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jueves, 27 de septiembre de 2012

LA SUERTE TIENE DOS CARAS - episodio 5.


5.

La muerte de Léntulo causó gran alboroto en la ciudad. Un respetado hombre de negocios, primo del sobrino de un primo de Sila, asesinado a pasos del foro, mientras sus clientes y amigos comían su comida y bebían su vino.
– ¿Adónde irá a parar esta ciudad? –era la pregunta que más se escuchaba en los diferentes círculos de Roma.
Las consecuencias no se hicieron esperar. Esa misma tarde, el Senado se reunió a discutir la inseguridad que se vivía en las calles de Roma. El Cónsul, un títere de Sila, propuso escribirle una carta al Protector de la ciudad para que él, con su elevado criterio, les aconsejara sobre cuál era el mejor camino para combatir la delincuencia. Algún Senador, de los más despiertos en aquella época, apuntó que Sila no podía ser molestado con semejantes temas que, si bien tenían su importancia, no se asemejaban con la pesada tarea de mantener la grandeza de la República.
El debate se hizo encarnizado, ya que los adictos al Dictador proponían que las tropas se hicieran cargo, y los moderados proponían la creación de un cuerpo de seguridad. Flavio Antonino Gelba sabía lo que significaban los soldados dentro de los muros, por lo que recorría los salones más notables de la ciudad y entre copa y copa pregonaba:
–No debemos permitir que las legiones pasen los muros de Roma. No podemos dejar que Sila suelte a sus siervos dentro de la ciudad. Raptos, ejecuciones sumarias y confiscación de bienes han sido sus métodos predilectos en el pasado. No podemos permitir que ello vuelva a ocurrir.
Aunque inspirado y avalado por numerosos senadores, nadie se atrevía a repetir ese discurso en público. De hecho, bastante peligroso era susurrar esas palabras en privado ya que el Dictador tenía ojos y oídos en todas partes y su mano era implacable.
En la sesión, el cónsul miró a Gelba a los ojos y, sabiendo lo que pensaba, quiso ponerlo en evidencia.
–Flavio Antonino –dijo con singular prepotencia –, parece que no deseas la intervención de nuestro Protector. ¿Acaso tienes una propuesta mejor?
Gelba se puso de pie y accedió al centro del Senado. Recogió su toga para no pisarla al andar y se la acomodó en el hombro. Sus ojos recorrieron el recinto y tomó una buena bocanada de aire antes de comenzar.
–Máximo Bruto Léntulo era un hombre notable, todos lo sabemos. Pero su muerte no ha sido un atentado contra nuestra amada República. Ha sido un crimen común, la muerte de un rico en manos de un bandido. ¿Por qué perturbar al gran Sila con estas pequeñeces? Yo digo que nuestros magistrados deben usar las herramientas que les da la ley para perseguir y enjuiciar a los responsables de estos delitos comunes contra nuestros ciudadanos, ya sean comunes o notables.
El aplauso resonó en el recinto. Gelba se sentó y vio la frustración del Cónsul al no haber podido atraparlo. Se llamó a votación, y se decidió, por una diferencia de dos votos, que se formaría una comisión que visitaría a Sila en su villa de Campania para obtener su consejo divino.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

LA SUERTE TIENE DOS CARAS - episodio 4


4.

Fidias estaba aterrado. Su amo yacía muerto por una puñalada certera, y el asesino lo estaba mirando con la misma sonrisa que le había mostrado en la fuente hacía unos instantes.
–Es tu día de suerte, esclavo
La afirmación del asesino, que se estaba agachando para recoger la bolsa de su amo, lo desconcertó.
–En otras épocas se hubiera esperado que el esclavo siga la suerte del amo. Vete y di que el amo te pidió que lo dejes en privado conmigo, pero que no se te ocurra mencionar mi nombre. Sé donde vives.
Fidias tragó con esfuerzo y asintió. Sin decir una palabra, regresó al foro y se puso a atender a los clientes de su amo. Alguno le preguntó que ocurría y contestó que el amo le había ordenado regresar una vez que hubo encontrado al caballero que lo requería. Luego continuó respondiendo con evasivas mientras seguía  vertiendo vino en las copas de los clientes. Cuando éste se agotó aprovechó la excusa para desaparecer.
Al principio, puso proa hacia la casa de Léntulo, pero a mitad de camino se encontró con Nemesio, que lo llevó a un costado y le ordenó que lo acompañase. Deseó no ser un esclavo erudito, ya que sus conocimientos de poco servían para defenderse de la daga que empuñaba Nemesio. Deseó ser un gladiador, un hombre fuerte y viril, cualquier cosa menos él mismo.
De pronto se vio caminando por las calles del Subura, el barrio más pobre de la ciudad, y temió por su vida. Nemesio le ordenó entrar a una taberna. Allí buscaron una mesa apartada y ordenaron vino y pan pagados con una moneda sacada de la bolsa que había pertenecido a Léntulo.
Nemesio esperó a que la hija del tabernero se hubiese retirado, llenó las dos copas de madera y la alzó para hacer un brindis. –Por Júpiter y nuestra buena fortuna.
Las copas chocaron y bebieron. Nemesio cortó un pedazo de pan y se lo introdujo en la boca. –Este sí que es un buen pan, la harina está bien molida, la masa ha leudado bien, el horno no ha estado demasiado caliente. ¿En la casa de tu amo se come pan tan bueno como éste?
Fidias cortó un pedazo de pan y lo sostuvo entre sus manos. En efecto, era un pan excelente. –Sí, este es el tipo de pan que mi amo prefería.
–Pero que tú nunca probabas, salvo las sobras.
–El amo nos alimenta bien.
–Dime esclavo, ¿estabas huyendo?
–No, iba a la casa de mi amo.
–Porque si pretendes huir, sabré donde encontrarte. Ya deben haber encontrado el gordo cadáver de tu amo. Pronto podrían encontrarte a ti, con el cuello abierto y la bolsa vacía de tu amo colgando de tu cíngulo.
Fidias tomó un largo sorbo de vino para tomar coraje. –Sin embargo, creo que si estoy vivo es porque tienes otros planes para mí.
Nemesio miró al esclavo y le palmeó el brazo. –Muy bien, eres un siervo perspicaz. Sí, en efecto, los tengo. No maté al gordo por ciento cincuenta denarios. Lo maté por principios, porque él tuvo la culpa de que me haya tenido que dedicar a este negocio, ya sabes, el de asesinar y robar –hizo una pausa que aprovechó para beber un largo sorbo de vino –. ¿Sabes? Yo era un comerciante honesto. Le pedí dinero prestado a Léntulo y no pude pagar a tiempo. Me dejó sin nada. Lo que ocurrió allá fue un acto de justicia. Ahora, quiero mi revancha.
– ¿Y para mí que hay?
–Tu vida. Quizá, hasta tu libertad. ¿Necesitas algo más?
–Dos pasajes a África, y doscientos denarios.
– ¿Nada más?
–Con eso bastará.
Nemesio pensó dos segundos y apuró lo que quedaba en su copa. –Es razonable lo que pides –respondió. Se puso un pedazo gordo de pan y comenzó a masticar con la boca abierta. –Dime, ¿para quién será el segundo pasaje? Tienes cara de pederasta, ¿algún muchachito quizás?
–Eso no te incumbe.
–Es cierto, lo que me incumbe es el dinero que atesoraba Léntulo en su residencia. Lo quiero.
–Será tuyo. Esta noche.
Fidias se levantó y salió de la taberna. Después de caminar cien pasos las nauseas se apoderaron de él.

