima. Gael se dio vuelta
y la miró con detenimiento. La falda levantada, las bragas por las rodillas y
el rostro cubierto por sus manos. Sintió pudor por ella y desvió la mirada. Se
vio en un espejo y decidió que era hora de otro cambio. Buscó su kit higiénico
y comenzó a rasurarse la cabeza. Luego comenzó a depilarse el rostro. El láser
atacaba los bulbos pilosos y acababa con las células que generan el crecimiento
del cabello. Durante varios minutos recorrió su rostro con el láser, primero
los pómulos, luego la papada y finalmente el mentón. Dejó a salvo sólo el
espacio del bigote. Frida salió del baño con los ojos enrojecidos por el
llanto, lo que no le impidió soltar una pequeña risotada cuando vio el cambio
ocurrido en Gael.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">– ¿Qué pasa? ¿Te gusto? –fue la reacción inmediata.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">–La verdad que te prefería con pelo. ¿Te depilaste ahí
arriba también?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">–No, ni la melena ni el bigote. Del resto puedo prescindir.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">–A mí no me vendría mal un cambio. ¿Habrá hormonas?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">–Las que guste.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Frida revisó el inventario y decidió el curso a seguir. Se
vendó los senos, se inyectó una dosis de hormonas masculinas y se colocó la
crema para el crecimiento del bello facial. En menos de una hora su rostro
estaba poblado de cabello que rasuró para dejar sólo una sombra en las
mejillas. Se dejó un candado corto alrededor de su boca y se cortó el cabello
muy corto, apenas unos milímetros de largo. Luego utilizó su cepillo para
teñirse cabeza, bigote y barba de un tono de dorado intenso. La ingesta de unos
aminoácidos le dieron algo más de volumen corporal y un tatuaje de una calavera
negra en la mano completó el cuadro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">–Qué tal.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">–Perfecto. Falta un detalle. Probatelos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Gael le entregó unas lentes de contacto que servían para
esconder el iris de los identificadores que existen en todas partes. Al
escanear el ojo la computadora confundía al usuario con otra persona, alguien
sin antecedentes y que, por lo tanto, no era buscado por la policía.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">– ¿Vamos?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">–Vamos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;">Subieron al vehículo y lo usaron para llegar a los
suburbios. Allí lo abandonaron y buscaron un taxi para ir hasta el casino.
Mientras el transporte se elevaba hacia las nubes Gael y Frida se tomaban de la
mano. Tenían que jugar el as que guardaban en la manga, el último.</span></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-44025865761741457992012-12-13T08:31:00.000-08:002012-12-13T08:31:00.214-08:00BAJO LA LUNA AZUL DE ROWELA - episodio 8 de 12<br />
<h3 style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">8.</span></h3>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Apenas llegaron a la cueva, Gael se ocupó de limpiar,
curar y vendar la herida de Frida. Tenía un feo aspecto, pero no era grave.
Primero utilizó un desinfectante en aerosol, luego untó la herida con un
complejo proteico que en pocos minutos regeneró los tejidos dañados. </span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Mientras Frida preparaba unas albóndigas de cordero en
salsa y arroz rosado de Wafelia, Gael abrió una botella de champagne y sirvió
dos copas. Frida aceptó la bebida, pero lo echó de la cocina por ser un factor
de distracción muy importante al momento de demostrar su arte culinario. Gael
se fue a ver televisión al dormitorio, tirado sobre la cama, mientras sorbía el
líquido azul. Todo volvió a revolverse en su interior cuando vio en el
televisor de pared la habitación en la cual minutos antes habían irrumpido con
violencia. El rostro deforme de Eli, con sus ojos abiertos y las manchas de
sangre seca en la cabeza, aparecía junto a otro tan notable como el del blanco.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–El Alcalde Stavros –dijo la cronista– también
resultó muerto. Aún se trata de establecer si el blanco fue el Alcalde o el
empresario.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¡Frida! –gritó alterado – ¡Frida!</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Qué pasa? –preguntó mientras se acercaba por el
pasillo.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Mirá –dijo él señalando la pantalla–, la cagamos.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Frida reconoció de inmediato el rostro sin vida de
su empleador en la pantalla. –Esto no puede ser –se atrevió a murmurar.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Cómo pudo pasar?</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Nunca pensé que Stavros podía estar allí, ¿por qué?
