Mi intención nunca fue hablar en este espacio de otro tema que mis libros, mis historias y otros temas de interés general. Nunca quise usar este lugar como tarima desde la cual hacer planteos de tipo político. Pero la realidad, una y otra vez, me ha empujado a hacerlo.
Buenos Aires se ha convertido en un horno. De una semana a la otra, las temperaturas subieron quince grados centígrados, con lo cual de una apacible temperatura de 20ºC pasamos a agobiantes 35ºC. Encima, buena parte de la ciudad está sin luz. Y hay un conflicto con el CEAMSE (Coordinación Ecológica del Area Metropolitana Sociedad del Estado), sociedad de la cual sus accionistas son la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires y que se dedica a la recolección y tratamiento de los residuos generados por la Ciudad de Buenos Aires y 34 municipios de la Provincia de Buenos Aires.
Gracias a este conflicto, hay pilas de basura enormes en cada esquina de la ciudad de Buenos Aires. Y varias de estas pilas tienen varios días allí. El perfume, se imaginarán, es exquisito. La producción de moscas está en auge y, de noche, manadas de ratas salen a hacer sus festines con toda esa basura que, durante cinco días, se ha acumulado sin que nadie la recoja.
Encima, el lunes 29 de octubre un fuerte temporal azotó nuestra ciudad, más o menos a la misma altura que Sandy golpeaba a Nueva York. Esto ocasionó graves problemas a mucha gente, pero uno de sus efectos fue que millones de huevos de mosquito maduraron y, por ello, sumado a las altas temperaturas, tenemos una poderosa horda de Anopheles picoteando a toda hora.
Mañana es el 8N. O el 8 de noviembre, como me gusta más decirlo, y está prevista una movilización de miles, por qué no, millones de ciudadanos que no se sienten representados por ningún partido político para reclamar más justicia, menos corrupción, más seguridad, menos desgobierno.
No tengo esperanzas de que a corto plazo esto muestre fruto, pero es importante que todos aquellos que no queremos un tirano que se perpetúe en el poder a fuerza de reformas constitucionales, votos comprados con planes sociales u obtenidos por medio de la coacción. Porque la democracia es, por sobre todo, una multitud de voluntades dispares que se comprometen a un proyecto común. Porque de la divergencia de opiniones debe surgir una unidad de consenso que represente a todas las voces y no sólo a la más fuerte.
Tengo la certeza de que los talibanes del gobierno van a endurecer sus políticas de odio y espero que un discurso de paz se imponga sobre todos esos que, por la intimidación y el manejo espurio de fondos públicos, quieren hacer de la Argentino su feudo privado.
Mañana es el 8 de noviembre. Manifestemos en paz. Quizás así, de este caos pueda surgir una nueva Argentina.
Desde Buenos Aires, los abrazo.
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