lunes, 24 de septiembre de 2012

LA SUERTE TIENE DOS CARAS - episodio 3


3.

Cayo Nemesio estaba sentado en el foro escuchando el relato de un comerciante de especias llamado Primo Severo Nepote. Era una historia inventada, no cabía duda. El hombre recién llegaba de un viaje que había hecho hasta Damasco cargado de nuevas mercancías. Aprovechando que estaba tan cerca de Persia, decidió intentar relacionarse con algún mercader que tuviera contactos en oriente para establecer una ruta comercial. Así fue como conoció a un tal Ahmed Badur, un hombre del desierto, curtido y carente de los modales de un caballero romano al momento de hablar de negocios.
Al cabo de un rato Nemesio se aburrió del relato de Nepote, y buscó otro lugar donde ubicarse. El foro se estaba haciendo más concurrido y las oportunidades de negocios comenzaban a mostrarse.
A lo lejos divisó a un conocido hombre de negocios que se acercaba seguido de su esclavo griego. Nemesio sonrió al reconocer a Máximo Bruto Léntulo, el favorecido por la fortuna. Lo conocía bien. Alguna vez, cuando aún Nemesio tenía su propio negocio, había tratado con él. Recordaba haberle vendido esclavos, pero lo que más recordaba era que por culpa de Léntulo  había terminado en la ruina.
Sabía que el gordo siempre llevaba consigo una considerable cantidad de metálico y que era extremadamente incauto. En un instante barrió el foro con la mirada y adivinó hacia donde iría su próxima presa.
Léntulo era un hombre de cuarenta años, fornido como un germano, pero con marcados rasgos de obesidad. Tacaño y desconfiado, sufría de una cierta debilidad de amor propio, la que compensaba con una nutrida corte de aduladores que lo rodeaban a cada momento.
Nemesio fijó su vista en la bolsa de monedas que colgaba del cinto de Léntulo y se alegró al ver lo abultada que estaba. Calculó que debía haber al menos cien denarios en ella, una cifra por la cual valía la pena tomar ciertos riesgos. Desde su posición observó al gordo mercader mientras hacía su pequeña recorrida saludando a conocidos, escuchando peticiones de sus clientes y contando alguna anécdota al séquito de lisonjeros que siempre tenía la risa preparada para complacer a su patrono.
Cuando vio a Léntulo sentarse en la silla que cargaba el esclavo, Nemesio decidió hacer su jugada. Se consideró afortunado, porque a pocos metros de donde había elegido sentarse Léntulo estaba la fuente, y allí había ido el esclavo a buscar agua. Nemesio se acercó a Fidias y le sonrió. Éste contestó por mera cortesía, ya que sentía un profundo desprecio por los plebeyos de nula fortuna, y le dio la espalda para servir el vino con agua a su amo. Fidias detestaba estos días en los cuales debía cargar él solo con las pesadas alforjas, el banco y el odre de vino. Se pasaba el día sin probar bocado ni beber nada, mientras a su alrededor los hombres libres, muchos de ellos plebeyos cuyo único valor era la libertad que él no tenía, disfrutaban las delicias que su amo siempre disponía para ellos.
Fidias recordó al hombre de la fuente. Lo asoció enseguida a Eunice. Él había sido quien le había entregado a la niña a su amo varios años antes. Sin saber porqué, sintió agradecimiento hacia ese hombre.
–Griego –dijo Nemesio suavemente –. Acércate para que pueda hablarte.
– ¿Qué quieres? –preguntó en un suspiro, sin moverse de su posición.
Nemesio le hizo una seña e insistió. –Acércate, vamos. Tengo información para tu amo.
Fidias dudó. Miró un segundo a su amo y dedujo que podía moverse un poco hacia el romano que lo llamaba. Se acercó tres pasos a él y se detuvo en seco –. Vamos, que no muerdo –. Entonces abandonó su posición y fue a ponerse junto a Nemesio –. Dile a tu amo que Cayo Nemesio Berilio ha escuchado que van a tratar de asesinarlo hoy. Si quiere saber más, debemos hablar en privado.
Fidias se sobresaltó. – ¿Cómo dices? ¿Quieren matarlo?
Nemesio se hizo el interesante y acercó su boca a la oreja de Fidias. –Dije asesinarlo. Ve y díselo.
Fidias no sabía cómo reaccionar. De pronto se dio cuenta de que estaba sudando frío, absolutamente alterado por lo que estaba ocurriendo.
–Ve y dile a tu amo, esclavo. Hoy es tu día de suerte, seguro te darán una buena recompensa por este servicio. Estaré allí –. Nemesio le apuntó a una calle lateral, sonriendo, siempre sonriendo. Fidias se volvió hacia su amo que justo lograba arrancar una fuerte carcajada del grupo de aduladores. Corrió hacia él y se quedó de pie, a corta distancia, indicando que tenía que hablarle.
Léntulo lo notó enseguida, pero siempre le gustaba hacer esperar a sus esclavos antes de dirigirse a ellos. Miró hacia su copa y vio que aún estaba llena, situación que no debía prolongarse.
– ¿Qué ocurre, esclavo?
Fidias se acercó dos pasos e hizo una caravana. –Tengo un mensaje para sus oídos.
Léntulo mostró su fastidio. –Vale, acércate.
Fidias se colocó junto a su amo y cubriendo con sus manos su boca le susurró al oído. –Cayo Nemesio Berilio me dijo que sabe que hay personas que hoy querrán asesinarlo.
Léntulo palideció en el acto. – ¿Dónde está?
Fidias señaló la dirección y su amo le indicó que lo acompañase.
–Caballeros, debo atender un negocio urgente, sírvanse lo que quieran, en breve estaré con ustedes –. Fidias tuvo que ayudarlo a levantarse y partieron hacia el callejón donde Nemesio los esperaba.
Allí no había nadie. Léntulo enfureció y le gritó a su esclavo. Éste se arrodillo e imploró misericordia. Entonces escucharon la voz de Nemesio.
–Máximo Bruto, no debería tratar así a sus esclavos.
Léntulo buscó entre las sombras el origen de la voz. –¿Cayo Nemesio?
Nemesio salió de su escondite con la daga en la mano y atravesó al gordo a la altura del hígado. –Sí,  maldito, soy yo.