Si lo quería muerto, si sabía...</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–No lo quería muerto, eso es evidente.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Por qué.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Porque de otro modo no hubiera estado jugando al
póquer con él. ¿Quién era tu contacto?</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Un hombre del Servicio Secreto.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Somos unos imbéciles. Tenemos que volver al hotel.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Estás loco?</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–El dinero. El millón.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Está en nuestra suite.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Dudo que nos paguen el resto.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Nos van a matar.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Ante todo calma. Vamos a volver y a recuperar el
dinero. Luego desaparecemos.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Adónde? </span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #741b47; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Lejos, donde sea.</span></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-70523397215127163622012-12-12T12:37:00.003-08:002012-12-12T12:37:40.476-08:00BAJO LA LUNA AZUL DE ROWELA - Episodio 7 de 12<br />
<h3 style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">7.</span></h3>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Entonces subimos, matamos a los guardias, entramos
a la suite, matamos a todos y listo.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Gael asintió en silencio.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Me parece complicado.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Sí, es complicado, pero no tenemos otra. Si pudiera
meter una bomba como metimos al explorador, lo haría. Pero no hay forma de
hacerlo.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Cuándo lo hacemos?</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Ya. Vamos.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Gael fue hasta el vehículo y buscó las armas en el
compartimiento secreto debajo de los asientos. Volvió con Frida, que se estaba
cambiando a un traje enterizo de vinilo negro que la convertía en una belleza
fatal. De su cartera sacó un cepillo colorista, ajustó los parámetros y comenzó
a peinarse. Con cada cepillada, el color de su cabello iba cambiando
paulatinamente al color deseado. Gael aprovechó para colocarse un traje de seda
gris oscuro y lentes negros. Se ató la melena en una cola de caballo y colocó
una crema en su rostro para que le creciera el bigote y la barba. El vello
facial aceleró mil veces el ritmo de su crecimiento y en pocos minutos tuvo el
rostro escondido detrás de una barba de tres meses.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–No te queda nada mal la barba.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Lo sé, por eso no me hice la depilación definitiva,
cada tanto tiene su onda usarla –dijo mientras se pasaba la mano por la barba.
Buceó en la bolsa del armamento y se colocó las pistolas en las fundas
sobaqueras que llevaba debajo del saco. Se puso un cinto magnético y en su
extensión pegó media docena de cargadores de munición y cuatro baterías para el
láser. Frida rellenó media docena de dardos con una toxina paralizante y los
cargó a una de las armas. La otra la cargó con munición común y colocó en su
carterita diez cargadores y seis baterías. También guardó algunas de las placas
explosivas en su bolso por si necesitaban abrirse paso de otra manera.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Salieron de la habitación y caminaron con calma
hacia los elevadores. La mujer alta estaba allí enfundada en un vestido
transparente que dejaba a la vista sus partes íntimas. Gael distrajo sus ojos
con el trasero esculpido de la mujer, motivo por el cual no notó que tenía un
arma injertada en la mano. Para su fortuna, Frida había estado menos atenta a
las curvas y más suspicaz hacia la coincidente presencia de aquella mujer en el
pasillo. Para cuando el arma de la gigante estuvo frente al rostro de Gael,
Frida ya había disparado un dardo contra el cuello de la asesina. La mujer
comenzó a luchar con las toxinas para recuperar el control de su cuerpo y así
accionar el gatillo contra su blanco, pero todo esfuerzo era inútil. Gael la
tomó de las axilas y la arrastró hacia un closet de servicio que estaba a pocos
pasos. Allí la introdujo después de preguntarle para quién trabajaba, pero ella
se rehusó a responder.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–En dos minutos eso te llega al corazón. Eso te va a
matar. Aún no es tarde para el antídoto.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Morite, imbécil.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Como quieras, vos primero –dijo y le cerró la
puerta en la cara.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">La puerta del elevador se abrió y subieron. Adentro
había una pareja que se besaba con pasión, un hombre que se apoyaba contra su
amigo para no caerse de la borrachera y un hombre de traje negro y camisa
blanca. Nueve pisos más arriba bajó el borracho y veinte pisos más allá fue el
turno a la pareja. Gael miró fijo al hombre de negro, convencido que era del
Clan, pero éste no se inmutó y bajó en el piso doscientos nueve. Apenas se
cerró la puerta Gael introdujo la tarjeta en la ranura debajo del panel de
botones y el elevador comenzó a acelerar para detenerse en el piso superior.