viernes, 21 de septiembre de 2012

LA SUERTE TIENE DOS CARAS –episodio 2.


2.

Fidias recibió de su amo una patada en las costillas y, de inmediato, se levantó de su lecho. Lecho era la palabra presuntuosa que utilizaba para referirse a una pila de heno viejo esparcida en el suelo que ocultaba bajo una manta para recostarse de noche. No era de extrañar que utilizara palabras pretensiosas, porque Fidias era un esclavo pretencioso.
Él se consideraba afortunado, la formación que tenía le garantizaba que su amo no lo utilizaría para trabajar en minas o como galeote. Sin embargo, reconocía que podría haberle tocado un mejor amo que Máximo Bruto Léntulo. El hombre se había vuelto rico muy joven haciéndole un favor al Dictador y, desde entonces, la Fortuna lo había favorecido. Sus cosechas eran abundantes, nunca perdía un barco y sus gladiadores vencían siempre. El oro parecía brotar de la tierra para él.
Fidias siempre pensaba en cómo su suerte estaba enfrentada a la de otro hombre de mejor fortuna y, por ello, su comida perdía sabor y todo le sabía soso.
–Fidias, prepara todo para hacer negocios en el foro. Quizás pasemos allí todo el día. Que Eunice te ayude –. Tras decir esto, Máximo Bruto salió apurado de la barraca de Fidias en dirección desconocida.
Eunice. Sólo escuchar su nombre lo ponía a caminar por las nubes. Ella había llegado a la casa cuando tenía nueve años. Al verla por vez primera trasponer el umbral de la casa sus miradas se cruzaron y él se enamoró perdidamente de ella. La mantuvieron virgen hasta los catorce, por lo que durante cinco largos años tuvo que contentarse con cortejarla con poemas que robaba a los clásicos y con besarla sin penetrarla. Pero una vez que el amo se hubo saciado de ella, secretamente se convirtieron en amantes.
Fidias fue a buscar la alforja en la que llevaría las cosas que el amo podía llegar a necesitar en el foro y luego se dirigió a la cocina. Eunice ya estaba levantada. Había encendido el fuego y estaba colocando pedazos de carne sobre la parrilla, previamente rociados con un poco de aceite de oliva. Las gotas de aceite caían sobre los leños provocando pequeñas explosiones entre las llamas.
Fidias se apoyó contra el trasero de Eunice y se frotó con fuerza. Ella le acarició el rostro dulcemente. Él le levantó la túnica y pudo ver aquello que tanto anhelaba. Se abrió camino hasta penetrarla delicadamente y pocos segundos más tarde había eyaculado. Se alejó de ella. Una sonrisa burlona se dibujó en el rostro de su amada, lo que lo llenó de vergüenza.
–Prepara pan, vino, y algunas golosinas para el amo. Vamos a estar todo el día en el foro –. Ella asintió sin dejar de sonreír, pero no dijo nada. Le entregó lo que él le había pedido y siguió preparando las carnes, mientras que su amante marchaba cabizbajo al encuentro del amo.

jueves, 20 de septiembre de 2012

LA SUERTE TIENE DOS CARAS - Primera entrega.


Este relato ambientado en la Antigua Roma será presentado en episodios a lo largo de los próximos días. Espero que lo disfruten. Los abrazo. Brian.

1.

Cayo Nemesio Berilio se despertó sobresaltado. Le dolía la cabeza por la juerga de la noche anterior. Recordaba haber ido a la casa de Regia Silva Suetonia, en la que se organizaba un festejo en honor de Baco del cual se podía participar con la módica suma de diez denarios. Recordaba haber robado el dinero a un comerciante de aceites de Libia, recordaba haber pagado el precio y haber bebido. Pero no recordaba nada más.
Se rascó la incipiente calva y acomodó su túnica. Notó su herramienta tiesa, como si no hubiera tenido oportunidad de aliviarla atendiendo con sus artes a una de las chicas de Regia. El bulto era demasiado notorio, por lo que decidió encontrar un rincón donde sacudirse la carga que llevaba y darle descanso a esa parte del cuerpo.

En la penumbra que precede al amanecer notó el cuerpo de Arminia recostado en el lado opuesto de la habitación. Estaba desnuda, y sus pequeñas y negras nalgas miraban al cielo que los separaba. Lo pensó menos de lo que le convenía y decidió que ella era lo que necesitaba. Se apretujó contra ella y comenzó a rozarla suavemente con su estandarte, procurando no perturbarla. Pero Arminia estaba bien entrenada por su ama y sin el correspondiente pago en metálico no había favores para nadie.

–Pero ya le he pagado a Regia –. Su protesta se parecía a la de un infante.
–Has pagado por beber, no por tenerme. Sabes el precio, Cayo Nemesio, cinco de tus preciosas monedas, las que con tanto esfuerzo has robado y seré lo que tus deseos ordenen.
–Sabes que no tengo esa cantidad conmigo ahora.
–Sabes, pues, que no puedes tenerme ahora.
–Sabes que los conseguiré.
–Sé que olvidarás pagarme si no lo haces antes.
–Al menos ayúdame a aliviarme.
–¿Qué quieres?
–Una mano.
–Supongo que una mano no se le niega a nadie –. Dicho esto, metió la mano entre las nalgas de Cayo Nemesio y exploró su cavidad. Él protestó enérgicamente, librándose de los dedos invasores.
–Oye, no era eso a lo que me refería. Y ten cuidado con esas uñas, duelen.

Ella se rió en su cara y volvió a dormir. Entonces, se tomó el miembro y apuntando cuidadosamente a la cabeza de Arminia disparó su carga de orina. Los insultos de la puta se escucharon en todo el Palatino. Por suerte para Nemesio, el orín penetró en los ojos de la negra, cegándola momentáneamente, por lo que pudo huir sin recibir un castigo inmediato.

Después de correr varias calles llegó a una fuente, donde se sentó para recuperar el aliento y refrescarse.

Ese mes de junio había comenzado en Roma con un día de espantoso calor, presagio de que el verano sería insoportable. Los ricos ya habían partido de la ciudad hacia sus fincas rurales, mucho más frescas que los hacinados barrios de la ciudad. Para Nemesio y los de su clase, dichos privilegios no existían.

El sol comenzó a elevarse sobre la ciudad eterna mientras comenzaban a escucharse los sonidos que marcaban la llegada de un nuevo día. Carros tirados por bueyes atravesaban la ciudad, panaderos que comenzaban a distribuir su producto,  comerciantes que abrían sus tiendas, peleas de esposas y maridos, regaños a esclavos y la voz de algún crío que lloraba.

Nemesio estaba determinado a cambiar su suerte ese día, por lo que decidió caminar hacia el foro.
El Foro romano en la Antiguedad

martes, 18 de septiembre de 2012

SOBRE LA IMPORTANCIA DE LAS PERSONAS.

Hace tiempo que veo que, en la sociedad del siglo XXI, los valores que en 1789 llevaron a los franceses a acabar con el absolutismo monárquico e intentar instaurar una democracia en su lugar ya no tienen cabida.

Libertad, igualdad y fraternidad. Estas tres palabras eran el eje de la revolución. 

La libertad cada vez está más coartada, no existe la igualdad, salvo que consideremos la frase que el Chancho Napoleón de "Granja de Animales" colgó en el granero: "Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros". Y qué decir de la fraternidad, o la solidaridad, en una sociedad donde cuanto más juntos y comunicados estamos, más aislamos quedamos.

Lo que me preocupa hace ya varias semanas, por no decir meses, es la pretensión de los comunicadores sociales de instalar de manera solapada la idea de la desigualdad.

-Esta información viene de una persona muy importante.
-Es un artista muy importante, de mucha trayectoria.
-Un importante empresario patrocina el evento.
-Un periodista muy importante.

Todas estas frases dan a entender que hay otras personas que no son importantes. Porque si A es muy importante, lo es en relación a otros que no lo son tanto. Ello implica que existe una desigualdad en la sociedad dada por la importancia de las personas.  