Gael y Frida desenfundaron y esperaron a que se abriera la puerta. El tiroteo
fue corto. Gael derribó con láser a los dos de la derecha, acertándoles a ambos
entre los ojos, mientras que Frida utilizó los dardos con uno y balas con el
otro. Los cuatro guardias cayeron muertos sin disparar una sola vez. Enseguida
Frida introdujo el código y la puerta de la suite se destrabó. Sin que ésta se
abriera, las balas disparadas por dos ametralladoras comenzaron a volar por el
pasillo. Detrás de una pared holográfica se escondía un grupo de refuerzo que
ahora disparaba desde la derecha. Con el pecho clavado en el suelo, contestaron
el fuego a ciegas. Frida buscó en su bolso uno de los explosivos, fijó el reloj
en cuatro segundos y arrojó la bomba al otro lado de la pared. La explosión
acabó con los soldados y con el dispositivo holográfico que los escondía.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Entraron al cuarto para encontrarse con más guardias
escondidos en puntos estratégicos. Gael le acertó al primero, Frida derribó a
un segundo y el tercero se replegó al cuarto de juegos. Otro de los explosivos
voló la puerta y las balas se ocuparon de todos los presentes. Amir Eli yacía
en el suelo entre fichas, naipes y la sangre de sus amigos. Aún respiraba.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Gentileza de Stavros –dijo Frida y de inmediato
disparó contra el rostro del blanco.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">Regresaron corriendo a los ascensores y se
introdujeron en el mismo que los había llevado hasta allí. Bajaron cinco pisos
para salir al pasillo y tomar la escalera de servicio. Seis pisos más abajo se
encontraron con los clones de rojo subiendo las escaleras armados hasta los
dientes. Salieron al pasillo y volaron la puerta de una suite. Una mujer se
desnudaba sensualmente frente a un auditorio de hombres descontrolados. Gael
les apuntó con el arma y les ordenó que les dieran las llaves de uno de los
vehículos detenidos en la dársena privada. Les entregaron las llaves de todos,
sin excepción. En el hangar había seis unidades modernas y en perfecto estado,
Eligieron una al azar y despegaron de inmediato con destino a las planicies desérticas
de Rowela. Al constatar que nadie los seguía, se relajaron y se felicitaron por
un trabajo bien hecho.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">– ¿Estás bien? –preguntó Gael al notar que Frida se
tocaba el brazo.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–No es nada. Pasó de largo sin tocar el hueso.