Parecería que la mayor capacidad económica de una persona la hace más importante que otras de inferior fortuna. Ellos tienen mejores servicios sanitarios, mejor acceso a la medicina, mejor seguridad, mejor trato por parte de las empresas y oficinas públicas. Porque si tenés dinero, todo el mundo te trata mejor.

Parecería que la trayectoria de un artista le da carta blanca para basurear a artístas jóvenes que están haciendo sus primeras armas. Parecería que  haber permanecido es requisito ser más importante que el que recién empieza.
Estamos locos al creer que todo esto es cierto. Una persona sin recursos se merece el mismo respeto y trato digno que el hombre más rico del mundo. Porque uno como el otro, llegaron al mundo desnudos y a los gritos y cuando se vayan de este mundo, será sin un centavo.

A veces, artistas que cuentan con veinte años de trayectoria no tienen la mitad del talento de un debutante. A veces, gente humilde le da lecciones de humanidad a todo el mundo, cuando los ricos sólo provocan vergüenza ajena. 

Somos importantes porque somos personas. Ya seamos un rey, el presidente de una corporación o un niño que sufre desnutrición. Y ese niño es importante no porque una foto con él nos va a dar buena prensa, sino porque ese niño merece nuestro amor y nuestra compasión. Porque podríamos haber sido nosotros. Porque la rifa del destino es cruel y se sortea todos los días.

Somos todos igual de importantes, no dejen que los convenzan de lo contrario.

Desde Buenos Aires, los abrazo. Brian.


sábado, 15 de septiembre de 2012

DÉJENSE DE JODER CON LAS VIRTUDES DE LA MILITANCIA

Estoy cansado de la exhaltación del militante. Militante es aquél que milita. Milita es la conjugación de la tercera persona del singular del verbo militar. Militar puede ser muchas cosas, pero existe una correlación del verbo con el sustantivo que es lógica.

Una de las características de lo militar es la disciplina. Comprensible, ya que frente al peligro es indispensable que el soldado se mantenga firme en el cumplimiento de las órdenes. En efecto, en batalla, es indispensable que cada hombre cumpla con su deber. Lo fue en el pasado, cuando los hoplitas atenienses se mantuvieron firmes en formación frente a una fuerza dos veces y media superior de soldados persas en las planicies de Maratón, como lo fue para los hombres que en Bastogne, Bélgica, se vieron rodeados por una fuerza cuatro veces superior. Si esos hombres no hubieran resistido hombro con hombro con sus compañeros, es posible que Atenas se hubiera convertido en colonia persa y que la segunda guerra mundial no hubiera acabado en 1945.

Sin embargo, estas características que se ensalzan en los soldados no son las que más me gustan al momento de vivir la vida política. El militante se ha convertido en el soldado de sus líderes. En Argentina se habla de la "disciplina partidaria". Aquella cualidad de subordinación de los políticas a las ideas de un partido. 

Pero cuando los partidos se convierten en entidades personalistas, la subordinación al partido se convierte en sinónimo de subordinación a la persona que reviste la calidad de líder del partido. Así, el caudillo concentra las voluntades de todos aquellos que dirige y convierte la democracia en una dictadura donde, en general, prima el autoritarismo. Ello por cuanto el caudillo requiere que el control absoluto de todos y de todo. No puede admitirse el disenso ni crítica a sus decisiones, ya que ambos constituyen elementos que debilitan su poder sobre la sociedad que quiere regir.

El régimen nazi de Adolfo Hitler es el ejemplo perfecto. Los militares alemanes, durante esa época, no juraban lealtad a Alemania, juraban lealtad a su líder. Aún cuando su líder los llevara a la destrucción de Alemania. Las legiones romanas no juraban fidelidad a Roma, sino al emperador. Los sovieticos al Camarada Stalin. Y así podríamos mencionar a Mao Tse Tung, Saddam Hussein, Fidel Castro, Hugo Chávez. Aunque hoy día los juramentos están pasados de moda, la subordinación sigue siendo la misma. Amamos al líder, no a la Patria.

La democracia verdadera requiere la participación de ciudadanos comprometidos con sus ideas e ideales. Compromiso que deben asumir, en igual medida, con la Patria, la Constitución Nacional y el ideal de libertad que deben tener todas las personas por igual. 

Estoy harto de ver a los políticos actuar en bloque. Los Diputados de la Nación no representan a sus partidos, representan a la gente que los ha votado para que ocupen sus bancas. Los Senadores Nacionales no representan a sus partidos, representan a las Provincias de las que vienen. Estoy harto de esta ausencia de ideas propias. Pero aún más harto estoy de ver como los políticos que hacen oído sordos a los reclamos de los ciudadanos.

El jueves 13 de septiembre de 2012 se movilizaron en Argentina un millón de ciudadanos comprometidos con la Patria. Lo hicieron para reclamar un cambio. Déjenme de joder con los militantes que marchan bajo la supervisión de los punteros, verdaderos comisarios políticos que ejercen un control despótico sobre sus filas. Ellos no son la virtud de la democracia. La virtud de la democracia está en otro lado.

Desde Buenos Aires, los abrazo. Y, como decía Lennon, dénle a la paz una oportunidad. Brian.






jueves, 13 de septiembre de 2012

LA BRECHA

A veces me sorprende escuchar a mi hija de 14 años cuando la escucho hablar. No porque sea un genio que revele al mundo verdades incontestables, sino porque no entiendo el idioma en el que me habla. 

La brecha entre su idioma y el mío es cada vez más grande. Claro, es adolescente y busca su propia identidad, separada de la que sus padres pueden llegar a imponerle, pero es alarmante que haya todo un grupo de personas que en la misma ciudad hablan una versión diferente del idioma castellano.

-Flasheaste confianza -dijo, mientras mirábamos una serie televisiva ante la actitud de uno de los personajes. 

Mis ojos se abrieron grandes como huevos de avestruz y en un despliegue descomunal de elocuencia dije -¿Qué?

Ella soltó la carcajada. Pienso que lo hizo más por mi cara de idiota que por la brillante pregunta que le hice. Lo peor de todo es que, al momento de explicarme qué es lo que quiso decir, no encuentra palabras de mi vocabulario para explicarlo.

-Fulano es un Paty -dijo ella.
-¿Qué es un Paty?
-Ay, papá, un Paty.

Para mí, un paty hace referencia a una hamburguesa, por la famosa marca argentina de medallones de carne molida. Para ella es otra cosa.

Comunicarse es difícil. Me pasó en mi luna de miel, cuando viajé a la isla de Antigua. Fue en 1996. Nos casamos un sábado a la noche y estuvimos de fiesta hasta el domingo a las 5.00 am. A las 6.00 am llegamos al hotel y a las 7.30 am nos subimos al auto que nos llevó al aeropuerto. Viajamos 11 horas hasta Saint Marteen, donde debíamos hacer trasbordo a otra aeronave que nos llevaría a Antigua. El vuelo se demoró dos horas y llegamos a las 21.00 al aeropuerto V. C. Bird. Al salir del aeropuerto, busqué un taxi. Cuando subimos, me di cuenta que el taxista tenía una mujer en el asiento del acompañante.

Durante cuarenta minutos, recorrimos caminos angostos y oscuros a una velocidad que en mi humilde opinión era excesiva mientras el conductor le hablaba con enojo a su acompañante en un idioma que no parecía inglés, aunque alguna palabra suelta entendía. De terror. Lo peor era que yo iba tranquilo con el tema idioma ya que hablo inglés de manera fluida y no pensé tener problemas en una isla que había sido colonia inglesa desde el año 1667 hasta su independencia total en 1981.

Pero es así, aún creyendo que se conoce el idioma, hay un idioma dentro del idioma que varía de país a país. A veces, al chatear con personas de México, Costa Rica o España me encuentro con palabras que me resultan incomprensibles. Pero creo que eso no es tan grave. Coger en España y Argentina tienen un significado diferente. En efecto, un español puede decir cogí un taxi queriendo decir que utilizó el taxi como medio de transporte. Un argentino hubiera dicho que mantuvo relaciones sexuales con un taxi.

La brecha es grande, es cierto. Por suerte, siempre encontramos la manera de achicarla y encontrarnos. Desde Buenos Aires, los abrazo. Brian.






martes, 11 de septiembre de 2012

11 DE SEPTIEMBRE

Hoy es 11 de septiembre y desde 1943 que en Argentina se celebra en este día el Día del Maestro en homenaje al maestro, escritor, periodista, estadista y militar nacido en la ciudad de San Juan en 1811 y que se llamó Domingo Faustino Sarmiento.

Sarmiento fue un personaje polémico. Por una parte, fue el gran impulsor de la educación en la Argentina. Durante su presidencia, creo 800 escuelas en todo el país, incluyendo la primera Escuela Normal del  país, y fundó el Colegio Militar y el Liceo Naval. Realizó el primer censo nacional, en el cual se determinó que existía un 71% de población analfabeta.

Años más tarde, durante la presidencia de Julio Argentino Roca, ocupó el cargo de Superintendente General de Escuelas del Consejo Nacional de Educación. Desde esa posición logró que se sancione la ley 1420 de educación gratuita, laica y obligatoria.

Sarmiento, como dije, es un personaje polémico. Era elitista, racista y despreciaba a todo aquél que no le caía bien. 

Dirá de él su contemporáneo Juan Bautista Alberdi: "Detesta la sangre cuando no es él quien la derrama; aborrece los golpes de estado cuando no los da él mismo. No se mata las ideas, dice él, cuando son las suyas; pero es un Troppman para las ideas de los otros. La libertad de prensa es un ídolo, a condición de que no se use para criticar sus libros, porque entonces degenera en crimen de lesa-patria"

Pero su legado fue muy importante, ya que si bien sus ideas eran muy criticables, sentó las bases para que millones de Argentinos vayan a la escuela y se eduquen, cosa que ocurrió durante décadas. 

Pero no quiero dar una clase de Sarmiento. Quiero agradecer a los maestros dedicados que tuvieron ideales muy diferentes a los del hombre que les dio las herramientas y el lugar para ejercer su vocación docente, a los que decidieron dedicar su vida a enseñar a otros.

Porque enseñar es dar un poco de uno mismo a los demás. Es tomarse el trabajo de aprender para luego comunicar eso que se aprende. Así ha sido siempre. Desde la época de las cavernas, en las que el padre enseñaba a su hijo como hacer herramientas de piedra o a encender un fuego. Hasta hoy. Sólo que cualquiera puede tomarse el tiempo para sus hijos. Sólo personas muy especiales pueden hacerlo por los demás.