Supongo que en las cuevas podrás arreglarme.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Primero te arreglo, después abro un champagne y
festejamos. ¿Te parece?</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: large;">–Me parece.</span></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-66211819777603193672012-12-11T03:50:00.004-08:002012-12-11T03:50:45.820-08:00BAJO LA LUNA AZUL DE ROWELA -episodio 6 de 12.<br />
<h3 style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">6.</span></h3>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">El gerente se presentó minutos más tarde con un séquito que
se afanaba en tomar nota de la situación y efectuar conjeturas sobre los
posibles pasos a seguir. Sin mucho preludio, el hombre del traje rojo fue
embolsado y sacado del bar. Varios robots de maestranza limpiaron rastros de
sangre, vidrios rotos y astillas de madera. Les cambiaron la mesa por otra y
les repusieron las bebidas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–Lamentamos este infortunado incidente, lo que consuman hoy
irá por cuenta de la casa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">– ¿Qué van a hacer con el paquete? –inquirió Gael.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–En minutos más será lanzado a las tolvas que utilizamos
para triturar residuos. ¿Por qué?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–Curiosidad. ¿Siempre se deshacen de sus huéspedes de esta
forma?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–Oh, ese no era un huésped.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">– ¿No?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–No, era un clon, los usamos para seguridad. Si alguien los
mata, nadie lo lamenta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–Claro, entiendo. ¿No les preocupa que lo hayan matado?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–En lo más mínimo. Tenemos muchos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">El gerente se retiró y Gael tomó su copa con nerviosismo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–Qué te pasa – preguntó Frida.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–No sé, es todo muy raro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">– ¿Lo del clon?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–Sí, ¿le creíste?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">– ¿Importa?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–La verdad que no. ¿Cómo vamos a ubicar al abuelo?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">Frida sonrió ante la ocurrencia. –Tengo un explorador.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">– ¿Sí? Dónde.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–En mi cartera –dijo dándole una palmada al bolso–.
Aprovechemos que la cosa va por cuenta de la casa y pidamos algo bueno.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–No seas avara, tenemos dinero, se siente mejor cuando se
paga.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">– ¿Sí? ¿Sos de usar prostitutas?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–A mucha honra, ¿qué tenés contra ellas?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–Nada, era un chiste.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–Me refería a que lo gratuito tiene gusto a caridad.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–A mí me gustan las cosas caras –dijo Frida–, más todavía
cuando no tengo que pagarlas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–Mejor vamos, quiero liquidar el negocio lo antes posible.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">–De acuerdo –dijo mientras se levantaba–, vamos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">Salieron del bar y caminaron el largo pasillo bordeado por
filas de máquinas tragamonedas que llevaban al núcleo de elevadores. Cientos de
personas con grandes vasos de cartón llenos de monedas de a un denario
accionaban las palancas con una sincronización y un ritmo sorprendente. Pero no
eran los jugadores compulsivos los únicos en el salón. Los ojos del Clan
vigilaron a la pareja que se paseaba con gracia sobre la alfombra verde. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">Subieron a una cabina atestada y tuvieron que hacer unas
quince paradas antes de llegar a su piso. Junto con ellos bajó una mujer muy
alta, de casi dos metros y medio de altura, que caminó en sentido opuesto por
el corredor de distribución del piso. Entraron a la suite, no sin antes
comprobar que nadie los seguía. Enseguida fueron hasta los sillones del living
y Frida sacó de su bolso el explorador. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">Se trataba de un pequeño robot con forma de cubo que tenía
la habilidad de cambiar de forma conforme la necesidad del momento. En manos de
Frida se encontraba el control remoto del artefacto. Era una caja negra que
funcionaba como un proyector a la cual se conectaba un dispositivo direccional
que movía al explorador en cualquier dirección. El usuario se conectaba
mediante electrodos a la caja y recibía imágenes en su mente desde la posición
del explorador.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">Frida encendió el dispositivo y el cubo se convirtió