Así que el 11 de septiembre no recordamos al que quería exterminar a los aborígenes o amansar a los pobres para que los patrones pudieran explotarlos a su gusto. Recordamos a seres que dedicaron su vida a mejorar la calidad de vida de sus educandos en algo más que un contenido catedrático. En una lección de vida. 

Desde Buenos Aires, los abrazo. Brian.

sábado, 8 de septiembre de 2012

DECIRLE ADIÓS A UN HIJO

Hace varios días se conoció la noticia. Blanca, la hija mayor del actor chileno Benjamín Vicuña y de la modelo argentina Carolina Ardohaín, había quedado internada en la clínica Las Condes de Santiago de Chile luego de que regresaran de unas vacaciones en las playas de México.

La reacción fue inmediata. Una niña de seis años despierta estas cosas. Cadenas de oración, gente que se presentaba a ayudar mediante la donación de su sangre y miles de manifestaciones de solidaridad con la familia Vicuña-Ardohaín.

Hoy, a las doce y treinta de Chile, se dio a conocer la triste noticia del fallecimiento de Blanca. Tengo tres hijas, por lo que de inmediato di gracias a Dios por el buen estado de salud de ellas y pedí por los padres, hermanos y familiares de Blanca, para que pudieran sobrellevar el dolor que la partida de Blanca les ocasionó y pudieran transformarlo en amor. Blanca, seguramente, ya está en un lugar mejor.

En mi familia hemos despedido a varios niños. Dos de mis primos, uno por el lado de mi madre y otro por el lado de mi padre, tuvieron que pasar por el mismo trance que agobia hoy a Benjamín y Carolina. En el caso de mi primo, se trataba del único niño que habían tenido. No puedo ponerme en la piel ni en el corazón de ninguno de ellos. No puedo ni quiero.

Decirle adiós a un hijo es una de las cosas más terribles que tiene la vida. Pero la vida sigue. Y el dolor de la pérdida se transforma. Y la vida sigue. Y ellos quedan. Siempre. Como se quedó mi madre en mi corazón.

Dije que no me gusta la poesía. Pero hay cosas que la ameritan. Les dejo unos versos. Desde Buenos Aires, los abrazo.

Blanca se fue, una multitud la recuerda con lágrimas.Blanca se fue, abandonó el cuerpo que la hospedaba.Blanca se quedó, en los corazones de quienes la amaron.Blanca descansa en ellos, con la esperanza de que encuentren consuelo.


Tantos niños que se van, pero se quedan. Todo se mueve, todo se transforma. Del dolor, algún día no quedará nada.Del amor, siempre quedará todo. Hoy, mañana y siempre. Porque el amor es lo único que es eterno.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

LA VILLANA QUE SE BURLO DEL VILLANO SUPREMO.

Ya les he contado que en el año 2005 participé de un foro de cuentos de 180 palabras o menos que abrió el diario La Nación en su edición online.

Cada semana, el diario proponía una consigna y los participantes subían sus cuentos al foro para que sean comentados por otros participantes y para participar del concurso de la semana. El premio era simbólico.

La semana de "un cuento de villanos" decidí escribir un cuento combinando la consigna actual con cada una de las consignas anteriores. Pero lo más divertido no fue eso, sino mi reacción al ver el cuento de otro participante que había escrito un relato llamado "El Supremo Villano" y que aludía a Dios.

Me pareció divertido convertir el título a femenino y aludir al término culinario "suprema" en mi relato para hacer una parodia del mismo.

He aquí mi cuento:


43. LA SUPREMA VILLANA

Suprema que me hiciste mal, y sin embargo te quiero...
Te presentaste a mí como una tentación dorada, brillante, coronada por las papas españolas a caballo, con la lonja de panceta a un lado y de verdes arvejas rodeada. Tu aroma te precedía, revolviendo los jugos de mi estómago.
No te resististe, te dejaste cortar con cuchara, mostrando la indecencia de tus carnes blancas, tiernas, delectables.
Sin pausa comencé a comerte, y a cada bocado el paso más apuraba. Te comí con tus complementos, limpiando el plato con el pan, dejando sólo un hueso pelado como prueba de tu existencia.
Suprema que me hiciste mal, suprema a la Riojana. Si encontrara el alka seltzer, quizá más pronto te olvidara.
Arriba, una suprema; abajo, guarnición a la Riojana.


Los comentarios fueron una cadena de felicitaciones y de carcajadas virtuales. Hasta el autor del cuento al cual parodiaba se sumó a las mismas. Durante mucho tiempo, muchos consideraron que ese fue el mejor cuento que se había escrito en el foro. No tengo dudas que fue el más divertido, pero sí de que haya sido el mejor. Había alguna gente que escribía muy buenos relatos.


Desde Buenos Aires, los abrazo. Brian.


lunes, 3 de septiembre de 2012

LA CIENCIA DE LA IMAGINACIÓN

Julio Verne nos hizo viajar al centro de la Tierra, recorrer 20.000 leguas en un submarino y volar en una bala de cañón hasta la luna. Nos llevó a los polos, a la fuente del río Nilo antes de que nadie lo hubiera hecho en persona. Escribió sobre armas de destrucción masiva, cuando aún no se había inventado la ametralladora. Escribió sobre el helicóptero, las naves espaciales, los grandes transatlánticos, los motores a explosión, los motores eléctricos y hasta sobre la internet. 

HG Wells nos contó sobre viajes en el tiempo y guerras entre mundos. El checo Karell Capeck fue el que nos introdujo el concepto y la palabra robot. 

Hugo Gernsback, en 1926, acuñó en sus revista "Amazing Stories" el término Ciencia Ficción. 

La ciencia ficción es un género especulativo que relata acontecimientos posibles desarrollados en un marco espacio-temporal puramente imaginario, cuya verosimilitud se fundamenta narrativamente en los campos de las ciencias físicas, naturales  y sociales. Flor de definición.

Para mí, la ciencia ficción es el género de lo imposible que algún día será probable porque alguien cree que es real.

Cuando Julio Verne pensó el Nautilus, los primeros acorazados a vapor comenzaban a surcar los mares. Cuando Mark Twain escribió "Un Yanqui en la Corte del Rey Arturo" faltaban 25 años para que Francia se convirtiera en un enjambre de trincheras y alambre de púa bajo la vigilancia de miles de ametralladoras.

Hace poco Disney, al producir y rodar la película "John Carter",  revivió las historias de Edgar Rice Burroughs conocidas como la serie "Bajo Las Lunas de Marte" editadas por primera vez en 1912. Estas historias constituyen uno de los primeros ejemplos de la ciencia ficción como género de masas.

La revista "Astounding Cience Ficcion" fue el canal que hizo surgir a los grandes genios del género. Isaac Asimov, Robert A. Heinlein y Arthur C. Clark. En Europa, Aldous Huxley, Karell Capeck y C.S. Lewis fueron grandes impulsores del género. Aquí en Buenos Aires, Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares incursionaron en la ciencia ficción.

Todos estos visionarios tuvieron en común la decisión de no ponerle límites a la imaginación. Reconocieron el mundo en el que estaban sumergidos y fueron más allá, con una visión de un futuro diferente.

Así como nos sorprendieron con avances científicos impensados para su época y que hoy constituyen parte de nuestra vida diaria, también su imaginación los llevó a caminos que la humanidad decidió no transitar. 

Hace poco leía una antología de cuentos de Asimov y me divertía al ver cuanto se había equivocado sobre la evolución de las computadoras. Claro, cuando escribió esas historias aún no existía el microchip, por lo que el concepto general era que a mayor tamaño, mayor potencia. Así, la Multivac era un conjunto de transistores y válvulas del tamaño de una ciudad que daba sus respuestas a través de tarjetas perforadas. 

La ciencia de la imaginación ha alimentado las mentes de muchos que luego dedicaron su vida a convertir en realidad los sueños de otros. Y gracias a ello, nuestro mundo se ha ensanchado de manera que ni los mismos creadores de sueños se imaginaron.

Y permitieron a otros ir aún mas lejos. 

Espero pronto llegar allí. Desde Buenos Aires, los abrazo.







sábado, 1 de septiembre de 2012

UNA CHICA LLAMADA ANA

Estoy convencido que toda persona mayor de 16 años debería leer "EL DIARIO DE ANA FRANK".

Ana nació en Frankfurt, Alemania un 12 de junio de 1929. Un año y un mes antes que mi madre. Cuando era muy pequeña, su familia tuvo que huir de Alemania, donde el nazismo comenzaba a perseguir a los judíos.

En su cumpleaños número 12 recibió un diario como regalo. Ana comenzó a escribir en su diario el 14 y el 20 de junio lo bautizó como su amiga Kitty. Menos de un mes más tarde, Ana y su familia abandonaban su casa para internarse en el Anexo secreto del edificio Opekta, donde permanecerían escondidos durante más de dos años hasta que la gestapo los arresto luego de que recibieran el dato de un informante anónimo. Las ocho personas que vivían allí -los cuatro miembros de la familia Frank, el matrimonio Van Daan y el Doctor Dussel, dentista y amigo de la familia -fueron arrestados y enviados a campos de concentración.

Holanda había sido ocupada por el ejército alemán en mayo de 1940. La invasión comenzó el día 10 y el 14 las fuerzas holandesas recibieron la orden de la superioridad para que se rindieran. Los combates siguieron durante dos días más.

Para los Frank, que habían buscado refugio en los Países Bajos, parecía que una pesadilla los perseguía. Lo peor es que no tenían a dónde huir. Francia, Bélgica, Liechtenstein, Dinamarca y Noruega también estaban en poder de las huestes de Hitler. Sólo Inglaterra parecía resistir, pero era incierto cuánto tiempo más perduraría la situación. Los pilotos de la Luftwaffe volaban al otro lado del canal con el objeto de bombardear las bases militares y ciudades del único país que seguía en guerra contra Alemania. 

En ese escenario, Otto Frank decidió que lo mejor era comenzar a preparar un refugio en el cual esconderse el tiempo que hiciera falta.

La llegada al refugio ocurrió muy temprano el 9 de julio de 1942. El 16 de julio de 1942 estaba programada la "depuración voluntaria" de los judíos. En esa misma fecha comenzó la famosa redada de París. 

Ana, en su diario, nos relata su vida en el encierro, sus relaciones con los demás habitantes del anexo, sus miedos, sus expectativas. Todo con una madurez sorprendente para una niña de su edad.

Pero el diario de Ana Frank es mucho más que eso. Es darle una mirada en primera persona a una tragedia que involucró a millones de almas.

La primera vez que lo leí, me emocionó. Me encariñé con Ana y no quería que el diario llegara a su última anotación.

El libro está disponible gratis en PDF en Internet. Fue llevado al cine y al teatro. Pero creo que lo mejor es leer y empaparse de los sentimientos que Ana nos dejó en las páginas de su diario. Les dejo el link. Desde Buenos Aires, los abrazo.