en una esfera del tamaño de una cereza. Rodó hasta las ventilas del aire
acondicionado y se filtró entre las rendijas como si fuera un cable de fibra
óptica. Retomó su forma esférica y se deslizó por la tubería hacia el centro
para ascender por la columna principal hasta el nivel superior donde se
encontraba la suite de Eli. Una vez allí, se filtró por otra rendija y se
transformó en una mosca que comenzó a volar por la habitación hasta llegar a la
puerta. Allí se colocó como una película sobre el panel de la cerradura
magnética a la espera de que alguien pulsara la combinación necesaria para
destrabar el mecanismo de cierre. Tardaron un rato, pero un guardaespaldas
apretó la secuencia correcta que quedó grabada en la mente de Frida. La puerta
se abrió y de inmediato el explorador abandonó su forma para deslizarse hacia
el pasillo exterior. Allí detectó la presencia de cuatro hombres armados en
guardia permanente. El guardaespaldas se acercó a otra puerta, la del elevador
y sacó una tarjeta idéntica a la que Gael había encontrado en el sobre que
halló en el viejo depósito. El explorador se desplazó nuevamente a las ventilas
del aire acondicionado y regresó al living de la suite. Había tres puertas
cerradas. La primera era un cuarto de baño, la segunda el dormitorio, que
estaba vacío, y la última era una sala de reuniones. Allí estaba Eli, junto a sus
invitados, compartiendo una partida de póquer. Seis jugadores, tres
guardaespaldas, dos robots de servicio.</span></div>
<div class="MsoBodyTextIndent" style="text-align: justify;">
<span style="color: #274e13; font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">El explorador se retiró por los conductos de aire
acondicionado hacia la suite que Frida y Gael compartían. Frida desconectó los
electrodos y guardó todo el equipo en su bolso. Habían comprobado que el
trabajo era difícil, pero no imposible.</span></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4279363165844118359.post-34550983088713599532012-12-10T12:27:00.000-08:002012-12-10T12:27:03.135-08:00BAJO LA LUNA AZUL DE ROWELA -episodio 5 de 12<br />
<h3 style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">5.</span></h3>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">Frida y Gael emprendieron el camino de regreso. Se
dirigieron a un almacén en los suburbios donde podrían aprovisionarse de lo que
necesitarían para la misión. Ella aprovechó para cerrar los ojos mientras Gael guiaba
la nave dentro de la complicada maraña de pasadizos subterráneos. Entonces, se
comunicó por su transmisor de ondas alfa con el intermediario. Se acordaron los
términos y le dieron la información sobre el itinerario exacto del blanco en
los próximos días. Cuando la comunicación se interrumpió abrió los ojos y
sonrió.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Creo que te vas a sentir muy a gusto con esta misión.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">– ¿Qué pasó?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Hablé con el contacto. Eli se va a pasar los próximos tres
días en el Casino de las Sibilas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–El casino en las nubes, qué nivel.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–En el almacén encontraremos lo que necesitamos y algo más.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">– ¿Qué?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Un millón. En efectivo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">– ¿A cuenta de honorarios?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Así es.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">– ¿Qué nos impide huir?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">– ¿Tengo que responder?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">Tardaron un rato en llegar al almacén. Era un edificio de
fachada lisa y techo de chapa de poliuretano cubierto de polvo de carbón. Tenía
una enorme cortina metálica por puerta y algunas ventanas de acrílico reforzado
completamente pintadas de negro.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Lindo lugar –señaló Gael al avistarlo, comentario que Frida
pasó totalmente por alto. Ella sacó su celular, marcó un código de cinco
números y la cortina comenzó a subir. Gael desaceleró y hizo una aproximación
lenta para darle tiempo al mecanismo de abrirse lo suficiente como para que el
vehículo pudiera ingresar sin problemas. Una vez adentro, encontró la dársena
de amarre y detuvo la nave. Mientras la persiana se cerraba, comenzaron a
caminar hacia la oficina que se veía en un rincón.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">– ¿Tenemos que encontrarnos con alguien?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Se supone que ya se fueron.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">– ¿Tenés un arma?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–No, supongo que vos tampoco.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Supones bien. ¿Qué querés hacer?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Si es el agente no creo que haya problemas, si no, dudo que
podamos escapar.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Vamos entonces.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">Se acercaron a la puerta sin hacer ruido y miraron adentro.
Tomaron el coraje para dar el paso decisivo y entraron. Sobre una mesa, bajo la
luz del único farol que alumbraba la habitación, había una valija cerrada y un
sobre papel madera sellado con lacre. Se acercaron con cuidado y comprobaron
que no había trampas. Gael tomó el sobre y revisó el sello. Lo rompió y miró en
el interior del sobre. Una llave, una tarjeta y una invitación en un sobre
cerrado con una leyenda.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">“Para Gael Núbil y Sra.”</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Nos casamos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">– ¿Sí? ¡Qué bueno!</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">– ¿Cómo sabían mi nombre?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Ellos lo saben todo. Voy a abrir la valija.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">Frida se colocó detrás de la maleta y trató en vano de
abrirla. Gael se acercó y le mostró la llave. La introdujo en la cerradura
magnética y los mecanismos se activaron. En menos de un instante se escuchó un
clic y la tapa de la valija comenzó a levantarse. Adentro, ordenados en
billetes de a cien denarios, el millón brillaba con fulgor propio. Se miraron
compartiendo una sonrisa.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">Gael fue hasta su nave y buscó un morral azul que tenía en
la cajuela para cargarlo de dinero. Puso allí medio millón y luego sacó ochenta
mil denarios más que fueron a parar a la cartera de Frida. Era una coqueta
carterita de cuero ecológico camaleón, con una capacidad sorprendente para su
pequeño tamaño. El resto del dinero quedó en la maleta, la cual Gael guardó en
el portaequipajes del vehículo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Hora de llamar al Clan –dijo entonces Gael mientras buscaba
su celular en su bolsillo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">– ¿Para qué?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Para pagarles. ¿Qué más?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–No nos apresuremos. Podemos llegar a necesitar ese dinero.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">– ¿Para que querés tu dinero?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Para pagar una cirugía.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">– ¿De qué tipo?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–De la que me mantendrá con vida unos años más. Esta piel no
se regenera sola.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Si vos querés pagar después, todo bien, pero yo quiero
sacarme de encima al Clan.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–OK. Deciles que vas al Casino a llevarles el dinero.
Después de todo, ellos son los dueños.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Si les pago ahí levantaré sospechas.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">– ¿Si pagás acá no? Aparte, ¿queremos que conozcan este
lugar?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">Gael pensó un segundo y llegó a la conclusión de que Frida
tenía razón. –De acuerdo, esperamos. ¿Dónde estará el equipo?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Sugiero que busquemos en aquellas cajas, parecen haber sido
puestas hace poco.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">Fuera de la oficina se veían unas cajas apiladas cubiertas
por una lona vieja que no parecía tan sucia como las demás. En ellas
encontraron dos juegos de pistolas múltiples, con cañones de balas, láser y
dardos. En otra había municiones, baterías y un set para cargar los dardos con
diferentes sustancias. En una tercera caja había placas explosivas remotas y
por tiempo, mientras que en la última había un fusil con mira telescópica
digital infrarrojo con capacidad para disparar proyectiles explosivos de 30
milímetros. Cargaron todo en el compartimiento clandestino debajo de los
asientos del vehículo y se encaminaron al Casino de las Nubes.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">Flotando a media milla de altura, sobre la capa de nubes
permanentes del planeta, el Casino de las Nubes era un satélite que se
desplazaba a altura constante dentro de la atmósfera. Era un complejo de hotel
y casino que brindaba al público el mejor entretenimiento de la galaxia. Juego,
espectáculos, prostitución y drogas. Todo convivía en armonía en aquel lugar. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">Gael llegó desde el oriente para hospedarse en el ala de las
Mil y Una Noches, sector del Casino con ambientación del antiguo mundo árabe,
donde la discreción era lo más importante. Les dieron una suite con amarradero
propio, lo que les permitiría acceder a las armas ocultas en el vehículo sin
problemas. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">Hicieron el amor entre las sábanas de seda que vestían un
colchón de aire caliente, ideal para relajar tensiones musculares. Luego se
dieron un baño de neutrones y bajaron al bar a tomar una copa. No les
sorprendió ver al hombre de traje rojo acercarse a ellos y sentarse a su mesa
mientras brindaban con una copa de vino rojo. Lo que sí les sorprendió fue que
en una muestra de total descortesía muriera allí mismo, sin decir palabra
alguna.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Camarero –dijo Gael de inmediato–, por favor, llame al
gerente de inmediato.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">– ¿Podría saber el motivo? –dijo el robot de turno.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: #660000; font-size: large;">–Dígale que hay un muerto en mi sopa.</span></div>
Juan Brian Doylehttp://www.blogger.com/profile/08694544543741140684noreply@blogger.com0